Vence al mundo a través del amor del padre

//Pr. Eliud Cervantes\\

Cercados de gloria y honra

En la Palabra del Señor, en el Salmo 8, David comienza y termina exaltando la gloria de nuestro Dios por la creación.

“¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos” (Salmos 8:1)

Luego, David al ver toda la creación dijo: “¿Qué es el hombre para que tengas memoria?” (V.4)

“Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies” (Salmos 8:5-6)

Es interesante que cuando Dios hizo al hombre, Él lo coronó de gloria y honra. La palabra corona es “atár”, que significa “cercar”. No es como una corona en la cabeza, sino como si Dios lo hubiese cercado. Es decir, el hombre no estaba desnudo, sino cercado con gloria y honra.

La palabra “honra” es “jadar”, que significa “hermosura, esplendor, magnificencia”. Cuando Dios hizo al hombre lo hizo con hermosura, para cargar su esplendor. La palabra para “gloria” en hebreo es “kabod”, cómo la gloria del ponerse el sol, el hombre fue creado para llevar la gloria de Dios, la manifestación de la esencia de Dios. La palabra “gloria” también es usado para “peso”. Dios lo corona de gloria, para que el hombre tenga peso en su palabra, por ejemplo en lo que habla. Fue precisamente así que vivió Jesús en esta tierra, lo que hablaba se cumplía. Ej: contra la tempestad, higuera, demonios, etc.

Cuando Dios le dió gloria al hombre, no era solo para hablar sino también para protegerlo. Era así que se protegía y controlaba a los animales grandes. Incluso de las cosas que se arrastran, como las bacterias que hoy en día dominan al hombre.

Ahora ¿Cómo perdió el hombre esa gloria? Por causa del pecado. Por eso Jesús vino para darnos vida en abundancia, la vida que expresa esa gloria. La palabra vida para las plantas y animales es “bios” en griego, la vida humana es “psiqué”, pero la más alta vida, la con la cual vive Dios es lo que no tienen, y eso es lo que Jesús trajo, la vida “Zoe”, la vida en abundancia. Él no vino para darnos perdidas o reglas sino vida en abundancia. 

El amor del Padre nos libra del mundo

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15-16)           

La Palabra nos dice que no amemos el mundo, pero ¿Qué es el mundo? Juan nos dice que el mundo son los deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida. Todavía, el amor del Padre en este pasaje, no se refiere al amor tuyo por Dios, sino al amor del Padre por tí. Es la revelación del amor del Padre sobre nosotros que nos libra de los aspectos del mundo. Por tanto, Dios no quiere que odiemos el mundo (cosmos) sino que seamos herederos del mundo, y eso lo vemos en la promesa de Dios sobre Abraham y su descendencia. 

“Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe” (Romanos 4:13)

Si esa promesa es para la descendencia, ¿porqué no la heredamos? Porque solo se hereda por la justicia de fe, no por la Ley ó reglas.Somos justos por la gracia, por lo que Jesús hizo. Sin embargo, esa promesa puede ser anulada cuando vivimos por la Ley.

“Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa” (Romanos 4:14)

La ley produce ira, las personas escuchan la ira cuando la ley es predicada y no el amor de Dios. La ley los aleja de Dios y les lleva a abrazar las concupiscencias o deseos del mundo. 

“Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión” (Romanos 4:15)

¿Qué hizo entonces Jesús? Continuó predicando el evangelio, y es eso lo que tenemos que hacer. Es eso lo que transforma las personas de adentro hacia afuera y no ciertas reglas de conducta.

Somos amados por el Padre

En Mateo 4 tenemos la tentación de Jesús después que fue llevado al desierto y en esa tentación Él enfrentó esos tres aspectos del mundo y los venció. ¿Cómo? Por causa del amor del Padre. Eso lo vemos en el capítulo anterior.

“Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17)

“Este es mi hijo amado” fue lo que le dijo el Padre, sin embargo, Él no había hecho ningún milagro hasta ese momento. Fue esa declaración que sostuvo a Jesús en la tentación. Ahora, ¿Qué crees que va pasar cuando sobre tus hijos declares el amor incondicional sobre sus vidas? No porque hayan hecho algo, sino por el simple hecho que son hijos. Ellos vencerán en todo en la vida, al igual que Jesús.

La Palabra del Señor nos muestra que nuestras vidas tienen mucho valor, no porque hayamos hecho algo, sino simplemente porque Dios nos ama. En Mateo, el Señor nos dice que el valor de dos pajarillos es un cuarto, es decir, algo que no tiene mucho valor. Todavía, en Lucas vemos que cinco pajarillos valen 02 cuartos, es decir, el precio es mucho menor aún. 

“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados” (Mateo 10:29-30)

“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de uestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (Lucas 12:6-7)

Sin embargo, por más baratos que sean estos pajarillos ninguno era olvidado por Dios. ¿Qué es lo que Dios nos quiere decir con eso? Que sí estos paraillos no son olvidados, cuánto más nosotros tenemos  amor delante de nuestro Padre. Es por esa razón que Él hasta tiene contado los cabellos de nuestra cabeza. Ese es el amor de Dios por tu vida. ¡Aleluya!

Es por eso que debemos hablar del amor del Padre a nuestros hijos, discípulos, personas, en lugar de juzgar y golpear a los hermanos. Es verdad, no merecías ese amor, pero Dios creyó que sí valias eso, por eso dió la vida de su propio Hijo. No somos dignos para ser salvos, pero tenemos ese valor para que Él de su Hijo por amor de nosotros. Ahora, sabes ¿cómo Dios te ama? Cómo Él amaba a Jesús. 

“Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:23)

Él nos ama como amó a su Hijo. Cada mañana declara eso. ¿Estás con miedo de algo? Cada dia habla sobre ese miedo con Él, pero habla sabiendo que Él te ama y no te va dejar de amar. Lo que nos livra de este mundo es justo el amor del Padre. Fue así que venció Jesús.

Aumenta la gloria y honra declarando amor

¿Cuántos quieren aumentar la gloria y honra en sus hijos, discípulos? Declara amor sobre la vida de ellos. El apóstol Pedro nos dice que fué así con Jesús.

“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia” (2 Pedro 1:16-17)

Pedro vió y escuchó lo que el Padre dijo a respecto de Jesús en los dos lugares: Río Jordán (lugar más bajo) y en el monte de la transfiguración (lugar alto). Jesus recibió honra y gloria cuando escuchó que era amado. Por eso cuando declaramos el amor sobre nuestros hijos o discípulos, los estamos coronando de honra y gloria y ellos serán victoriosos. Ej: Una muchacha nunca va ceder a las cosas del mundo cuando sabe que es amada, por más que sea amenazada con rechazo. Muchas veces la rebeldía en los adolescentes es precisamente eso, porque no recibieron el amor de sus Padres. Por tanto, el amor es importante, y el mundo necesita escuchar que Dios los ama.

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