//Pr. Luis A. Núñez\\
Muchas veces los problemas no son en el verdadero problema, sino cómo enfrentamos ese problema. La manera cómo se reaccionamos o enfrentamos el problema es el verdadero problema. Hace poco alguien me contó lo que paso con un hermano, quien tiene mucho miedo a los perros. Un día, en la calle, un perro corrió hacia él, en ese momento recordó que vio un programa de supervivencia en el que decía que si un toro corre hacia ti es mejor tirarse al piso y ponerse en posición fetal y quedarse quieto, así que se tiró al piso y se quedó quieto, pero no funcionó, porque el perro le mordió la espalda. Yo le pregunté al hermano que me contó esa historia que haría si estuviera en esa misma situación, él me dijo que cuando le pasa eso, él se coloca frente al perro y comienza a correr en dirección al perro, gritando y el perro se detiene y huye. Perciban un mismo problema con dos formas diferentes de enfrentarlo, la manera como se enfrenta el problema es lo que determina la solución o desencadenar en un mayor problema.
En este tiempo de ayuno vamos a pedir a Dios que nos permita abrir nuestros ojos para vencer, para creer, para tomar lo que ya se nos dio. La palabra rhema de nuestro ayuno es “… me has hecho vivir” (Josué 14:10-12), somos sobrevivientes de una ola pandémica, sumado a una serie de circunstancias que podrían acabar con tu vida, (accidentes, enfermedades, etc.), pero Dios te ha hecho vivir con un propósito, que puedas vivir a plenitud los días y años que Él te da. Para entender mejor veamos lo siguiente:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3)
“Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 2:6)
En Efesios 1:3, la Biblia menciona que ya fuimos bendecidos con toda clase de bendiciones en los lugares celestiales y en el verso 2:6 dice que estamos sentados con Cristo en los lugares celestiales, es decir, Efesios 1:3 nos habla de lo que poseemos y Efesios 2:6 nos habla de nuestra posición, es decir, tenemos una posición que nos da derecho a una poseción. Todavía observa algo, tanto la posición que tenemos, como el ser poseedores de bendiciones no es un hecho que tiene que ver con nuestras obras, sino que es la obra de Él.
Es Él quien nos puso allí y nos dio toda bendición. La posición que nos otorgó Cristo cuando murió en nuestro lugar es una posición de tremenda honra y de gran autoridad. “Nos bendijo con toda bendición espiritual”, esto nos habla de gracia, es decir, somos poseedores de bendición. Los “lugares celestiales” hablan del dominio y señorio de Dios, habla de una realidad espiritual de donde hoy procede su poder. Los cielos es una descripción espiritual y la Biblia nos muestra que es el inicio de algo real, por eso la fe es la manera como tomamos lo que ya se nos dio. Los siguientes versos hablan de esta verdad:
“Así que era necesario que las copias de las realidades celestiales fueran purificadas con esos sacrificios, pero que las realidades mismas lo fueran con sacrificios superiores a aquéllos. En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro” (Hebreos 9:23-24)
¿Entiendes esto? el tabernáculo, el lugar santísimo, el arca, todo era copia de una realidad celestial, de un mundo espiritual real, de donde procede el poder y la gracia, allí fue determinada tu bendición, allí tienes una posición junto a Él, por eso tienes autoridad, por eso podemos reinar en vida, pero si ya fuimos bendecidos entonces ¿por qué es que aún no lo disfrutamos completamente? Todos sus hijos quieren ser bendecidos y el Señor en su inmenso amor también desea que cada persona sea bendecida, entonces el problema no está en las bendiciones del Señor, sino en la persona que las recibe ¿Cuáles son esos problemas?
- No tener una fe correcta
Podemos ver que el problema se trata de la fe. En el Nuevo Testamento no vemos al Señor Jesús diciendo: ¡Oh hombre de pequeña visión!, no vemos al Señor diciendo: ¡Oh hombres de pequeña obediencia!, no lo vemos diciendo: ¡Oh hombre de pequeña santidad!, pero si lo vemos diciendo constantemente: ¡Oh hombres de poca fe! (El evangelio de Mateo narra por lo menos 5 veces donde dice “hombres de poca fe”) es decir, debes entender que es por el creer que tomaste lo que Cristo hizo en la cruz (vida eterna), pero también es por el creer que tomarás la vida abundante que Él vino a darnos.
