Comprendiendo el arrebatamiento Parte II

[sc_embed_player_template1 fileurl=”https://2b31df1bfa3a1bf94421d12d293d7c2117ce442e-www.googledrive.com/host/0B1rJzEaosKkvfnRJWE9GMFQ5Rk8wT2dtMXRuTEhMdmFIU2lYcFp6T1o1Yk1tRmE3cnEwZDQ/2015/150516M8_PrLuisA_ComprendiendoElArrebatamientoII.mp3″]

//Pr. Luis A. Nuñez\\

10805678_894973317203172_2830530230306386888_nAntes de hablar acerca de las características de quienes serán arrebatados, necesitamos comprender las grandes diferencias entre salvación y recompensa. Todavía necesitamos ver que en la vida cristiana hay una diferencia entre posición legal y posición experimental.
Posición legal es todo lo que es suyo por derecho. Legalmente ya somos más que vencedores, conforme a lo que está escrito en Rom. 8:31-37. En Cristo Jesús somos vencedores porque Él ya pagó el precio.
Él murió, resucitó, subyugó principados y potestades. Él venció y porque estamos en Él nosotros  también somos vencedores. Su posición es nuestra posición también.
Posición experimental, por tanto, es vivir la experiencia de aquello que ya es nuestro legalmente. Es posible ser legalmente heredero de una gran fortuna, mas experimentalmente vivir en la miseria absoluta. Dios nos dio la victoria, nuestra parte es apropiarnos de ella.
Nuestro encargo es edificar una iglesia de vencedores. Existe, por tanto, diferencia entre ser salvo y ser recompensado.  Podemos decir que los vencedores son aquellos que ya viven la experiencia de aquello que es de todo creyente legalmente.
La Biblia nos muestra que una cosa es la salvación y otra la vida cristiana victoriosa, esta vida cristiana victoriosa es recompensada, coronada, y se nos muestra que reinaran junto a Cristo en el periodo de los mil años.
1corintios 3:7-8 , 1 Corintios 3:14, Apocalipsis 22:12, 2 Timoteo 4:7, 1 Pedro 5:4, Apocalipsis 3:11.
En Lucas 19:11 el Señor les enseña una parábola que tiene que ver con el reino milenario, donde dice que a los que trabajaron las minas que les dio, les daría autoridad sobre ciudades, esa palabra autoridad tiene que ver con corona, la corona no es el objeto en si, sino la autoridad que esta representa, si la reina de Inglaterra pierde su corona no deja de ser reina.
Apocalipsis 20:6, Esta recompensa y corona tiene que ver con el reinar junto  Cristo en estos mil años, esa podría decirse que es la recompensa “reinar junto a El”, Todavía en Apocalipsis 12 se nos muestra que la mujer tendrá un hijo que será arrebatado al trono de Dios y que este hijo reinara sobre las naciones con vara de hierro, ciertamente esta mujer no es María, ya que dice que esta mujer será perseguida y huira al desierto por tres años y medio que es el tiempo de la gran tribulación.
La Biblia nos habla del reino de Dios y el reino de los cielos, si bien ambas pueden decirse es lo mismo vemos que en muchas partes la Biblia las usa indistintamente pero también podemos decir el reino de los cielos se usa para determinar el reino milenar de Cristo, un ejemplo puede ser hablar del Perú y del Cusco, terminamos diciendo que el Cusco es también el Perú, el reino de Dios es el gobierno universal de Dios en todos los tiempos, y el reino de los cielos es especifico en los mil años,  entonces hoy veremos las diferencias entre como se obtiene la salvación y como se obtiene la recompensa o el reinar con Cristo.
Primera diferencia: La forma como es adquirida.
La salvación es adquirida por la gracia mediante la fe, mientras el Reino por obras de justicia practicadas por nosotros. La Palabra del Señor nunca enseña que la salvación puede ser adquirida por las obras. La salvación es de gracia. Nadie podría comprar la salvación por eso Jesús la compró para nosotros. Hay en la Biblia muchos versículos que comprueban esto: Is. 55.1;
Ap 22.17; Tt. 3.5; Rm 6.23; Ef 2.8-9; Rm 10. 9-10.
La salvación acontece en un instante. La salvación es la puerta angosta de entrada, pero el Reino depende de como avanzamos en el camino angosto. Nuestra labor es caminar, en Cristo, el diablo quiere detenernos, herirnos en el calcañar.
Ahora creemos que la salvación no se pierde.
Un hijo puede dejar de recibir la herencia, pero nunca deja de ser hijo.(Juan 10:27-28).
