Hijo Amado

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//Pr. José I. Galdos\\

hijoamadoEl amor es un componente indispensable en la vida del hijo de Dios. Sin amor nada somos.
Podemos decir que amar al prójimo es algo maravilloso, renunciar a nuestras preferencias por el bien del otro es virtuoso. Por otro lado, amar a Dios es magnífico, amarlo encima de cualquier otro ser que exista en el universo. Pero hoy quiero compartir de un amor que es mucho más sublime que amar al prójimo y amar a Dios. Simplemente no hay amor como este. El mayor secreto no es cuanto amas al prójimo o cuanto amas a Dios, el mayor secreto es que Él nos ama.
Somos una iglesia que predica que necesitamos morir a nosotros mismos y amar a Dios, definitivamente esto es cierto. Pero hay algo más profundo que morir a nosotros mismos, lo más profundo es que El murió por nosotros.
2 Timoteo 4:6 “Asume el comando, porque ya estoy cerca de morir, mi vida es una ofrenda en el altar de Dios, es la única carrera que vale la pena correr, todo lo que existe ahora es el premio de Dios” (versión The Message).
Este pasaje es maravilloso, Pablo dice que él se presentó como una ofrenda en el altar de Dios. Sabemos que Pablo fue alguien demasiado intenso en la obra, alguien que dio su vida por causa de Cristo. Pero ¿Que hizo que Pablo tenga una vida tan apasionada? Sabemos que Pablo es conocido por muchos como el apóstol de la gracia. Era alguien que había experimentado profundamente de la gracia de Dios, por consiguiente, del amor de Dios. Lo que llevó a Pablo a ser ese hombre tan intenso, fue, el experimentar del amor de Dios poderosamente en su vida.
Los seguidores del cordero.
Apocalipsis 14:1-5 “1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.”
Nosotros decidimos seguir al Cordero donde va. Pero lo hacemos porque tuvimos una gran experiencia con el amor de Dios. Estamos siguiéndole porque ese amor nos derritió. Es interesante que aquí se hable de un Cordero y no de un León como en otras veces es representado Cristo. Se habla del Cordero porque fue el Cordero de Dios que murió por amor en la cruz. Sólo ese amor puede hacer que alguien se convierta en un seguidor del Cordero por donde quiera que vaya.
¿Cómo comenzó el ministerio de Jesús? El día de su bautizo se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre que decía: “este es mi hijo AMADO”. No dijo, este es mi hijo que ama al prójimo, o que me ama, dijo, este es mi hijo amado. Todo comienza en la revelación de que El me ama. Un creyente no puede caminar profundamente en Dios sin tener revelación y experiencia de este sublime amor.
Nosotros no conocimos el amor afuera en el mundo. Nuestros padres en su mayoría no conocieron el amor. Es más muchos vienen de hogares destruidos. No lo conocimos porque el mismo Dios es amor. Pero desde el día que conociste a Dios, conocerás al padre que ama. Quien sabe que es amado, donde vaya hará una revolución.
El secreto de una vida intensa  Seguir a alguien significa que yo ya no decido. ¿Qué lleva a alguien seguir a otro donde vaya? 2 Corintios 5:14-15 “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
Constreñir significa envolver de tal manera que no se puede escapar. Esto es una experiencia que la necesitas. El amor de Dios necesita constreñirte, envolverte al punto que ya no vicies para ti, sino para aquel que nos amó, aun siendo sus enemigos.
Las perlas preciosas  Mateo 13:44-46 “44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”.
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Muchos creen que Jesús es el tesoro, la perla en esta parábola, pero nosotros no tenemos nada para comprar a Dios. En realidad en este pasaje, nosotros somos la perla y el tesoro. ¿No es maravilloso esto? Somos como una perla preciosa en sus manos.
Somos 2 veces de El, primero porque El nos creó y segundo porque El nos compró. Había unos niños que había construido su barquito. El hasta dormía con este barquito, amaba con todo su corazón a este barquito. Pero un día jugando, el agua de la lluvia se llevó a su barquito. Muchos días después mientras que buscaba su barquito, lo encontró en las manos de otro niño. Este niño no quiso darle de vuelta su barquito. Pero con tanta insistencia, finalmente acepto entregarlo pero con la condición de que pague un altísimo precio. El Niño aceptó y comenzó a ahorrar y trabajar para tener de nuevo a su barquito. Finalmente logró juntar el monto que pedía el otro niño y compró de vuelta su barquito. Mirando al barquito le dijo: “ahora te quiero dos veces más, perímetro porque te construí y segundo porque te compré de vuelta”. Nosotros somos ese barquito para el Señor.
¿Sabes cuál es tu valor? Existe una regla, el valor de algo es determinado por el comprador. ¿Sabes cuánto vales? Vales cada gota de sangre que fue derramada en la cruz por ti.
No importa que pasó atrás, pero eres una perla para el ser más supremo. ¿Cómo Él nos compró siendo tan insignificantes?
Es imposible que alguien que tuvo una experiencia poderosa con el amor de Dios, no se consagre.
Lucas 10:40-42 “Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
No hay como seguir intensamente al cordero sin ser tocado por ese amor.
¿Quieres servir intensamente? Sólo deja que su amor te toque hoy.
¿Seguirás al cordero porque fuiste comprado o porque eres amado?
La base de la consagración es que fuimos comprados, porque El es tu dueño. Pero la fuerza de la consagración es el amor. Es una fuerza intensa.
Muchos no te dieron valor afuera, pero hay alguien que te considera como un tesoro y una perla con inmensa alegría. Decidió darlo todo para quien no merecía nada. Quiero que salgas como un seguidor del Cordero por donde vaya, pero por causa de que ese amor te conquistó.
Hoy mismo dile al Padre que quieres tener revelación de su amor y que quieres experimentarlo.
La experiencia de ser amados es indispensable para un hijo de Dios.

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