Necesidades (Un obstáculo para cumplir la voluntad de Dios)

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//Pr. Eliud Cervantes\\

UntitledEl Evangelio de Juan es un libro de cuadros descriptivos. Trata de la vida divina y sus funciones, los cuales son difíciles de describirlas en lenguaje humano, pero el apóstol Juan recibió sabiduría, de parte del Señor para poder transmitirlo usando cuadros descriptivos.
Hasta este capítulo hay cuatro casos. En el primer caso, el Señor habló con un hombre superior, moral, acerca de la regeneración que efectúa la vida. Por medio de nuestro nuevo nacimiento, el Señor llega a ser nuestra segunda vida, la vida divina. En el segundo caso, el Señor habló a una mujer inferior, inmoral, acerca de la satisfacción que provee la vida. El Señor mismo es el agua viva que satisface a los corazones insatisfechos. En el tercer caso, el Señor sanó a un niño que estaba a punto de morir. El Señor sana a los moribundos por Su palabra vivificante y mediante la fe. En el cuarto caso, el Señor vivificó a un hombre imposibilitado que había estado enfermo por treinta y ocho años. Esto muestra que el Señor vivifica a los impotentes por medio de la vida.
Este pasaje nos habla del quinto caso, el Señor alimentando a los cinco mil con el pan de vida. Esto indica que Él es el pan vivo y celestial que satisface el hambre de la multitud.
Siguiendo a Jesús por la señales – Jn 6:1-2  ¿Cuántos siguen a Jesús en este lugar? ¿Por qué estamos siguiendo a Jesús? Son preguntas que debemos hacernos todos los días, porque nuestra vida cristiana comienza el día que decidimos seguir a Jesús, cuando obedecemos el llamado de Dios, en todos es así. Y aquí en este pasaje de Juan vemos a una multitud que seguía a Jesús.
Pero una característica de esta multitud era que le seguía por las señales que Jesús hacía:
“Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea,  el de Tiberias. Y le seguía gran multitud,  porque veían las señales que hacía en los enfermos”. Jn 6:1-2
El Cristiano comienza así su vida Cristiana, siguiendo a Jesús porque ve el poder de Dios obrando en su vida. Porque Dios nos saca de las manos del diablo con mano poderosa. Normalmente tal vez tú viste el poder de Dios cuando te sacó del alcoholismo, de las drogas, de la rebeldía, etc. Siempre vamos a ver el poder de Dios y nos vamos a  asombrar por las grandes cosas que Dios hace.
El pueblo de Israel – que representa a la Iglesia – vivió esa experiencia cuando Dios los sacó de Egipto (Mundo) y de las manos de Faraón (Satanás). Dios tuvo que manifestar su poder mandando las 10 plagas que todos nosotros ya conocemos, abriendo el mar, etc.
“sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto” Dt 7:8
Lo mismo pasó con este pueblo que seguía a Jesús, ellos vieron el Poder de Dios, las señales que hacía Jesús. El pueblo hasta quería hacerlo rey. “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey,  volvió a retirarse al monte él solo”. Jn 6:15
Pero ¿Por qué querían hacerlo rey? ¿será que querían realmente vivir bajo el gobierno de Jesús o ya era otra la motivación de ellos?
“Se cuenta que cierta vez, en el Medio Oriente había un pueblo y a ese pueblo llegó un hombre y les dijo que quería ser su rey, pero la población indignado le dijo: cómo pides ser nuestro rey, ¿has hecho alguna cosa por nosotros, nos has alimentado, has sanado nuestros enfermos? Entonces el hombre comenzó a alimentarlos, sanar los enfermos, darles ropa y muchas otras cosas más. Después de un año, el hombre se presentó nuevamente al pueblo y le dijo que quería ser su rey, pero el pueblo le dijo: para que quieres ser nuestro rey, si así está bien.”
Esa es nuestra historia muchas veces con Jesús, queremos sólo a alguien que provea nuestras necesidades, pero no queremos estar bajo el gobierno de Dios. Pero déjame decirte una cosa: Él es el REY DE REYES. En el v.24 encontramos que el pueblo fue en búsqueda de Jesús:
“Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.”
Siguiendo a Jesús por las necesidades ¿Por qué buscaban a Jesús? ¿Realmente esa multitud quería a Jesús? Y es ahí que Jesús revela lo que había en el corazón de esta multitud: “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis”. Jn 6:26
Esta multitud le estaba buscando a Jesús no por las señales o la manifestación del poder de Dios como al comienzo, sino que ahora, estaban buscándolo para satisfacer sus necesidades. El diablo siempre nos estará tentando en esa área. Es algo que fácilmente no percibimos, porque no es algo obsceno, terrible o escandaloso; pero cuando accedemos se torna en un impedimento para hacer la voluntad de Dios. Fue así con Jesús:
La tentación de Jesús – Mt 4:1-4 El diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios…”  en otras palabras: usa tu facultad de “hijo” para satisfacer tus necesidades… Pero Jesús entendió que nuestra condición de ser “hijo” de Dios no es para satisfacer nuestras necesidades en primer lugar, sino para hacer la voluntad del Padre.
Trabajando para Dios Es por eso que Jesús les dice a la multitud: v.27 – “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece…” Pero, ¿Cuál es la comida de Jesús? En Jn 4:32-34, encontramos que la comida de Jesús es “Hacer la voluntad del Padre”:
“El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis… Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”
El alimento de Jesús era hacer la voluntad de su Padre, y no solamente eso, sino también acabar su obra. Es así que debe ser con nosotros, debemos trabajar por hacer la voluntad de Dios y acabar su obra en nuestras vidas, no nos conformemos con solo hacer su voluntad, debemos también buscar acabar esa obra.
Jesús nuestro alimento espiritual y material – Jn 6:35
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
Jesús es nuestro alimento tanto espiritual como material. Debemos reconocer que este mundo está hambriento y no tiene satisfacción. En el mundo corrompido por Satanás no hay verdadera satisfacción, siempre hay hambre.
Si usted desea ser alimentado por Cristo y ser satisfecho con Él, debe ir con Él a un lugar alto. Ser satisfechos con Cristo depende de que seamos llevados al monte y alimentados allí con Él.
El Apóstol Pablo aprendió a no vivir dominado por las necesidades (Fil 4:11-13; 18-19). Él sabía estar contento en la “abundancia” y también en la “necesidad”, ¿por qué? Por qué el propósito de Dios era mayor que cualquier otra necesidad, incluso mayor que su propia vida. Él dijo en Hch 20:24:
“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”.
No nos afanemos Pero ¿qué hacemos con nuestras necesidades? La respuesta de Dios está en Mt 6:31-33 – “No nos afanemos…” Él tiene cuidado de nosotros. Quiero concluir haciéndote la misma pregunta del inicio ¿Por qué estás siguiendo a Jesús?

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