//Pr. Luis A. Núñez\\

“Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia. Diga ahora Israel, que para siempre es su misericordia. Diga ahora la casa de Aarón, que para siempre es su misericordia. Digan ahora los que temen a Jehová, que para siempre es su misericordia” (Salmos 118:1-4)
Aquí se nos muestra dos razones por las que alabamos al Señor, primero porque Él es bueno y también porque para siempre es su misericordia. La palabra misericordia aquí es kjésed, que se traduce también como bondad, es decir, para siempre es su bondad. Esa bondad encierra gracia y favor, debemos confiar en todo lo que dice, pues todo refleja su bondad.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloriase vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:19-34)
¿Por qué Jesús habló tanto de dinero? ¿Será que Jesús estaba tras el dinero? ¿Será que Él vino a esta tierra en busca de dinero? la respuesta, por supuesto, es no. Jesús no está interesado en el dinero, está interesado en nuestros corazones. Observa este versículo:
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21)
El Señor está expresando una verdad, dice que hay una realidad y ¿cuál es esa realidad? ¡Donde está tu tesoro allí está tu corazón! así es siempre, es una realidad presente en todos nosotros, es algo verdadero y cotidiano.
¿Qué es el tesoro?aquí en la Biblia la palabra usada es tesouros, usada para definir un tesoro, una riqueza. Un tesoro es algo que poseemos, algo que es importante para nosotros, es algo por lo cual hemos trabajado y lo valoramos, generalmente lo apreciamos más que a muchas otras cosas, nadie tiene su tesoro tirado por allí. Podemos decir que todos tenemos un tesoro, no sé cuál sea el tamaño de este, pero Jesús dijo que donde estuviera tu tesoro, allí también estará tu corazón.
Entonces si el Señor nos dice que “hagamos tesoros”, la pregunta es ¿Dónde y como debemos hacer nuestros tesoros?El corazón siempre va trás el tesoro. Entonces veamos lo que dice la Palabra:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21)
Desde el versículo 19, el Señor está haciendo una introducción para dar un mensaje que puede ser el inicio de una gran prosperidad en tu vida. Si percibes, una gran mayoría de personas se resigna y se frustra en función de la prosperidad económica, porque piensan que no es la voluntad de Dios. El problema es que muchos creen que dinero y Dios no tienen nada que ver, pero vemos muchos ejemplos en la Biblia que tienen que ver con dinero. Muchos creen que estos “tesoros” están relacionados a hacer obras de evangelismo, ayuda social u obediencia a los mandamientos, pero en realidad se trata de dinero. El dinero es necesario para hacer la obra de Dios.
Pongamos atención a la introducción que el Señor Jesús hace en el v. 19, Él nos dice que hagamos tesoros, pero nos dice que no los hagamos en la tierra, sino en los cielos y nos dice que donde esté nuestro tesoro allí estará nuestro corazón. Para entender mejor veamos los siguientes conceptos:
El cielo y la tierra (Territorio)
El cielo y la tierra son dos mundos, uno es celestial y el otro es terrenal. La palabra tierra aquí es usada para definir un territorio, a diferencia otros lugares donde esta palabra es usada con una connotación geográfica. Entonces, existe un territorio o reino donde Dios gobierna y otro donde reina Satanás. La Biblia nos muestra en varias partes que Satanás es el príncipe de este mundo (Juan 16:11). El cielo es el territorio donde gobierna Dios.
“Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios” (Mateo 5:34)
El cielo se puede manifestar en la tierra ¿Cómo? a través de embajadores del cielo en la tierra.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios ” (2 Corintios 5:20)
“Por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar” (Efesios 6:20)
Aquí el cielo es el territorio de Dios y la tierra es el territorio del maligno. Aquí, en medio de la tierra, puede haber cielo, a través de sus embajadores, pero allá en el cielo solo hay cielo, porque solo Dios reina. Estamos tomando posesión de lo que es de Dios, los dominios del diablo están reduciéndose cada vez más, a medida que la Iglesia crece este territorio de Dios también crece ¡aleluya! Entonces lo que nos está diciendo es que los tesoros que hagamos sean bajo el gobierno, bajo la dirección, bajo los principios de Dios, bajo su señorío.
Otro segundo aspecto muy importante es la manera como vemos este asunto:
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6:22-23)
Percibe como en el v. 22 el Señor nos habla acerca de cómo estamos mirando esto, si nuestros ojos son de luz o de tinieblas. Luz y tinieblas otra vez son dos mundos, si tu tesoro está en el reino de la luz, pues allí estará tu corazón y si está en el reino de las tinieblas allí estará tu corazón. No son dos tesoros diferentes, son dos mundos diferentes ¿lo entiendes? Es un mismo tesoro, pero este permanecerá donde decidas hacerlo y el cómo lo ves definirá si está en luz o tinieblas. Esa es la razón por la que todo lo que tiene que ver con dinero tiene dos formas de verse, con un ojo bueno, que es luz, o sea conforme a la Palabra o con un ojo malo, que es conforme a este mundo. Cuando hablamos de dinero, de diezmos, de primicias o de ofrendas solo se pueden ver de dos formas, con ojos buenos u ojos malos. Esa es la razón por la que en la iglesia del Señor hay quienes ven el dinero con ojos de luz, a la luz de la Palabra, actúan en función a esta visión y son bendecidos y hay quienes lo ven con ojos del mundo y como tal no perciben la luz, la verdad. Por eso dice:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24)
El Señor continúa explicando y dice que hay dos mundos, el cielo y la tierra, en uno está reinando Dios y en el otro reina Satanás. Estos dos mundos tienen dos señores y el hecho de poner tu tesoro en uno de ellos hace que te vuelvas siervo de uno de ellos. Sirves a Dios en el cielo o sirves a mamón en la tierra, es decir, el dinero o tu tesoro está asociado a servir. Sin embargo, existe el peligro de que estos embajadores, sus hijos, pretendan servir a dos señores y no funciona de esa manera, tu tesoro está en el cielo, bajo la voluntad de Dios o está en la tierra, bajo la voluntad de mamón.
Por lo tanto, no te afanes ni tengas ansiedad por buscar comida o vestido, confía en Dios porque Él sabe lo que necesitas (Mateo 6:25-34) ¡Los gentiles buscan esto! ¿Cómo es esto? o sea ¿los cristianos no buscan que comer o que vestir? No se refiere a eso, lo que Dios quiere decir es que, los que pertenecen al cielo tienen ojos buenos y mente amplia y los de la tierra tienen ojos malos y mente reducida ¿Cómo es esto? el gentil busca afanadamente pan y vestido, esto le trae inseguridad por su mañana y su mente está enfocada en esto, pero el celestial no busca primero pan, sino la voluntad de Dios y entonces el pan siempre vendrá por añadidura ¿Cuántos quieren se ricos? es claro que el deseo de todos es tener más de lo que necesitamos y eso es ser rico, pero la pregunta es ¿para qué? bajo el reino de Dios siempre hay propósito, pues está ligado a tu nueva naturaleza ¿para qué quieres una empresa, o un incremento de salario? Si tienes un propósito, nunca serás un rico inútil que no sepa qué hacer con tanto dinero, porque buscaste la voluntad de Dios y todo vino por añadidura.

