A los adolescentes y jóvenes

//Pr. Luis A. Núñez\\

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad” (Eclesiastés 11:9-10) 

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad” (Eclesiastés 12:1-8)

Es Salomón quien escribe este libro por inspiración del Señor, como toda la Biblia y en la sabiduría que recibió de Dios nos comparte tres recomendaciones:

  1. Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios”

Alégrate en esta fase de tu vida, sé feliz por todo lo que vives, aprende a ser feliz y a disfrutar de tu vigor, tu fuerza, tu desarrollo.

“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (Judas 1:24) 

Nuestra alegría es el resultado de la obra que Él hizo, por la cual somos presentados sin mancha, es decir, mi alegría es lo soy por causa de lo que Él hizo.

Ahora, en esta fase de tu vida, tu corazón y tus ojos son dos cosas muy sensibles. No es condenable que seas impactado a través tus ojos o tu corazón, todo llama tu atención y todo toca tu corazón, solo considera que en cada paso, en cada decisión, debes tener un cuidado pleno, porque llegará un momento donde rendirás cuentas delante de Dios y además todo paso errado tiene consecuencias, en realidad, toda acción tiene una reacción, una consecuencia, decisiones buenas traerán consecuencias buenas, decisiones erradas traerán consecuencias malas. Por eso es importante aprender a ser guiado por el Espíritu.

  1. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad”

Una tendencia de todo adolescente, de todo joven, es el enojo y el mal humor, viven enojados por el sistema, enojados por sus padres, enojados por los mandatos, enojados por la falta de dinero, por no estar a la moda, enojados por la apariencia que tienen, por las malas experiencias vividas en la familia y la tendencia al mal es increíble, el mal está en tu carne, aparta ese mal de ti, ese impulso al pecado.  Quien está enojado tiende al mal, como dice Proverbios 14:17: “El que fácilmente se enoja comete locuras”. Muchos jóvenes toman decisiones porque están enojados, para contradecir, para rebelarse, pero las consecuencias serán terribles. 

Cuando la Biblia usa la palabra vanidad quiere decir que esa etapa va a pasar, pero si destruyes tu vida en esa etapa será terrible. Sexo, drogas o cualquier paso en falso producirá marcas para toda tu vida.

  1. “Acuérdate, del Señor antes que te hagas viejo”

Antes que tus ojos se oscurezcan, antes que tus piernas no tengan fuerzas, antes que tus brazos no respondan, acuérdate de tu creador.  Antes que te encorves, antes que tu apetito y tus dientes disminuyan, acuérdate de Dios, pues el tiempo pasa rápido. Estás viviendo un tiempo crucial, necesitas tomar a Dios en cuenta en cada momento de tu vida, en cada paso, este es el mejor momento para que en cada decisión tomes en cuenta a Dios.

Levantémonos para conquistar nuestra generación para Cristo, ahora que tienes fuerzas, vitalidad, ahora que tienes acceso a tantos recursos, como las redes sociales, ahora que tienes acceso a muchas maneras de interrelacionar, este es tiempo de tomar en cuenta a Dios en tu vida.   

Sin embargo, es interesante notar que en estas porciones de la Palabra no se nombra a Dios como Dios, sino como creador ¿por qué? aquí dice “acuérdate de tu creador” simplemente porque la creación de Dios responde a un propósito, es decir, recuerda, tomas a Dios en cuenta en tu vida, en el propósito de tu vida o de lo contrario habrá una alteración terrible en tu vida que solo lo percibirás en tu ancianidad y por supuesto eso traerá pesar y arrepentimiento tardío cuando te des cuenta que todo lo que viviste lejos de su propósito no te llevó a nada real, porque solo los ancianos perciben si perdieron sus años banalmente, allí es constante el pensamiento: “daría cualquier cosa para retroceder en el tiempo” es decir, aquello que decides o la forma de vida que decides vivir en esta fase va a ser percibida de manera intensa en tu ancianidad.

Hay un anciano feliz en la Biblia, su nombre es Pablo y él dice:

Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:6-8)

Cuantos quieren, llegado el momento, ser parte del grupo de los ancianos felices, de aquellos que tengan complacencia de su vida, esta es la fase de las decisiones que determinarán tu futuro y por supuesto tu vejez.

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