//Pr. Christian Alvarado\\
Conozco a un arquitecto boliviano llamado Fredi Mamani, quien se caracteriza por colocar partes estéticamente feas en sus construcciones, pero al juntarlas las han valorado como obras de arte. Este ejemplo nos habla de la manera como actúa Dios con nosotros, ya que tenemos partes de nuestra historia que no quisiéramos recordar, pues hemos sido heridos, nos hemos dejado llevar por el pecado, la soledad, el egoísmo y otras tantas características feas, pero Dios al intervenir en esas partes ha logrado una obra maestra.
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús. A fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás” Efesios 2 : 10 (NTV)
¿Obra maestra? ¿Estoy leyendo bien? No puede ser, pues muchas veces frente al espejo solo pienso en mi pasado, en mi economia, en mi vida amorosa, en mis fracasos. Traté de manejar mi vida de la mejor manera, pero en vez de ver mejorías, a veces solo veo más daño. Traté de sanar, pero ahora me veo más enfermo, quise soñar y ahora no hay expectativas, quise progresar y solo fallé, pero ahora aferrándome a la Palabra de Dios podemos reflexionar en tres cosas:
- !Que guapo soy!
Ya no te mires en Instagram, en Tiktok, ya no te proyectes en otras personas. Ya no te mires en el espejo de la comparación, porque ahí siempre concluirás que alguien tiene más que tu, que otras personas tienen un mejor matrimonio, que las vacaciones de otros son mejores, que la vida de otros es mejor.
Mejor mirate en el espejo de Jesús, en donde eres la obra maestra de Dios, una obra única e incomparable. Con una fe propia, con un camino propio, con ideas y un nombre propio.
Cuando te miras como obra maestra ya no estás para cualquier proyecto, ya no te entregas a cualquier persona solo porque te dice te quiero, ya no estás para rogarle a gente que no quiere estar contigo. No estás donde no te quieren, te valoras y cuidas tu salud y hasta haces ejercicio, te das cuenta de tu superioridad. Cuando alguien te maltrata tú lo tratas bien, cuando alguien juega con tus sentimientos, tu respetas los suyos, cuando alguien habla mal de ti, tú simplemente te ríes y sigues adelante.
A mucha gente no le gusta lo que hago, no le gustan mis canciones, no le gustan mis sonidos, mis formas de comunicar, lo que escribo, mi voz, mi lenguaje, lo que hago con mis manos, pero no importa que yo no les guste a ellos, porque yo le gusto a Dios y Él me dice: “Eres mi obra maestra, yo te imagine desde antes de la formación del mundo”.
- Reinventarme
Dios se reveló ante Jeremías y le pidió que vaya a ver a un artista para entender algo muy importante.
“Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías: «Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje». Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno, pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien. En ese momento la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el Señor—. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero” (Jeremías 18:1-6 NVI)
Quizás alguien te hirió, te dañaron y hablaron mal de ti, pues reinvéntate. Quizás te sientes agotado o desanimado, pues entonces reinvéntate. Cuando estoy sin fuerzas, pido al Espíritu Santo que me reinvente. Cuando me doy cuenta que estoy haciendo lo mismo me reinvento, cuando las cosas van bien también me reinvento, porque Dios es vida y la vida es sinónimo de “movimiento”.
Frente a esto podrías decirme: “!Es que no conoces mi historia! Es fácil para ti porque no haz vivido mi realidad. Quizás fuiste víctima de una violación, de maltrato en el hogar, te menosprecia tu familia, tus amigos, quizá nadie cree en ti, pero Jesús te puede acompañar a reinventarte y a ser tu mejor versión.
Quizás has estado buscando paz y sentirte lleno a través de mujeres, hombres, alcohol o drogas, es hora de reinventarte. La pregunta es ¿qué has aceptando en tu vida que ahora necesita ser reinventado?
- El arte es para compartir
“A fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás” (Isaías 53:5)
Es interesante notar que una persona que fue herida vino a cumplir con la misión de salvar el mundo, llega un momento en que a Jesús se le ve herido, vulnerable, avergonzado, débil y si eso es así, entonces ¿por qué solo queremos mostrarnos sanos, discretos, fuertes, referentes o enérgicos? Una persona dañada, herida, reinventada, por reinventar, triste, alegre, emocional, distraida, visionaria, segura, insegura, a veces fracasada y otras veces exitosa es la obra maestra que será usada con poder el día de hoy.
Esa obra en movimiento, esa obra viva, esa obra maestra no se va a quedar en un cuarto para guardarse, sino que va a pasar de salón de exposición a salón de exposición, como toda buena obra de arte, le guste a quien e guste, entiéndelo, tú como obra maestra eres para ser compartido a los demás.