Las Primicias

//Pr. Luis A. Núñez\\

“Una de las cosas que debo repetir nuevamente es que Dios no cambia, Dios siempre fue un Dios de gracia, así que lo primero que quiero que entiendas antes de hablar sobre los diezmos es esto, Dios no cambia” (Malaquías 3:6).  

Ahora, la segunda cosa que quiero que entiendas es que te veas a ti mismo, para que veas como estás viendo la cuestión del dinero en la casa de Dios; en Mateo 6:19 el Señor Jesús habla sobre el hacer tesoros, es decir habla sobre dinero, Él nos dice “hazte tesoros” pero nos indica el lugar donde debemos hacerlos, es decir bajo el gobierno celestial, en el cielo. Tú debes recordar que estás viviendo en la tierra pero eres un embajador de Cristo, o sea el cielo se manifiesta a través de ti. Para culminar esta enseñanza Jesús quiere mostrarnos que eso solo será posible si entiendes que no puedes servir a dos señores, o sirves a Dios o sirves a mamón, en otras palabras el Señor nos quiere enseñar que para hacer tesoros bajo el gobierno de Dios no puedes servir a mamón sino al Señor; culmina diciendo, busca primero el reino de Dios y su justicia (v. 33).

Es decir, una conducta correcta frente al dinero determinará si estas bajo la voluntad de Dios, buscando su Reino o estas bajo el gobierno de mamón. De pronto, el Señor Jesús hace un intermedio en el versículo 22 y 23, de primera instancia parece algo fuera de lugar, parte de otro tema, porque nos está hablando de dinero, de tesoros y luego parece que cortara la enseñanza y nos habla del ojo bueno y malo, pero en realidad lo que quiere  mostrarnos es de qué manera estamos viendo la cuestión del dinero, el Señor nos muestra  con que ojo estamos viendo esta cuestión, si lo ves con un ojo maligno entonces solo será tinieblas lo que verás, porque si tu forma de mirar es maligna entonces traerás mas obscuridad hacia ti.

Nunca puedes mirar la cuestión del dinero en la iglesia como el mundo lo ve, porque el mundo está bajo el maligno, el dinero encierra principios espirituales que van más allá de los análisis superficiales que parten de la ignorancia de las personas.

Hace domingos atrás hable acerca del diezmo, hoy quiero instruir a la iglesia acerca de las primicias.

1.    Primer principio – Principio de la honra.

Comencemos leyendo este versículo:

 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto” Proverbios 3:9.

Las primicias fueron establecidas por Dios como un mandato:

“Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre” Éxodo 23:19.

Inclusive estaban establecidas varias fiestas en el año y una de ellas era la fiesta de las primicias, fiesta donde traían los primeros frutos de todo. Éxodo 34:22.

Ahora, lo que vemos aquí en Proverbios encierra algo interesante, se nos muestra la razón o lo que significa las primicias, la Palabra de Dios nos dice que es la manera de “honrar a Dios”, es decir, si hay una manera de honrar a Dios esa es con tus primicias, entonces esta actitud traerá frutos de bendición, graneros con abundancia y lagares que rebalsan, ese es el mismo principio que vemos en Malaquías, cuando el Señor dice que le probemos y las ventanas de los cielos se abrirán hasta que sobreabunde (Malaquías 3:10); es decir, el principio es el mismo, tiene que ver con confianza y gratitud, tiene que ver con permanecer en su favor, en su gracia. Jeremías 17:7 dice “bendito el hombre que confía en Jehová”, es decir, tiene que ver con aquello que está en tu corazón hacia Dios. Este es el primer principio, las primicias son una práctica de los hijos de Dios y trae bendición sobre sus vidas. TIENE QUE VER CON HONRA, una honra que se refleja en amor, fe, confianza y reconocimiento de su sustento.

2.Segundo principio – Las primicias consagran todo el resto

Veamos, cuando hablamos acerca del diezmo vimos que el diez por ciento representa al todo de algo; existen centenas de mandamientos en la biblia, pero si alguno cumplía los diez mandamientos entonces los cumplía todos, o al revés, si infringía uno de los diez entonces infringía todos (Santiago 2:8-13), otro ejemplo es la parábola de las diez vírgenes, ellas representan a todo el pueblo de Dios. Por eso damos nuestro diezmo, porque cuando lo hacemos declaramos que todo es del Señor, es decir, reconocemos su señorío sobre nuestras vidas, nuestra plena confianza en El.

Pero las primicias nos muestran aun algo muy interesante en cuanto a nuestra actitud delante de Dios y es que la Biblia nos muestra que lo primero de algo consagra al resto,

“Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas” Romanos 11:16.

Es decir, con las primicias yo consagro lo que tengo, se lo entrego al Señor y con el diezmo ratifico constantemente esa verdad, “todo es tuyo Señor”. ¿Comprendes entonces porqué tienes que ver esta cuestión a la luz de Dios y no con un ojo maligno?
Es como la celebración de la santa cena, cuando creí y confesé a Cristo fui salvo y cada vez que partimos el pan y bebemos de la copa ratificamos esa alianza en memoria de Él. Entonces, esa consagración hace que tengamos como fruto o consecuencia la bendición; hablamos de honrar, de confiar, de gratitud a Dios, de reconocimiento de su poder, de su provisión.

3. Tercer principio – Las primicias nos introducen al disfrute de la promesa

Las primicias son una respuesta al creer en su gracia. Veamos

Deuteronomio 26:1-4:
“Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría. Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios”.

¡Aleluya! Cuando das tus primicias declaras que estas entrando en la bendición, en la gracia, en la confianza en Dios, en la dependencia de Él, en toda su bendición. Eso es lo que hizo Dios con nosotros, Él entrego lo primero, al primogénito de toda creación, esta entrega nos permitió entrar en el disfrute del cumplimiento de la promesa, la promesa de la vida eterna, todo es bendición para sus hijos, porque así como Cristo (la primicia de Dios) te introduce en la bendición de vida, tus primicias te introducen en la bendición de prosperidad cada día.

4. Cuarto principio  – Dios honra a los que le honran

1 Samuel 2:30b nos muestra algo muy serio:
“…porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”.
Malaquías 1:6-11

Nos muestra como la ofrenda y el sacrificio se tornaron en un fastidio y en cualquier cosa, entonces el Señor pregunta ¿Dónde está mi honra? Será que Dios nos preguntará esto en algún momento, espero que jamás.

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