//Pr. Luis A. Núñez\\
“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:4-5)
El diablo quiere crear argumentos contra el conocimiento de Dios y la lucha es en nuestra mente. Por eso es necesario tener convicción y conocimiento de Dios.
Judas era uno de los hermanos biológicos del Señor Jesús, sin embargo, no se presenta como hermano del Señor en su carta, sino como siervo, como esclavo. Tanto Judas, como Santiago eran hijos de María y de José, pero Jesús nació de la virgen, cien por ciento hombre y cien por ciento Dios.
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3)
Sucedió que algunas personas se infiltraron en medio de la iglesia para distorsionar el evangelio y por ese motivo Judas dijo que era necesario contender (luchar ardientemente), no habla de una violencia física, menos de crear un ambiente de discusión, sino más bien habla de pasión, de posición, de firmeza en la fe ¿Cual es esa fe? ¡Es el evangelio!
“Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 1:4)
La palabra convierten es metatidsemi en griego y su signicado original es transponer, transferir, sustituir una cosa por otra ¿Qué es lo que estos hombres hicieron? Sustituyeron la gracia por el libertinaje.
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gálatas 1:6)
Pablo usa esa misma palabra cuando dice que los gálatas estaban pasando (mitatidsemi) de la gracia para otro evangelio, estaban cambiando la gracia por la ley. En Judas, estas personas también estaban sustituyendo el evangelio de la gracia por otra cosa, cuando retiran la gracia, estos hombres quitan al Señor Jesús del centro y al hacerlo, están negándolo. Predican sutilmente el esfuerzo humano, de cómo lograron cosas por su tiempo de ayuno, de la horas que oraron, del esfuerzo para no pecar, de cómo adquirieron unción por su consagración, entonces sutilmente quitaron a Cristo, para colocar el esfuerzo propio, la confianza en la carne y así entrar en el merecimiento.
En el versículo 11, Judas nos da tres características de los que distorsionan el evangelio y se desvían de la verdad, tres cosas en las que no debemos caer, ni ser arrastrados por los que están en eso. En este tiempo en el que somos bombardeados por tantos mensajes, debemos considerar seriamente esto.
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré” (Judas 1:11)
La palabra lucro también significa galardón o recompensa obtenida, es decir, por entrar en el merecimiento, en el renombre, en el mostrar su capacidad para lograr una vida piadosa, en el esfuerzo propio. Han caído en estas tres cosas en las que no debemos caer jamás.
El camino de Caín
¿Cuál es el camino de Caín? De primera instancia, vemos que habla de una decisión, de qué camino escoges. Significa que en algún momento se presentó delante de él otro camino para escoger. Entonces veamos:
Desde el Edén, el cordero tuvo que morir para que el hombre pudiera ser salvo. Apocalipsis 13:8 dice que: “el cordero fue inmolado desde el principio del mundo” ¿Cuándo sucedió esto? Después que Adán y Eva pecaron se dieron cuenta de que estaban desnudos y se hicieron ropas con hojas de higuera. Esto habla de cómo el esfuerzo humano por cubrir su pecado es temporal, porque en una horas las hojas se secan, Fue entonces que Dios mató al cordero y de su piel hizo ropas para Adán y Eva. Ese cordero simbolizaba al Señor Jesús y la sangre fue derramada en el Edén para que el hombre se presentara delante de Dios (Génesis 3:21)
Después de salir del Edén, Adán y Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel, sin embargo, por alguna razón, Caín no quiso presentarse delante de Dios de la forma como había sido prestablecida, por medio de la sangre. Cuando aceptamos la manera de Dios, reconocemos que somos pecadores y que necesitamos la cobertura de la sangre. Caín, sin embargo, no lo hizo así, llevó al Señor una ofrenda de cereales en la cual no había sangre. Abel, por otra parte, llevó un cordero que apunta al Hijo de Dios que derramó su sangre por nosotros. Caín llevó frutas, legumbres y cereales, el producto de sus manos. Él tuvo que trabajar para producir estas cosas y las llevó a Dios, pero el hombre solo puede acercarse a Dios por la sangre.
“Sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados” (Hebreos 9:22)
Cuando el hombre lleva a Dios un sacrificio sin sangre es como si dijera: “no soy un pecador, no necesito la sangre para cubrirme, no necesito que algún inocente muera por mi culpa, no soy culpable. En realidad, puedo satisfacer a Dios por mi propio esfuerzo”. Este es el significado del camino de Caín, es una religión basada en la obra humana.