La Palabra de Dios dice que somos salvos por la gracia mediante la fe (Efesios 2:8), por lo tanto, la fe es la llave que abre la puerta. La fe se torna real y presente en nuestra vida en todo aquello que el Señor Jesús realizó en la cruz, pero en Hebreos 11 se nos muestra que la fe también es el perseverar en un llamado, es perseverar en un credo a pesar de las adversidades, es por eso que Cristo, el autor y consumador de la fe, se presenta como puerta y como camino.
En primer lugar, es necesario distinguir fe del simple reconocimiento mental o intelectual, o sea muchas personas saben que Jesús vivió, murió y resucitó y suponen que eso es fe. Ellos saben que Dios existe, sin embargo sabemos que el propio diablo cree y tiembla. Por eso, este tipo de fe no sirve, en realidad saber que Cristo murió por sus pecados no sirve para su salvación, cuando la Biblia habla respecto a la fe nos enseña que la fe es confiar solamente en el Señor Jesús para recibir vida eterna.
Podemos decir que las personas influenciadas por la religión confían en su propio esfuerzo, pero los que confían en Cristo para ser salvos, son salvos. El problema de nuestra generación es que piensa que no importa en que creamos, lo importante es tener fe. Hay personas que creen que la fe en si posee algún valor inherente, pero la fe solo tiene valor si es aplicada para creer en algo verdadero, en algo real como Cristo.
Un ejemplo, si en una noche te despiertas con dolor y mareos, vas hasta el baño tambaleando en la oscuridad y por la fe tomas el primer medicamento que encuentras, pero este era veneno para cucarachas, probablemente escribirán en tu tumba: “Este murió por la fe”. Es porque tu fe fue puesta en algo errado, que no era confiable. Para que la fe tenga valor, la fe necesita estar puesta en la verdad y solo hay uno que es la verdad ¡El Señor Jesús!
Tener fe en cualquier otra persona o en cualquier otra cosa que no sea Cristo es desastroso. Nuestra fe debe estar puesta en Dios, eso significa que nos aferramos a lo que Él dice de nosotros, nos aferramos a lo que Él nos dio.
- No tener revelación
La Biblia en Mateo 13:10-17 nos muestra que Jesús acababa de compartir la parábola del sembrador y los discipulos le preguntan por qué hablaba a la gente en parábolas, el Señor Jesús les responde que a ellos, los discípulos, se les ha dado a saber los misterios del Reino, pero a los demás se les hablaba en parábolas porque tienen el corazón endurecido y luego les dice: “al que tiene se le dara más y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” (v.12), luego les dice que ellos son bendecidos, bienaventurados, felices porque ven y oyen lo que muchos profetas hubieran querido ver y oir (v.16 y 17) ¿Cómo es eso? el Señor Jesús les está diciendo que fueron privilegiados, porque se les dio la revelación de una verdad y eso es lo que tienen, pero quienes no tienen, en realidad son los que recibieron la misma verdad, pero no tienen la revelación, por lo tanto, ellos no entienden que son privilegiados, no entienden la gracia derramada sobre ellos.
El reconocimiento de la gracia de Dios en Cristo te lleva a tener más fe, quien ve la gracia y el favor cada día, cree más el Él, el que reconoce la gracia tiene bendición, tiene para dar, tiene gratitud, tiene expectativa, tiene sueños en Dios, etc.
Un ejemplo tremendo es que después de la alimentación de los cuatromil, los discípulos discutían sobre el único pan que trajeron habiendo tanto pan que sobró del milagro de la multiplicacion, ellos solo tenían que dar gracias como lo hizo Jesús.
“Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas” (Mateo 15:36-37)
Cuando Jesús hizo el milagro de la multiplicación tomó aquello panes y peces y dio gracias, pues la gratitud siempre trae multiplicación. En los versos 16:5-12 se muestra que los discípulos se olvidaron de traer pan y Jesús les dice que se cuiden de la levadura de los fariseos que era su enseñanza ¿Cuál es esa enseñanza? El merecimiento, ellos tenían un pan (Marcos 8:14), pero no tenían la revelacion de lo que eso significaba. Acababan de ver el milagro producido por dar gracias por lo que tenían y no se dieron cuenta de eso. Siempre valora lo que tienes y se grato por lo que hoy está en tus manos, sea mucho o sea poco, eso traerá multiplicación a tu vida, traerá favor como lluvia en abundancia.