//Pr. Luis A. Núñez\\
¿Por qué es tan importante siempre hablar de la justicia propia y el peligro en la vida del creyente? Veamos Jeremías 17:5-8, estos versos nos muestran que tenemos dos posibilidades de vivir la vida, vives bajo bendición o vives bajo maldición, es una elección de vida. El Señor aclara que la confianza en Él te trae bendición, pero la confianza en tu fuerza o en la fuerza humana trae maldición, esa confianza en la fuerza humana te lleva a la exaltación personal o te lleva a la condenación personal, a eso justamente, más adelante el apóstol Pablo lo llama “justicia propia”.
Todas estas cosas le trajeron a Pablo prestigio, posición, autoridad, etc. que él mismo llama justicia propia. La justicia propia, entonces, es la actitud que el hombre que lo lleva a imaginar que puede resolver todos sus problemas a través de sus propias fuerzas y aptitudes, junto con sus recursos naturales. Todas las cosas que para Pablo eran el resultado de su esfuerzo propio, la razón de su orgullo, de su vanidad, las perdió por causa de reconocer el amor de Dios.
Vamos a ver algunas actitudes de la justicia propia:
- La justicia propia es cuando el creyente cree que tiene poder para no pecar más
Si cae en pecado, se levanta y dice: “nunca más caeré”. En otras palabras, está diciendo que tiene suficiente fuerza en sí para no pecar. Si fuera cierto esto ¿Por qué entonces cayó?
- La justicia propia es querer ser su propia cabeza
En el Reino de Dios ya existe la Cabeza, que es Cristo (Efesios 4:15). Cuando somos insertados en el Cuerpo de Cristo y queremos definir nuestra propia función, eso es justicia propia. Cuando rechazo el formar parte de un equipo y quiero trabajar solo, eso es justicia propia. Cualquiera que rechaza al Señor como su Cabeza y se mantiene lejos del cuerpo que es la iglesia, está caminando sobre su propia justicia.
c. La justicia propia es cuando creo que soy merecedor de algo Cuando creo que todos tienen la obligación de saludarme. Cuando pienso que el ascenso en el trabajo debería ser mío y no de otro. Cuando considero que el elogio debería ser dirigido a mí de primera mano y no a cualquier otra persona. Cuando creo que merezco más de mi esposo, esposa o padres, todo esto apunta a la justicia propia. Sin embargo, no estoy diciendo que desear atención y expresarlo sea malo, el problema es cuando crees que eres merecedor de esa atención. d. La justicia propia es cuando creo que puedo juzgar a la gente Pensar de esta forma: “Mi veredicto siempre es lo correcto” “Tengo el conocimiento y la justicia suficiente para decir lo que es correcto y lo que está mal” Cuando usted llega al colmo de decir que eres tu propio juez, entonces significa que todo está cuesta abajo, hacia un valle profundo de justicia propia. e. La justicia propia es cuando crees que algo que haces produce en ti más unción o eres elegido por alguna actitud especial que hay en ti En toda la Palabra de Dios, la orientación siempre es que miremos al Señor Jesús. Sea para la transformación de vida, sea para la inspiración o sea para no perder el rumbo, pero cuando alguien está lleno de justicia propia, se mira a sí mismo, el foco es él, para esta persona Jesús dejó de ser el centro de su vida y él mismo pasó a ser el centro. Todo gira alrededor de él y para él, eso es justicia propia, su confianza esta en si mismo o en lo que hace y no en la dependencia de Cristo. Leer Apocalipsis 2:2-5. Todo lo que hiciste fue porque estabas aferrado a Cristo, eso produjo en ti sacrificio, paciencia, trabajo arduo, por amor a su nombre, es decir, tu primer amor es Cristo, esa fue la primera revelación que te llevo a creer, a ser salvo, recuerda “En esto consiste el amor que El nos amo primero”, pero al dejar tu primer amor, al dejar la revelación de Cristo, empiezas a dejar las primeras obras que son: paciencia, sacrificio, trabajo arduo y entonces las preguntas serían ¿Dónde caíste? ¿Cuál ha sido la razón de que Cristo dejara de ser el centro de tu vida? ¿Cuándo es que otras cosas se tornaron más importantes en ti? ¿Cuándo Cristo dejó de ser tu alegría, tu seguridad, la razón de tu felicidad, de tu estabilidad? ¿En qué momento las cosas que deseas, que aun no las alcanzaste o que ya lograste reemplazaron a Cristo? La justicia propia no solo daña tu relación con Dios, sino también trae problemas en las relaciones entre hermanos, entre esposos, etc. Entonces veamos: EL ORIGEN DE LA JUSTICIA PROPIA Génesis 2:25 nos muestra dos aspectos importantes. Primero afirma que el hombre estaba desnudo, esto significa algunas cosas, como: Dios veía al hombre completamente como él era, no había secretos. Segundo, cuando el texto dice que “no se avergonzaban” significa