Existen predicadores que dicen que si tú vienes a Jesús vas a ganar una corona en el cielo. Esto definitivamente está en desacuerdo con la Palabra de Dios. Nadie va a recibir una corona simplemente porque es salvo. Es necesario tener obras (Apocalipsis 2.23). Somos salvos por la gracia para las obras. (Efesios 2:8-9).
¿Si la salvación es adquirida enteramente por la gracia mediante la fe, entonces cómo es qué el Reino es adquirido?. El reino es adquirido cumpliendo las condiciones de Dios referidas a la fidelidad, santidad y perseverancia. (Mt. 5:3,10) Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
¿Para ser salvos necesitamos ser perseguidos? ¡No!. Pero para recibir la recompensa y la posición de honor en el Reino a veces es necesario sufrir persecución por causa del Evangelio. La persecución siempre trae consigo dos respuestas, o renuncias o te haces mas firme mas comprometido.
Porque os digo que, si vuestra justicia no excede en mucho la de los escribas y fariseos, jamás entraréis en el reino de los cielos. (Mt.  5:20)
Si crees que para ser salvo necesitas ser más santo que un fariseo, estás con problemas serios.
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, si no aquél que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. (Mt. 7:21)
Somos salvos cuando confesamos con la boca y creemos con el corazón. Pero para reinar debemos hacer la voluntad de Dios. Por eso ser un vencedor es algo muy diferente de lo que apenas es ser salvo.
¿Es posible ser salvo y no hacer la voluntad de Dios?. Claro que si.
Desde los días de Juan Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es tomado por esfuerzo, y los que se esfuerzan se apoderan de él. (Mt. 11:12).
Para ser salvos no necesitamos esforzarnos porque la salvación es de gracia. Pero, el Reino es tomado por esfuerzo.
Alguien puede decir que basta ser salvo y no importa él reinar con el Señor. Quien diga eso es como Esaú que desairó el derecho de primogenitura que poseía como heredero. Si usted desearía la recompensa de Dios quizá usted nunca haya nacido de nuevo.
2da diferencia – en cuanto la forma como Dios tratará
El reino no puede ser dado, deber ser conquistado. (Mt. 20:21- 23)
¿Por qué el Señor no pudo atender el pedido de aquella madre? Porque el reino no es algo que se da, es algo que se merece. El reino es una recompensa.
Veamos también la historia de los dos ladrones: “…acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús le contestó: En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
El pedido del ladrón envolvía el reino, pero la respuesta de Jesús fue con relación a la salvación. Con relación al reino Él no podía hacer nada, ya que el ladrón no tenía obras, pues estaba convirtiéndose en la hora de su muerte.
Algunos piensan que la muerte tiene poder de perfeccionarnos. Piensan que cuando mueran su vida será perfeccionada. No se engañe: si morimos ignorantes llegaremos allá ignorantes, si morimos sin obras llegaremos allá sin obras.
Bienaventurado es aquél que tiene la oportunidad de servir al Señor, porque sus obras van acompañarlo. Quien no tiene obras va a llegar de manos vacías delante de Dios.
“Bienaventurados los muertos que, desde ahora, mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus fatigas, pues sus obras les acompañan”. (Ap. 14:13)  La muerte no tiene el poder de añadir nada a nadie. Quien muere  niño en la fe, llega al cielo niño en la fe. Él no va a adquirir en un parpadear de ojos el conocimiento que no obtuvo aquí.
El milenio será el tiempo en el que el Señor va a completar la obra en la vida de muchos creyentes. Porque el Señor cumplirá su promesa. Sabemos que muchos mueren sin que esta obra esté completa. “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Fil.1:6)
El Señor busca frutos, como podemos ver en Juan 15:1-7 Jesús dijo: “Soy la vid verdadera y ustedes son las ramas. Mi Padre ésta buscando frutos”.
Si alguien peca aquí y no se arrepiente y viene a morir en el pecado entonces él será disciplinado allá. Pasará por el fuego de la disciplina de Dios en el milenio (Lc. 12:47).
Como vemos querido(a) es necesario comprender esto y desear ser vencedores pues el deseo de Dios es que podamos reinar junto a Cristo, la salvación fue una puerta de ingreso y hoy tenemos un gran camino que recorrer.
¡Se un vencedor experimental!

Descargar Audio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio