//Pr. Luis A. Núñez\\
“Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz” (Salmos 36:9)
Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar y de ver las cosas, necesitamos ver a Cristo manifestándose en nuestra vida porque Él es la vida, la fuente de vida. Es por eso que debemos ver las cosas solo a través de Él.
La Biblia nos narra como en un momento difícil en la vida de los discípulos, en un tiempo de desánimo, de desorientación, de incertidumbre, la presencia del Señor resucitado los lleva a cambiar la manera de ver sus días. Leamos Juan 21:1-14.
En estos versículos el Señor promete la victoria a través de su resurrección. Por eso Pablo dice en 1 Corintios 15:14:
“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe”
Todo se centra en la victoria de la resurrección.
Lanza la red a la derecha
Jesús les dijo que lanzaran la red a la derecha, es decir, todo lo que hagas hazlo confiando en la justicia de Dios que es Cristo, La derecha es la justicia de Dios. Todo acto que parezca imposible hazlo confiando en la justicia de Dios en Cristo, es decir, en lo que eres para Él.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10)
“Como tu nombre, oh Dios, así tu alabanza se extiende hasta los confines de la tierra; tu diestra está llena de justicia” (Salmos 48:10)
Necesitamos comprender que después de experimentar la paz y la fe, que no depende de la vista, debemos estar cimentados en la justicia de Cristo. A través de la justicia de Cristo somos lo que somos, por la obra de Cristo en la cruz tenemos vida, somos hijos amados, somos herederos de todas las cosas y libres de toda maldición ¡Aleluya! El resultado de esa confianza fue que capturaron tantos peces que no pudieron tirar de la red. Siete pescadores fuertes y experimentados no pudieron tirar de la red llena de peces.
Necesitas verte como el amado del Señor
Juan siempre se presenta en su Evangelio como el discípulo amado por Jesús, Juan sabía que el Señor lo amaba. El Señor ama a todos por igual, pero solo algunos lo saben, es necesario tener fe en ese amor. A esto llamamos practicar el amor del Señor. Suceden grandes cosas cuando confiamos y descansamos en este amor, el amor del Señor por nosotros.
Lamentablemente nuestro amor por Dios es inconstante, pero la gran noticia es que su amor por nosotros es inmutable y permanente. Aquellos que son conscientes de que son amados tienen una convicción de que Dios está con ellos, Juan fue quien se dio cuenta de que era el Señor quien estaba en la playa.
El amor nos hace rápidos para percibir la presencia del amado
No está más cerca de Dios quien más ora y ayuna, sino quien es plenamente consciente de que es amado. Necesitamos estar cerca del Señor. No todos los discípulos están cerca del Señor. Había un grupo de setenta que estaban relativamente cerca, luego doce, pero había un grupo de tres que estaba aún más cerca: Pedro, Santiago y Juan. De los tres, sin embargo, Juan era el más cercano. Nunca pienses que Juan tuvo un favor especial del Señor, solo era consciente del amor del Señor por él.
Cuando ves al Señor el débil se hace fuerte
En el versículo 11 leemos que solo Pedro arrastró la red llena de peces hasta la playa. Esto es impresionante, porque antes todos los demás juntos no habían podido sacarla. Esto muestra que en la presencia del Señor, cuando tienes revelación de que Él vive y te ama, los débiles se vuelven fuertes, los enfermos se vuelven saludables.
Este es un mensaje para todos los líderes, pastores y los que tienen revelación del propósito. Nunca pienses que hacer la obra del Señor nos consume. En Juan 4:34 el Señor dijo que su comida consistía en hacer la voluntad del Padre, lo que significa que cuanto más hacemos su voluntad, más satisfechos, nutridos y fuertes nos volvemos.
En la presencia de Cristo resucitado no hay lugar para el agotamiento, para personas consumidas por el trabajo. No hay forma de ver la vida cristiana lejos de la obra, que cada día puedas crecer en la obra, la vida de la iglesia es muy dinámica y nos invita constantemente a ser parte de ella.
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Somos llamados a estar firmes y perseverantes, pero también a crecer en la obra del Señor” (1 Corintios 15:58)
En 1 Corintios 16:10, Pablo llama “obra del Señor” a la edificación de la iglesia, que era lo que él hacía, por lo tanto, no sé como era tu posición antes de la pandemia frente a la obra del Señor, pero este año debes crecer en esta obra, eso habla de estar comprometido en el desarrollo de la vida de la iglesia.
