Enviados al mundo

//Pr. Luis A. Núñez\\

(Juan 17:1-26)

Son momentos cruciales, Jesús está a punto de ser arrestado, está iniciando el camino hacia obra consumada y separa un tiempo para orar; en esta oración podemos ver su corazón.

  1. Dios siempre te tuvo en la mira

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra” (Juan 17:6)

Tu llegaste al Señor porque Dios te encontró primero, siempre estuviste en su corazón, te estuvo esperando, por eso hubo fiesta en los cielos el día que te convertiste.

  1. La oración del Señor 

Nos muestra el deseo del Señor para tu vida.

“Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son” (Juan 17:9)

El versículo nueve tiene una declaración que de pronto nos deja un tanto desubicados. Jesús le dice al Padre: “Yo ruego por ellos (sus discípulos)”, es interesante este detalle, esta aclaración, continua: “no ruego por el mundo” ¿Por qué dice “no ruego por el mundo”? si nosotros leemos los versículos anteriores, así como otras partes de la Biblia, veremos que el objetivo era el mundo:

  • Juan el bautista dijo: “he aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
  • Juan 3:16 dice: “de tal manera amó Dios al mundo”.
  • Marcos 16:15 dice: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
  • Juan 8:12 dice: “Yo soy la luz de este mundo”.
  • Juan 1:10-11 dice: “En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo no lo conoció. A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron”. 

El mundo le pertenece, es suyo, por eso dice que vino a lo suyo, a buscar lo que le pertenece. Jesús hizo la obra redentora, hizo todo para salvar a este mundo, sus últimas palabras en la cruz denotan ello: “Todo está consumado”, es decir, todo está hecho, para que este mundo fuera libre y salvo ¿Qué más podría hacerse? Es como si el Señor dijera: “no necesito orar por el mundo, sino por mis discípulos, ellos son los que necesitan de mi ruego, de mi protección en oración y por supuesto que es así, hoy en día los hijos de Dios están en medio de una lucha grande, una lucha espiritual, necesitamos de la intercesión de nuestro salvador.

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14-16)

¿Cuáles serían los motivos del ruego el Señor? Veamos:

  1. Para que seas guardado del mal 

No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:15)

Esta palabra mal es muy amplia, habla de todas las cosas perversas, que definitivamente están a tu alrededor. No seremos quitados de este mundo, pero si seremos fortalecidos para vencer.

  1. Para que no te pierdas 

“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros” (Juan 17:11)

El versículo siguiente nos muestra que el deseo, la oración de Jesús es que no te pierdas, que no claudiques, que no seas engañado y que te mantengas en unidad con su pueblo.

  1. Para que seas lo que eres 

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17)

Que por el poder de la Palabra seas transformado en lo que eres, por la Palabra de verdad seas llevado a expresar lo que eres.

  1. Para que seas un gran evangelista 

“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Juan 17:20)

El Señor hace una oración de cadena a través de los tiempos, solo observen: “no oro por estos solamente” es en tiempo presente, pero continúa: “sino por aquellos que han de creer”, se proyecta al futuro, es decir, oró por aquellos que te predicaron la palabra, así como está orando por ti y por aquellos a quienes les predicarás y creerán ¡esto es tremendo! es decir, eres el resultado de la oración del Señor Jesús y además Él oró por quien tú le predicarás.

“Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18)

Él te envió al mundo, eres el enviado del Señor, por eso dice la Palabra que eres su embajador.

  1. Para que seas conocido como el amado 

“Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:23)

  1. Para que estés donde Él está 

“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo” (Juan 17:24)

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