La visión del lienzo

//Pr. Eliud Cervantes\\

Como Iglesia, estamos en días donde seremos usados por Dios para llevar muchas almas a nuestro Señor Jesús y creo que la historia de Cornelio y la visión de Pedro nos sirven como una analogía de lo que el Señor quiere hacer entre nosotros. Delante nuestro está el proyecto Kausay Wasi, nuestros Encuentros en Casas y tú necesitas entender tu posición e importancia en este proyecto.

La hora novena

“Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana,  piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.  Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas” (Hechos 10:1-6)

La Palabra de Dios nos dice que Cornelio recibió la visión del Señor a la hora novena, que son las 3:00 pm. Ese fue exactamente el momento en que el Señor clamó en la Cruz “¡Está consumado!” Hay un aspecto del trabajo de Dios que está terminado y el otro que está en curso. La obra de redención estaba terminada, pero la obra de expansión del cuerpo de Cristo está en progreso.

Debemos entender que el corazón de Dios es que todo el mundo sea salvo, es por eso Jesús dijo: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16) y también les dijo a los discípulos “…Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15).

Ahora, cuando Pedro describe la visión de Cornelio a los hermanos en Jerusalén, dice que el ángel envió a buscar a Simón Pedro y le dijo: “… Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa” (Hechos 11: 13-14). La salvación viene con palabras y un hombre de Dios necesita transmitirlas. Mira que el ángel mismo no predicó, sino que envió a que llamen a Pedro. Estos días también Dios levantará hombres y mujeres que hablen la palabra para que casas enteras sean salvas.

La visión de Pedro 

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta” (Hechos 10:9)

“La hora sexta” es el mediodía, las 12:00p.m. Es un momento del día donde hay mayor brillo. El mediodía también fue el momento en que apareció Jesús a Saulo cuando perseguía a los cristianos y quedó ciego. En esta historia, creo que Pedro es una imagen de los creyentes. Estamos entrando en una época de mayor esplendor, incluso cuando el  mundo parece estar cubierto de tinieblas (Isaías 60:2).

“Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra” Hch 10:10-11 

El cielo ahora está abierto sobre nosotros. Había un tiempo en que los cielos eran como bronce y las oraciones de la gente no podía alcanzar a Dios, pero debido a la cruz, los cielos están abiertos para nosotros hoy (Deuteronomio 28:23).

“En el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás” (Hechos 10:12-14) 

Pedro al escuchar la orden y responder de esa manera, estaba tomando la visión literalmente, refiriéndose a comer solo la carne o comida; pero los animales de la visión simbolizan a las personas del mundo.

“Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo” (Hechos 10:15-16) 

En la palabra de Dios, que algo se repita 3 veces nos habla de algo perfecto y completo al igual que el número siete. Vemos, por ejemplo: El Señor Jesús oró 3 veces en Getsemaní. Pablo oró tres veces para que la espina en la carne se quitara. Pero para Pedro, “tres veces” era algo significativo porque él negó a Jesús tres veces, y Jesús lo restauró al ministerio con tres preguntas (Jn 21), le estaba recordando su amor y gracia por él. Esta visión que Pedro recibió del Señor es también la visión que el Señor quiere que tengamos en este año de la “Casa Llena”: No llames a nadie común o inmundo.

Cuando el Señor repitió la visión tres veces, estaba estableciendo algo de una vez por todas en la vida de la iglesia. Cornelio era un gentil que buscaba sinceramente a Dios y Dios envió a Pedro a predicarle. Hoy también hay gente que busca a Dios en los lugares más inverosímiles, pero ¿hay algunos Pedros entre nosotros con la visión de llevarles el evangelio? Este día el Señor quiere extender el “lienzo” ante nosotros.

Es interesante que, en la cristiandad de hoy, clasificamos a las personas en diferentes grupos basados ​​en sus pecados. Esto está mal porque todos los pecadores necesitan a Jesús de la misma manera. Estamos destinados a predicar el evangelio a todos. 

Dios ama y quiere que alcancemos a todas las personas

Si el corazón de alguien clama por el Dios verdadero, el Señor enviará un mensajero. Él enviará Su palabra de salvación a esa persona.

Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta” (Hechos 10:17) 

La visión que Dios le dio a Pedro fue simbólica, no tenía nada que ver con los animales; tenía que ver con la gente. Dios le estaba diciendo a Pedro (y por extensión, nosotros) que todos necesitamos a Jesús. Independientemente cuán inmorales son estas personas por fuera, o qué pecados creemos que tienen, ahora todos están en un lugar de favor. Dios nos ha llamado a llevar la palabra de reconciliación a todos ellos (2 Corintios 5:20). Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, colocó a todos en igualdad de condiciones. Capaces de recibir su gran gracia y salvación. El corazón de amor del Señor por las personas es mucho más grande de lo que nos damos cuenta. Él mira a las personas de manera diferente.

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36) 

Creo que la aplicación para nosotros hoy es muy clara, no deberíamos crear una separación entre los diversos tipos de pecadores que existen. No debemos asumir que algunos están más allá de la gracia de Dios. De hecho, donde hay más pecado habrá mucha más gracia superabundante disponible. Esta hermosa historia termina con muchas salvaciones. Este fue el Pentecostés de los gentiles. Fue el comienzo de la iglesia de los gentiles. Hoy, somos parte de la iglesia gentil que comenzó en la casa de Cornelio.

¿Qué significa esto para nosotros hoy? 

Necesitamos vivir una vida de alguien amado por el Señor y también una vida de amar a los demás. El Señor desea que tengamos buenas relaciones. Él no quiere que nos separemos de nuestros seres queridos.

“Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos…” (Hechos 10:19-20) 

Escucha al Espíritu hablándote en este nuevo tiempo. Creo que El Señor nos hablará con sueños y visiones proféticas y resultará en mucha salvación. La palabra que está en mi corazón es que experimentaremos algo sin precedentes entre nosotros.

“Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos” (Hechos 10:24) 

Cornelio reunió a sus familiares y amigos cercanos. Éste es el tiempo de acercarnos y comunicarnos con amigos cercanos y parientes e invitarlos a escuchar la predicación de la Palabra de Dios para que también reciben de Dios. Después de eso, Pedro comenzó a predicar acerca del Señor Jesús. Y la culminación de su mensaje fue esta:

“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso” (Hechos 10:43-44)

Cuando Pedro hablaba del perdón de los pecados por medio de Jesucristo, el Espíritu Santo descendió sobre ellos. ¡Dios hizo algo nuevo y sin precedentes! La salvación nunca había sucedido de esa manera antes. No se hicieron oraciones y aun así el Espíritu Santo descendió sobre ellos y los bautizó. Este año veremos muchas salvaciones sucediendo de una manera sin precedentes.

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