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//Luis A. Nuñez\\
Tus pasos tienen que ser firmes, con la fuerza del Señor lo lograrás. Si tú deseas crecer espiritualmente, necesitas luchar con el pecado. Esta es una lección que deberás practicar toda tu vida, es como lavarse el rostro, primeramente necesitamos aprender a lavarnos el rostro y luego debemos hacerlo todos los días.
La palabra de Dios habla mucho de cómo luchar con el pecado. En 1Jn. 1:9 Leemos “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. En este pasaje la expresión “confesar” significar tratar con el pecado.
En Proverbios 28:13 leemos: “El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que las confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia”. En este texto las expresiones “confiesa” y “aparta” también habla de tratar con el pecado.
¿Qué es el pecado?
Principalmente el pecado es toda intención y toda actitud contraria a los principios de Dios establecidas en su Palabra. La Biblia nos muestra el pecado de dos maneras, una se refiere a la naturaleza pecaminosa dentro de nosotros y, con relación a esto el tratamiento es una obra exclusiva de Dios, la salvación es una de las formas como Dios trató con este pecado; pero, la otra se refiere a los actos pecaminosos que cometemos y con relación a esto nosotros tenemos responsabilidad delante de Dios y de las personas.
Por lo tanto el acto de tratar con el pecado comprende dos aspectos: uno es delante de Dios y el otro es delante de las personas. Por un lado necesitamos del perdón de Dios y por otro lado la reconciliación de aquéllas personas contra las que pecamos.
¿Qué actitudes debemos tener con el pecado? a. Asumiendo tu verdadera posición.
Tus pecados que fueron cometidos antes que seas salvo, fueron perdonados por la fe, la Biblia dice eso en Hch. 10:43 “De esto dan testimonio todos los profetas, que todos los que en Él crean recibirán perdón de pecados.”
Pero después que tú te conviertes, ya no basta solo creer, ahora es necesario confesar. “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1Jn. 1:9). Estas palabras fueron escritas para los creyentes; por tanto, para borrar tus pecados cometidos después de tu conversión, necesitas de confesarlos delante de Dios.
b. Tratando con los hechos Si tu ofendiste a Dios, pide perdón a Dios, pero si aparte de esto pecaste contra alguien entonces debes pedir perdón a esa persona.
Si tu pecado delante de esa persona encierra solo una cuestión moral, debes confesarlo y disculparte delante de esa persona, pero si encierra dinero o perjuicios, entonces tienes que pagar la cuenta que debes.
¿Cómo vencer el pecado?
El pecado no acontece por casualidad, es fruto de un proceso, este proceso encierra cinco escalas: primero el enemigo llama tu atención, después él despierta un instinto natural, ese instinto se transforma en un deseo que finalmente se transforma en una intención o acción pecaminosa. Por esto, te aconsejo que te concentres en proyectarte siempre en las terribles consecuencias del pecado. “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Huye del pecado, evita cualquier cosa, situación o persona que despierte los deseos de tu carne y busca alimentar a tu espíritu con oración, lectura bíblica y comunión con los hermanos. (Romanos 6:13).
Ora para vencer en el momento de la tentación (Mateo. 26:41) Renueva tu mente, rechaza los pensamientos errados cuando ellos vinieran a tu mente. Tu puedes controlar tus pensamientos, no puedes impedir que un pajarillo vuele sobre tu cabeza, pero si puedes impedir que este haga su nido en tu cabeza.