//Pr. Eliud Cervantes\\
“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración” (Romanos 12:12 NVI)
Alégrense en la esperanza
La palabra “alegres” en griego es “Jairo”, quiere decir feliz, que estés bien. Y ¿por qué podemos estar bien o felices? Porque tenemos ESPERANZA. Sin embargo, hoy en día, expresamos esperanza de lo que realmente no podemos estar seguros que sucederá. Decimos: “Espero ganar ese premio. Espero que no llueva mañana. Espero que todo salga bien”.
Pero la “esperanza” en la Biblia es una expectativa confiada y positiva del bien. Dios quiere que tengas una confiada expectativa del bien porque, como Su hijo, Él te favorece. Debido a que Cristo, la esperanza de gloria, está en ti (Colosenses 1:27), puedes tener expectativa de que la gloria de Dios brille en cada área de tu vida, incluyendo tu familia, tu trabajo, tu ministerio, tu salud y tus finanzas.
“A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27)
La Palabra de Dios dice: “y la esperanza no avergüenza [o “desilusiona”]; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5). Puedes haber experimentado desilusión en alguna esperanza, pero hay una esperanza que no te decepciona y esta es cuando eres consciente de lo tanto que Dios te ama. Es una esperanza que brota del corazón de Dios, quien te ama mucho.
Es interesante que la primera mención del don del espíritu santo en el libro de Romanos esté ligada al amor de Dios. El libro de Romanos es considerado fundacional para los cristianos. ¿Podría ser que lo primero que el espíritu santo quiere hacer es establecer en nuestros corazones que Dios nos ama? Muchas personas piensan que el Espíritu Santo ha venido a enseñarnos sobre el poder. Pero la verdad es que el Espíritu Santo no ha venido para revelar el amor para el poder ¡sino el poder del amor!
Querido joven, puede que hayas perdido tu trabajo. Pero si puedes decir: “Sé que Dios me ama”, también puedes decir: “Yo creo que conseguiré un mejor trabajo mañana”. Tu cortejo tal vez te haya dejado. Pero porque puedes decir: “Sé que Dios me ama” puedes también decir: “encontraré una muchacha mejor para mi vida”.
Cuando crees que Dios te ama, tendrás una positiva expectativa del bien. Tendrás una esperanza que no te desilusionará. ¡Así que ten cuidado con lo que esperas porque vas a obtenerlo!
En Israel, cada vez que hay celebraciones, la gente se desea “chag Sameaj”, que significa “estar alegre y de buen ánimo”. Y mira lo que la palabra de Dios dice sobre tener un corazón alegre:
“El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos” (Proverbios 17:22)
Cuando tienes un corazón alegre, te hace bien como si fuera una medicina, sin ningún efecto secundario inducido químicamente. La palabra “alegre” en hebreo es “sameach “, que significa “regocijo, feliz”. El Señor quiere que tengas un corazón alegre que se regocije sin importar lo que suceda a tu alrededor. La felicidad y la alegría son cosas diferentes. No puedes ser feliz todo el tiempo porque la felicidad está determinada por lo que sucede a tu alrededor. Pero el gozo es independiente de las circunstancias; es un estado en el que puedes estar perpetuamente cuando eres consciente del Señor y Su gracia.
Pacientes en el sufrimiento
La palabra “pacientes” o “sufridos”, en griego es “jupoméno” significa “quedarse bajo o permanecer” ó “soportar” cuando se trata de pruebas. Definitivamente la actitud que se espera de nosotros en medio al sufrimiento, y por supuesto que los habrá, primero porque vivimos en un mundo caído y el mismo Señor Jesús dijo que mientras estemos en este mundo pasaríamos varias aflicciones:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33)
Sin embargo, los sufrimientos también son una herramienta que Dios usa para formar nuestro carácter y que cada día nos parezcamos con Cristo Jesús, también para que el poder y la vida de Jesús se manifiesten.
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos” (2 Corintios 4:7-10)
Perseveren en la oración
La perseverancia se manifiesta no en momentos fáciles sino en tiempos de pruebas y dificultades. Si hay algo en el que los primeros discípulos del libro de los Hechos era que perseveraban en la oración.
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42)
Fue así que nuestros hermanos de la Iglesia primitiva pudieron enfrentar la persecución dwl imperio romano y situaciones del día a día. Entonces, el consejo que el Apóstol Pablo nos da es que en tiempos de sufrimiento, donde debemos ser pacientes, nuestra perseverancia debe ser en la oración. La oración nos capacitará a ser pacientes en medio de las pruebas o sufrimientos y así no desistiremos del propósito de Dios para nuestras vidas.
En su carta a la Iglesia de Filipo, Pablo nos dice que “POR NADA estemos afanososos”, y que nuestras peticiones o deseos sean llevados delante de Dios.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7)
Inclusive, podemos ver que la palabra “oración y ruego” se refiere a “orar en el Espíritu”. Y ¿cuál es el resultado de llevar nuestras peticiones delante de Dios? “La paz de Dios… guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos”. En griego, “guardia” es una palabra que se usa para describir lo que hace una guarnición militar. Imagínese: ¡así de forma segura la paz de Dios protege tu corazón y tu mente de todos los miedos, preocupaciones, ansiedades y malos pensamientos!
También el Apóstol Pedro, en su primera carta, en el capítulo 5 nos enseña que echemos toda ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros:
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:6-8)
Es cuando no llevamos nuestras circunstancias delante del Señor que nos tornamos en devorables por el enemigo. Por tanto, la última actitud que debemos tener como Radicales Libres para vivir una vida victoriosa es perseverar en la oración. Que cada día tengamos alegría en la certeza de la esperanza de la gloria de Dios y que delante de los problemas o sufrimientos seamos pacientes llevando todas esas situaciones delante de nuestro Padre que nos ama.