Él quiere estar siempre contigo
Lo más sorprendente que vemos en el Señor, después de la resurrección, es que quiere estar con sus discípulos. Aquí lo vemos preparando el desayuno para los discípulos y esta es una muestra de la inmensa humildad del Señor. El Señor resucitado, que recibió toda la autoridad en el cielo y en la tierra, estaba haciendo algo tan simple y trivial por sus discípulos. El Señor les da a los discípulos pan y pescado. La palabra “pez” aquí, en el original, es “pez pequeño”. La palabra “pan” es un “pan único”, en singular. Jesús tomó el pan y el pez y se los dio (Juan 21:13), en otras palabras, el Señor les dio a siete hombres adultos un pequeño pez y un pan, casi nadie lo reconoce, pero fue un milagro. Fue la multiplicación de pan y pescado nuevamente.
En presencia de Cristo resucitado, lo poco se vuelve mucho, lo pequeño se vuelve más que suficiente. A pesar de la gran pesca, el Señor no les sirvió del pescado que pescaron, sino el que ya estaba listo.
153 grandes peces
¿Por qué 153 peces? No hay detalles insignificantes en la Biblia. Incluso los números tienen significado en la Palabra de Dios. El número 1 simboliza la unidad, 2 es concordancia, 3 es resurrección o apunta al Dios trino, 4 representa a la tierra creada, 5 es gracia, 6 es el número del hombre creado, 7 representa la perfección o el descanso, 8 es el nuevo comienzo, el número 9 apunta a los dones y frutos del Espíritu, 10 es la plenitud del hombre y los otros números son múltiplos de estos. El número 153 es en realidad el número triangular de 17, entonces, oculto en 153 está el significado del número 17, pero ¿Qué es un número triangular? Es cada número que resulta de la suma de una secuencia que comienza desde el número 1. Por ejemplo:
- 1
- 1 + 2 = 3
- 1 + 2 + 3 = 6
- 1 + 2 + 3 + 4 = 10
- 1 + 2 + 3 + 4 + 5 = 15
- 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 = 21
Si sumamos 1 + 2 + 3 +… hasta el número 17, tendremos como resultado el número 153. Entonces decimos que 153 es el triangular de 17. El número 17 es el número de victoria, en la Palabra de Dios. El Arca de Noé posó el día 17 del séptimo mes en las montañas de Ararat (Génesis 8:4). Este es exactamente el día en que el Señor resucitó de entre los muertos. Los judíos celebraron la Pascua el día 14 y sabemos que el Señor murió en la Pascua. Entonces, resucitó el día 17 y ese fue el día en que el arca posó en la montaña. Ese fue también el día en que se celebraron las primicias, las primicias. “Arar” en hebreo significa “maldición”, pero “Ararat” significa “maldición eliminada”. Cuando el Señor se levantó de entre los muertos, fuimos puestos en una posición en la que se levantó la maldición. Estamos en un lugar de favor, un lugar de resurrección. En el libro de Jeremías, encontramos que el profeta Jeremías oró 17 veces. La décimo séptima oración fue por la ocasión en que el Señor le dijo que comprara un terreno.
“Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata” (Jeremías 32:9)
El nombre “Hanameel” significa “Dios es misericordioso” y el lugar que compró se llama “Anatot”, que en hebreo significa “respuesta de oración”. El precio que pagó fue de 17 siclos de plata; 17 es el número de la victoria perfecta. En el día de Pentecostés, había 17 naciones, representadas en Hechos 2. Esto significa que esos 153 peces apuntan a una pesca que alcanzará a todas las naciones de la tierra.
En Romanos 8:35-39 Pablo hace una lista de cosas sobre las que tenemos victoria y el total es 17, tú los puedes contar ¿Quién nos separará del amor de Cristo? La Biblia es un libro inspirado por Dios mismo, nos muestra diecisiete cosas sobre las que tenemos la victoria completa.
En este tiempo el Señor va a mostrar en tu vida y en la iglesia su victoria completa. Necesitamos cambiar nuestra forma de ver esta verdad.