//Pr. ELiud Cervantes\\
Si usted recibiese instrucciones pero no entendieses el motivo de ellas, ¿no las obedecerías con mucha más dificultad?
Para comprender las instrucciones de Dios, tenemos que comenzar del principio.
El primer principio que debe ser colocado es que: Dios es lo primero. Como sustantivo, primero significa la primera persona o cosa mencionada; como adjetivo la palabra primero significa el número uno dentro de una serie, en el inicio del tiempo, por encima en importancia, fundamental y básico. Fundamental es aquello que es colocado primero, el fundamento.
Ser lo primero no significa ser una pieza aislada, sino significa aquello que sirve de base para todos los demás. Este principio puede ser observado en la construcción de un edificio. El fundamento viene primero y todo lo demás depende de él.
La biblia hace 205 menciones sobre fe, 208 sobre salvación, 366 sobre no temer y 2085 a respecto del dinero. Más del 50% de las parábolas hablan sobre eso.
Y la manera como lidiamos con el dinero muestra nuestra corazón y va determinar el nivel de bendición en nuestra vida. Habla de tus prioridades y tu importancia. Dios está preocupado con nuestro CORAZÓN.
- El ejemplo de Adán y Eva
Dios no creó al hombre para ser su esclavo ni colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal para tentar al hombre. Hay algunos que piensan que aquel árbol era tentador, pero eso no es verdad.
“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie” Stg 1:13
Cuando Dios separó algo exclusivamente para sí, él estaba mostrando al hombre que él es el Señor. Dios dio al hombre poder y autoridad para sujetar, pero había algo que estaba por encima de su autoridad. Esto debería ser recordado por la prohibición que ellos eran comandados por Dios.
Cuando comieron del fruto, ellos tomaron algo que era de dios y el resultado fue la muerte. Al tomar algo que es exclusivamente de Dios nos hacemos iguales a él y esta es la actitud de Lucifer.
Solo Dios es el primero y cuando tomamos lo primero estamos intentando tomar el lugar de Dios.
- El ejemplo de Abraham e Isaac
Hubo un momento en que Dios necesitó comprobar el lugar que poseía en la vida de Abraham. El Señor dijo que Isaac era el único hijo de Abraham lo que significa que Ismael no fue contado. Siendo el único, él era también lo primero y sabemos que todo primero pertenece a Dios.
“Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” Gn 22:2
“Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.” Gn 22:12
Dios podía exigir lo primero de Abraham y cuando él decidió darlo su fe fue comprobada. Dar a Isaac no significa, por tanto, dar apenas lo mejor o sacrificial, sino significa dar lo primero.
- El ejemplo de los primogénitos en Egipto
Dios había dicho a Faraón para que deje ir a su primogénito.
“Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito” Ex 4:22-23
Sabemos que lo primero pertenece a Dios, por eso el Señor podía juzgar a Egipto por usurpar a su primogénito. Faraón no acató la orden de Dios y por eso él comenzó a enviar plagas las cuales se tornaron progresivamente más severas.
La historia de las plagas no es una analogía que a las personas les gusta aplicar a sus vidas. Sin embargo, como los egipcios, existen siempre aquello que creen que no hay nada a ser cambiado en sus vidas porque no consiguen ver la llegada del juicio. ¿Tú ya tuviste el presentimiento de que alguien estaba queriendo decirte algo? Los pequeños problemas pueden ser advertencias de Dios. Hoy son algunos mosquitos y langostas, pero es progresivo. Si no hay cambio el juicio puede tornarse severo.
La lección de las plagas es esta: si no colocamos a Dios en lo primero, eso no impedirá de ser el primero.
- El principio del primogénito
Tú te casarías con alguien que diga: yo te seré fiel los 360 días por año, pero quiero 5 días para hacer lo que yo quiera sin rendirte cuentas de mis acciones?
Dios quería ser el Señor sobre su pueblo y para establecer eso, él instauró el Tabernáculo, las fiestas, la ley, el sacrificio y la ley de las primicias.
Lo primero pertenece a Dios – Ex 13:1-9
“Todo primer nacido, mío es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. Pero redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías” Ex 34:19-20
“Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre” Ex 34:26
El primogénito es consagrado al Señor y aquello que es consagrado a Dios es santísimo y no puede ser tomado por ningún medio (Lv 27:26-28)
El animal impuro debería ser rescatado, pero el puro debería morir. Es interesante que el hombre es impuro y por eso podía ser rescatado, pero Jesús, siendo puro, tuvo que ser muerto.
Hoy en día, el israelita podría decir: Dios no necesita de mi oveja, él no necesita de mi hijo y ni de mi dinero. Pero ese era el mecanismo para que Él muestre que era lo primero. Dios no quería la oveja más gorda o la más bonita, Él quería la primera. No podía ser la segunda o la octava, pues así él no sería lo primero. Dios solamente es Dios si él es lo primero.
- El ejemplo de Acán
La primera ciudad a ser conquistada en Canaán fue Jericó. El Señor dijo que todo el oro y toda la plata de aquella ciudad sería de Él, porque era la primera (Js 6:18-19). Todo lo que es primero es de Dios. Vea la consecuencia de que Acán haya tomado algo que era de Dios. Vea que a partir de la segunda ciudad los despojos podrían ser divididos entre el pueblo.
¿Por qué fue maldecido Acán? Porque cogió algo de la Casa del Señor. Aquello era santo y consagrado y ningún hombre podría coger. Jericó era la primera ciudad a ser conquistada y como primicia pertenecía a Dios. Era algo santo que pertenecía a la Casa del Señor. Si alguien coge las primicias tendrá la misma maldición de Acán.
Dios no dijo a Josué: después que conquistes diez ciudades me das una, antes él dijo: la primera es mía.
Dios, siendo lleno de gracia le dio tiempo y oportunidad para que Acán se arrepienta, pues la suerte fue cayendo sobre cada nivel de Israel (Js 7:16-19). Josué mandó que él diese gloria a Dios porque le había robado su gloria de ser el primero.
Hemos ignorado el factor Acán, pero por causa de uno la bendición deja de venir. La cuestión no es descubrir quién es Acán sino tener la disposición de no ser uno de ellos.
- El ejemplo de Abel y Cain
“…Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” Gn 4:3-4
La ofrenda de Abel fue de las primicias del rebaño, pero la ofrenda de Caín no fue de las primicias de su cosecha. Este es uno de los motivos porque la ofrenda de Abel fue aceptada y la de Caín rechazada. Dios solo acepta lo primero.
La ofrenda de Caín no procedió de fe, pues trajo al Señor algo después de algún tiempo, o sea, después de juntar alguna cosecha. Pero Abel trajo las primicias, o sea, él no esperó tener más para ofrendar al Señor. Él dio lo primero antes que venga lo segundo.