//Pra. Yadira Romero\\
Cuando nacemos de nuevo hay algo que yo creo que todos experimentamos es ese profundo deseo de ser USADOS por Dios. Y en realidad yo creo que eso es algo que nunca debe de extinguirse de nuestras vidas, ese deseo, anhelo es algo que tiene que renovarse día a día e ir en aumento, esa tiene que ser una pasión constante. Porque cuando ese deseo esta menguando o crees que esta muerto es que empezamos a vivir una vida natural y sin propósito, es ahí cuando empezamos a vivir para nosotros mismos, y empezamos a amar más nuestra vida.
“El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la ganará” (Juan 12:25)
El Señor Jesús hace una gran afirmación de que nuestra vida para este mundo no es valiosa, de que nuestra vida cobra relevancia cuando estamos dispuestos a aborrecerla por causa del evangelio, por causa del propósito por causa del llamado. Y es de ese llamado que quiero hablar hoy en esta noche de poder ver cuáles son los criterios que el Señor tiene para llamar. Y yo creo que en esta noche hoy muchos percibirán que están calificados para ser llamados por Dios.
“Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas. Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo. Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo: Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo. Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: Por qué no me habéis edificado casa de cedro? Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel” (2 Samuel 7: 1-8)
Esta porción de la palabra nos muestra el pacto que hizo Dios con David un pacto poderoso. Y yo quiero mostrarte el como es que Dios llama como ve Dios.
Como Dios nos llama
“Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel” (2 Samuel 7: 8)
El profeta Natan le recordó a David el como Dios lo había llamado, le mostro con eso lo que Dios ve lo que el como Dios califica, no lo que el hombre evalúa para llamar. Los estándares de Dios son diferentes a los de los hombres, muchos creen que primero deben alcanzar ciertas posiciones, tener cierto performance para ser llamados, tener títulos o haber alcanzado lo que otros aun no alcanzaron para ser llamados por Dios.
David antes de ser ungido por el profeta Samuel, mataba Leones y Osos pero sin ninguna pretencion, el solo buscaba cuidar de sus ovejas. El hombre natural esta preocupado en hacer para ser visto y mostrar que esta apto, pero aquel que vive de forma sobrenatural no busca aprobación humana el quiere agradar a Dios. David buscaba cuidar sus ovejas algo talvez pequeño, pero justamente es eso que Dios usa para mostrarle que el lo llamo desde la función que el cumplía cuidar ovejas. No tengas por menos lo que haces o desarrollas para el Señor el llama a aquellos que cuidan lo que el mas ama, el ama las ovejas.
Dios en medio del llamado
“Y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa” (2da Samuel 7:9-11)
Hay algo que repetimos mucho hasta puede sonar como un cliche que cuando nos convertimos parece que tenemos mas problemas, conflictos y yo creo que es asi porque ahora nuestra lucha no solo es natural sino que también espiritual, pero es triste que se nos olvida un gran detalle DIOS ESTA CON NOSOTROS, y eso hace toda la diferencia.
Antes de ser ungido como Rey David vivia uma vida tranquila como pastor de ovejas, pero cuando fue ungido como Rey parece que todos los problemas vinieron sobre el, de un dia estar pasteando ovejas tranquilamente, tuvo que enfrentarse a un gigante, tuvo que huir del Saul, tuvo que andar escondiéndose ¿Pero si fue llamado por Dios? Justamente porque fue llamado por Dios, El estuvo con David en todo momento, porque aquellos que son llamados Dios esta con ellos en todo tiempo. (Ejemplo Saul – David).
El legado de aquellos que son llamados
“Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente” (2da Samuel 7:12-16)
Todos aquellos que son llamados tienes que saber que habrá relevancia en lo que hagas, no fruto de algo que tu buscas si no fruto de que lo que haces tiene una marca que el la marca de la uncion de Dios y si hay algo imposible de ser tapado, escondido es la UNCION, y eso trae relevancia.
Aquellos que somos llamados, fuimos llamados para edificar una gran obra, pero no grande para ganar un nombre sino para transferir una herencia, dejar un legado y liberar uncion. Eso torna relevante la vida de todo aquel que fue llamado.