¿Cuantos recuerdan a Jesús cuando lavó los pies de sus discípulos? Pedro no quiso y Jesús le dijo: “Si no dejas que te lave los pies no tendrás parte conmigo” ¿Por qué? porque no es lo que puedes hacer por Jesús lo que tiene valor o poder, sino lo que Él hizo por nosotros para limpiarnos de todo pecado.
Caín tuvo envidia de su hermano y se llenó de amargura, ciertamente pensó: “Abel no es mejor que yo, he ofrecido lo mejor para Dios ¿por qué fue aceptado y yo no?” Finalmente, mató a su hermano.
En Génesis 4:7 el Señor le dijo a Caín:
“Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”
Este es un texto bastante complicado, y que solo podemos entender en su dimensión a través de la revelación de Cristo. “El pecado está a la puerta” también puede ser traducido como “si no hicieres bien, la ofrenda por el pecado está a la puerta” porque la palabra esta a la puerta en el idioma original también significa está recostado, entonces entendemos que Dios colocó el cordero a disposición de Caín, pero este lo rechazó, prefirió sus propias obras.
“Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas” (1 Juan 3:11-12)
Juan dice que Abel era justo y que Caín era maligno ¿qué hizo Abel para ser llamado justo? Apenas confió en la sangre para presentarse delante de Dios. Si confiamos en la sangre, Dios nos ve como justos.
“y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Filipenses 3:9)
“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1Corintios 1:30)
Juan dice que Caín mató a su hermano porque sus obras ya eran malas ¿qué es tener obras malas? Es confiar en la justicia propia. Cuando confiamos en la justicia propia, inevitablemente todas las otras obras de la carne terminarán manifestándose.
El error de Balaam
La segunda característica de estos líderes es que cayeron por el error de Balaam ¿Quién fue Balaam? Era un profeta del Antiguo Testamento ¿recuerdas la historia?
Balac, el rey de Moab, temía que los hijos de Israel fuesen guiados por Moisés a través de su tierra, entonces dijo: “Voy a contratar a un brujo profesional”. Entonces contrató a Balaam, el profeta, porque este tenía reputación de tener el poder de maldecir a alguien y que esta persona probaría todo tipo de cosas malas. Sin embargo, cuando Balaám trató de maldecir al pueblo de Israel, Dios cambió sus palabras en su boca y solo pudo proferir bendiciones. Solo pudo bendecir al pueblo de Dios ¿sabes por qué? Porque cuando Dios bendice a su pueblo, no hay forma que este pueda ser maldecido.
“Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los montes del oriente; Ven, maldíceme a Jacob, Y ven, execra a Israel. ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?” (Números 23:7-8)
“No ha notado iniquidad en Jacob, Ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él, Y júbilo de rey en él” (Números 23:21)
Este es un aspecto claro del error de Balaam, él presumía que Dios maldeciría a su pueblo ya que estos se habían comportado mal en el desierto, pero a pesar de todos los errores de Israel en el desierto, todavía eran el pueblo de Dios y el Señor no permitió que Balaam los maldijera.
Nadie puede revocar la bendición que Dios dio, la bendición de Dios sobre nuestra vida no puede revertirse. Dios decidió bendecirnos a través de Cristo y por eso toda lengua que se levante contra nosotros en juicios serán condenadas (Isaías 54:17).
Todo aquel que piensa que Dios nos bendice o maldice por causa de nuestras obras o méritos continúa en el error de Balaam, pero aquellos que predican condenación y yugo sobre el pueblo de Dios también están en el error de la justicia propia. No somos bendecidos porque somos buenos o fieles, sino porque Él es bueno y fiel.
La contradicción de Coré
¿Quién es Coré? Coré fue uno de los hombres que instigaron una insurrección contra Moisés y Aarón, el sumo sacerdote, tenían celos de la posición de Aarón. Dios hizo de Aarón el primer sumo sacerdote de Israel, pero ¿Quién es nuestro sumo sacerdote hoy? El Señor Jesús. Coré y su grupo vinieron a Moisés y le dijeron:
“Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?” (Números 16:3)
Lo que dijeron no estaba mal, la congregación realmente es santa, pero no basta decir las cosas bien, es necesario tener la posición correcta delante de Dios. Hay muchos que hablan contra la iglesia y contra los pastores y lo que dicen puede incluso ser verdad, pero lo que dicen está lleno de muerte.
