El poder de tener conciencia de la presencia de Jesús en tu vida

 //Pr. Elidu Cervantes\\

  1. Comienza tu día con Jesús

Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche. Salmos 92: 1-2

¿Sabías que Dios prometió que ningún arma forjada contra ti prosperará (Isaías 54:17)? Sin embargo, Él no prometió que no fueran forjadas armas contra ti. Él prometió que aunque fueran forjadas armas contra ti, ellas no te herirían ni derrotarían.

Comienza tu día con Jesús; practicando el observar Su presencia, entregándole tus planes a Él y confiando en que te dará Su favor inmerecido, sabiduría y fuerza para este día.

Hay todo tipo de arma forjada contra la humanidad, principalmente en estos últimos días. Piensa simplemente en los muchos tipos de virus, enfermedades y enfermedades mortales que hay. Cuando enciendes la televisión y ves los noticieros, todo lo que pareces oír es sobre guerras, conflictos, desastres, colapsos financieros, violencia, desempleo, hambre y nuevas variedades de virus mortales. Es impresionante cuántas personas se despiertan por la mañana y lo primero que hacen es recoger el periódico y leer malas noticias antes de ir al trabajo. ¡Luego, justo antes de acostarse, ven el noticiero nuevamente!

Ahora, por favor, entienda que no estoy en contra de leer los periódicos o ver el noticiero, o ver la televisión con el fin de estar bien informado. Pero quiero animarte a comenzar tu día con Jesús, practicando el observar su presencia, reconociéndolo, entregándole tus planes y confiando en Él para que te dé Su favor inmerecido, sabiduría y fuerza cada día. Recuerda ser como José en la Biblia. El Señor estaba con José y él era un hombre próspero. Tu éxito no viene como consecuencia de que estés al lado del descubrimiento más reciente de un virus o por ser consciente del último desastre. ¡No! ¡Tú éxito vendrá como consecuencia de que estés sintonizado con la presencia de Jesús en su vida!

Pero también el último pensamiento antes de acostarse es muy importante. Irse a acostar pensando en Jesús, dando gracias a Él por el día que pasó. También puedes meditar en una de sus promesas, como la que se encuentra en Isaías 54:17. Simplemente dile: “Gracias, Padre. ¡Tu Palabra declara que ninguna arma forjada contra mí prosperará!” La mayoría de las veces, despertarás rejuvenecido, renovado y lleno de energía, aunque no hayas dormido muchas horas.

Por otro lado, si te vas a acostar sólo con lo que acabas de oír en el noticiero en tu mente, puedes dormir por muchas más horas de lo normal, y es muy probable que despiertes cansado. A veces hasta sintiendo dolor de cabeza. ¿Has pasado por eso? Bueno, no necesita volver a experimentar eso de nuevo. Haz un sándwich de tu día con la presencia de Jesús. ¡Comienza el día con él, disfruta de su presencia durante el día y termina el día con él en su mente!

  1. Practica la Conciencia de la Presencia de Jesús y mira su poder

“Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán…” Jeremías 20:11

¿Sabías que el mejor momento para agradecer a Jesús por su presencia es cuando no “sientes” su presencia? En lo que se refiere a la presencia de Jesús, no te dejes llevar por tus sentimientos. Los sentimientos pueden ser engañosos. Camina de acuerdo con su promesa de que Él es Emanuel; ¡Dios con nosotros! Los sentimientos no se basan en la verdad. ¡La Palabra de Dios es la verdad!

¿Has escuchado la historia del novio que se acercó al pastor inmediatamente después de la ceremonia de su boda?

  • Él fue hasta su pastor y le dijo: “Pastor, ¿puedo hablar con usted por un segundo?
  • “Por supuesto”, le respondió el pastor.
  • El novio le dijo: “Sabe algo, no me siento casado.”
  • El pastor le agarró por el cuello y gruñó: “Escucha muchacho. Tú estás casado lo quieras sentir o no, ¿entendido? ¡Simplemente acepta por fe que estás casado!

Como puedes ver, amigo mío, no puedes seguir tus sentimientos. Sigue la verdad, y la verdad es ésta: Dios prometió: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”. Por lo tanto, la mejor hora para practicar ser consciente de su presencia es exactamente cuando te sientes como si Jesús estuviera a 100 mil kilómetros de distancia. Recuerda que los sentimientos no se basan en la verdad. ¡La Palabra de Dios es la verdad!

Del mismo modo, sea cual sea tu papel o vocación, ya seas un profesor, un líder empresarial o una ama de casa, quiero que sepas: Jesús está contigo y Él quiere hacer que seas exitoso. El Señor Emanuel está contigo.

  1. Tus Miedos y Ansiedades Desaparecen en la presencia de Dios

“Los montes se derritieron como cera delante de Jehová…” Salmos 97:5

Independientemente de donde estés, el Señor está contigo. Incluso en medio de tus miedos, mientras estás solo en tu habitación, Él está allí contigo.

En el instante en que comienzas a tener conciencia de Su presencia y cultivarla, todos tus miedos, ansiedades y preocupaciones se derretirán como mantequilla en un día caliente, o como el salmista David dice: “Los montes se derritieron como cera delante de Jehová…” por eso, la presencia del Señor es necesaria para mantenerte libre de la preocupación.

No puedes tratar de prepararte psicológicamente para perder el miedo ni para dejar la preocupación. No puede simplemente decir para ti mismo: “Vamos, deja de preocuparte. No hay motivo para preocuparse.” Eso simplemente no funciona. La deuda va a continuar encarándote y tus problemas todavía serán tan infranqueables como siempre han sido por más que intentes prepararte psicológicamente. Eso es lo que el mundo está tratando de hacer, pero no funciona. Es necesaria la presencia del Señor para mantenerte libre de la preocupación.

Jesús no te está pidiendo prepararte psicológicamente y vivir en un estado de negación del problema. ¡De algún modo! Él te dice: “En medio de tu aflicción, Yo soy tu escudo. Yo soy tu defensor. Yo soy tu fortaleza. Yo soy tu refugio. Yo soy tu suministro. Yo soy tu cura. Yo soy tu proveedor. Yo soy tu paz. Yo soy tu alegría. Yo soy tu sabiduría. Yo soy tu fuerza. ¡Yo soy la gloria y el que levanta tu cabeza!” (Salmos 3: 3). ¡Amén! No te está pidiendo fingir que los hechos no existen. ¡Él quiere que entiendas que Él ESTA CONTIGO!

Cuando sabes que Dios está a tu lado y que puedes contar con Él, y pones tus problemas en Sus poderosas manos, comienzas a hacer una evaluación más precisa de “cuán grandes” son tus problemas. Cuando ellos están en tus manos, el peso y la carga de tus problemas pueden aplastarte. Pero cuando involucras a Jesús, los problemas que un día fueron monumentales se vuelven microscópicos en comparación con la grandeza de su amor y de su bondad hacia ti.

Hoy, mientras consideres todo lo que necesitas hacer y las expectativas que se ponen sobre ti, mira a Jesús ahí a tu lado. Él es tu provisión, tu sabiduría, tu paz y tu fuerza. ¡Aleluya!

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