que el hombre no tenía noción de su situación, no podía ver su propia desnudez o al menos entender lo que significaba. La vida en el Edén se parecía mucho a la de un ser humano a los dos años, a la de un niño pues vivía feliz, disfrutando de su vida en el Edén, sin preocuparse ni consigo mismo, con nada, simplemente disfrutaba de lo que estaba a su disposición.La Palabra de Dios dice que en el jardín del Edén había dos tipos de árboles, agradables a la vista y buenos para el alimento (Génesis 2: 9). Está claro en el texto, que el árbol del conocimiento del bien y del mal era agradable a la vista (Génesis 3:6). Estos estaban uno al lado del otro. Probablemente, el árbol de la vida, que era bueno para el alimento, debía tener un aspecto no muy vistoso. Sabemos que el árbol de la vida apunta a Jesús y que la Biblia lo muestra sin apariencia, está escrito eso sobre Jesús en los profetas.El hombre se dejó llevar por aquello que era más agradable a su punto, en lugar de colocar su confianza en el carácter de Dios, confió en su apreciación que lo que Dios le había dicho. Así es hoy, desde entonces el hombre se volvió en juez de Dios, el hombre define lo que el cree que es bueno o malo, no es lo que Dios dice que es, Dios había dicho no comas de este árbol, pero a él le parecía muy agradable y bueno para comer, entonces Satanás apela a esa duda acerca del carácter de Dios, la justicia propia es azuzada por el maligno, él aprovecha cuando existe una imagen errada del carácter de Dios y la usa en nuestra contra. Adán y Eva no confiaron en el carácter de Dios y comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal. La primera consecuencia de eso fue ver cosas que ellos no veían antes. LA MANIFESTACIÓN DE LA JUSTICIA PROPIA Este momento de comparación fue el divisor de aguas para la vida del ser humano y aún hoy es fundamental. En el caso de Adán, ese fue el momento en que las cosas realmente lo llevaron cuesta abajo ¿Por qué no fueron hacia Dios, arrepentidos de lo que hicieron y le pidieron hacer ropas para ellos? Si ellos conocieran a Dios sabrían que Él es misericordioso y listo para perdonar (Salmo 86:5). Teniendo ese entendimiento habrían buscado al Señor pidiendo perdón. Si hubieran hecho eso ¿qué habría ocurrido? No sabemos, porque eso no sucedió. No podemos cambiar la historia ocurrida en el Edén, pero podemos cuidarnos de no repetirla en nuestras propias vidas. Hoy podemos vivir la vida que Dios vive, vestir la vestimenta que Dios tiene (la gracia de Cristo) y experimentar la libertad de caminar por el jardín, como Dios anda, sin ningún problema de conciencia, pues, en la cruz, la obra que Cristo hizo a nuestro favor fue completa, está consumada. Cuando oyeron la voz del Señor Dios, que andaba en el jardín, se escondieron de la presencia del Señor Dios, tanto el hombre y su mujer, entre los árboles del jardín (Génesis 3: 8-12).Tu sabes que la justicia propia anula la gracia de Dios. O vivimos en la justicia propia o en la gracia de Dios. Optar por una de ellas anula a la otra. Es como la luz y las tinieblas. LA SANTA CENA De una forma práctica, lo que debemos hacer todos los días, cuando despertamos, es declarar la obra de la cruz en nuestras vidas. Decir que somos resucitados en Jesucristo. Que ahora no dependemos más de nuestra justicia propia, sino de la justicia de nuestro Señor Jesucristo. Proclamar que ella nos salvó y abrió un nuevo y vivo camino hacia el Señor Dios. Que no hay más condenación en nuestra vida, así como tampoco hay más merecimiento ¡Que hoy vivimos la vida de Cristo! Después de declarar esto a ti mismo, al mundo natural y al mundo espiritual, alaba a Dios por esa obra consumada hecha en la cruz. Mientras usted esté alabando, será lleno del Espíritu Santo (Efesios 5: 15-21) y no habrá tentación que le pueda resistir en el camino de su cristianización ¡Gloria a Dios por la obra del Calvario!Por eso el Señor instituyó la celebración de la Santa Cena, porque a través de ella nuestros ojos se abren a la gracia de Cristo, al amor del Señor y por tanto, somos libres de la justicia propia, libres de la condenación. Lucas 22:19-20 se menciona la palabra “Memoria” (amnnesis, en el original), en 1 Corintios 11:26 dice cada vez que comieres de este pan anuncias la muerte del Señor hasta que el venga. Su muerte te dio la vida, su muerte es la muestra de su amor, su muerte sirvió para que seas como Él es, su muerte te libró de la condenación del pecado y te hizo hijo amado, no por obras, sino por su gracia. Su muerte nos mostró que no merecíamos nada, pero Él nos amo primero, su muerte te dio victoria y autoridad sobre toda potestad, su muerte nos libró de la maldición de ley.