Ellos se levantaron contra Aarón y dijeron: “Todos somos santos”. Estaban diciendo que no necesitaban a Aarón, sin embargo, Aarón era el sumo sacerdote y Dios estableció que nadie puede acercarse delante de Él sin la intermediación del sumo sacerdote. Hoy nuestro sumo sacerdote es Cristo y nadie puede acercarse a Dios sin la intermediación de Cristo.
Existe el principio del representante en la Biblia, o sea, Dios trata con el representante como si tratara con todo el pueblo. David representó al pueblo de Israel en la pelea contra Goliat y su victoria fue la victoria de todo el pueblo. No era necesario que todo Israel luchara puesto que tenían un representante. El mismo principio se aplicaba al sumo sacerdote, este representaba a todo el pueblo delante de Dios, si el sumo sacerdote entraba al lugar Santísimo y caía muerto, se le arrastraba hacia afuera y toda la nación sabría que Dios los había rechazado y tendrían un año malo, derrotados por sus enemigos, sequía y hambre. Sin embargo, cuando el sumo sacerdote salía del lugar Santísimo vivo, levantaba la mano para bendecir a la nación y entonces sabrían que Dios los había aceptado, eso incluía un gran año con lluvia y abundancia. Lo que Dios estaba diciendo es que, si el sumo sacerdote es aceptado, tú también lo eres.
No obstante, lo buenos sumos sacerdotes envejecían y morían, por eso que la seguridad en el Antiguo Testamento no era permanente. Esos buenos sumos sacerdotes envejecían y las personas miraban con miedo al hijo que lo reemplazaría y que no tenía un buen comportamiento. Ahora, sin embargo, tenemos un sumo sacerdote que vive para siempre; cuando el sumo sacerdote es aceptado, nosotros también lo somos. Hoy nuestro sumo sacerdote es Jesús.
Nos volvemos pecadores por causa del pecado de un solo hombre, Adán era nuestro representante, pero ahora Cristo nos representó en la cruz. Hoy somos salvos por causa de la obediencia de un único hombre, Jesucristo. Él es nuestro representante delante de Dios y por eso su victoria también se considera la nuestra, también su obediencia es nuestra obediencia.
“Tenemos un sumo sacerdote que se compadece de nosotros y que intercede por nosotros” (Hebreos 4:15)
¿Sabes por qué Dios escogió a Aarón y no a Moisés para que sea el sumo sacerdote? Esto es curioso porque Moisés era el libertador, el hombre que hablaba con Dios cara a cara, pero, aun así, Dios escogió a Aarón. Creo que la razón para esto es que Moisés nunca había sido esclavo como el pueblo, mientras todo el pueblo sufría bajo la esclavitud, Moisés estaba en el palacio de Faraón, por eso no podría identificarse con el pueblo. Por otro lado, Aarón sufrió junto con el pueblo; el sumo sacerdote tenía que ser alguien que pueda identificarse con su pueblo, esta es la razón por la que Cristo se hizo hombre, para ser nuestro sumo sacerdote que nos comprende y nos ama, porque se hizo como nosotros.
Coré, no ve la necesidad de tener un sumo sacerdote. Lo que hemos aprendido y visto es que como nuestro sumo sacerdote es, también nosotros lo somos en este mundo (1 Juan 4:17), vemos que necesitamos al sumo sacerdote. En los últimos días, la rebelión de Coré hará que las personas perezcan.
Lo que Judas dice es que estas personas están yendo por el camino de Caín. La enseñanza basada en las obras del hombre será exaltada en los últimos días, estos siguen por el error de Balaán, creyendo que el pueblo de Dios puede ser justo hoy y mañana puede perder la justicia, puede ser bendecido en la mañana y maldecido en la tarde, este es el error de Balaam.
El mensaje de la gracia pone al Señor Jesús nuevamente en el centro, el mensaje de la gracia hace que todo dependa del Señor Jesús y nada del hombre. Si actuamos así, nunca comprometeremos el mensaje del evangelio, el evangelio de la gracia nos permite contemplar a Cristo cada día y así ser transformados en esa imagen.