La gloria de la iglesia de este tiempo

//Pr. Eliud Cervantes\\

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:31-32)

autoridad-de-la-Iglesia
autoridad de la Iglesia

Dios te ama querido amigo. Él no solo te ama, Él es amor. Él se preocupa por ti, Él está a favor de ti y no en contra de ti. Él no escatimó a su propio hijo, ¿Cómo no te va dar lo que estás necesitando? Quiero animarte a que puedas creer que mientras estás sentado tú vas a recibir tu liberación.

Es tiempo que la iglesia se levante y sea de bendición 

“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti” (Isaías 60:1-5) 

Esta porción de la escritura habla de los tiempos que estamos viviendo. El profeta Isaías tiene un mensaje para nosotros. Él nos dice: “Levántate y resplandece” pero ¿en qué circunstancias el profeta nos dice que nos levantemos? En momentos de tinieblas, de oscuridad. Es en este momento que la Iglesia, la Casa de Dios debe levantarse y brillar. Es en tiempos de oscuridad que la luz es más brillante. Es tiempo que la Iglesia sea reavivada, tú familia, tú célula; porque él está regresando.

Cuando la Iglesia brilla, reyes, naciones vendrán a ti. Multitudes serán salvas. Todavía en el verso 5 dice que las riquezas vendrán sobre ti, nos habla de transferencia de bienes. Eso fue lo que pasó con la nación de Israel cuando salieron de Egipto. Por tanto, en este tiempo somos bendecidos para ser de bendición, Cristo nos libró de la maldición de la Ley.

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2)

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3b)

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10) 

Nosotros somos el linaje de Abraham, hemos sido bendecidos por nuestro Padre Celestial en Cristo Jesús abundantemente. Él vino para que tengamos vida y vida en abundancia; pero eso no es solo para nosotros, es para poder ser de bendición para los demás. Más grande que ser bendecido es poder ser de bendición.

Este es un tiempo de avivamiento, de gloria postrera o, de gloria postrera 

Estamos en un tiempo donde habrá un gran avivamiento. Nuestra parte en ésta historia es creer. Debemos todos estar involucrados. Vamos a vivir para Jesucristo, Él es digno de todo. Estamos en medio de un gran avivamiento.

“Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:6-9) 

Nosotros somos el templo postrero, hoy la Iglesia de Jesucristo, de los últimos tiempos, será más grande que la Iglesia Primitiva. Por tanto, debemos saber que la iglesia es la idea de Dios, no la de un hombre. La primera vez que aparece ésta palabra está en Mateo donde nos muestra su poder y autoridad que tiene:

“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca (la revelación) edificaré mi iglesia (ekklesia – los llamados); y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:13-18)

Como parte del Cuerpo de Cristo, es muy importante tener revelación de quién es Jesús, a quien servimos. Ahora, ¿qué significa que las puertas no prevalecerán? Nadie va a la guerra con puertas. Esto nos habla del poder y autoridad que tiene la Iglesia sobre las fuerzas demoniacas. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la novia de Cristo, es el lugar donde lo sobrenatural es lo natural.

“Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38) 

Jesús anduvo haciendo bienes: sanando enfermos y los oprimidos por el diablo. Muchas enfermedades tienen un curso natural, pero hay enfermedades y dolores que son causados por obras del diablo. Pero la Iglesia es un lugar donde las puertas del Hades no prevalecerán.

La Iglesia es la casa de Dios de milagros, sanidad, de señales y maravillas, liberación, restauración. Es el lugar donde Dios despliega su poder, no solo te defiendes, sino tú vas vencerlos, por tanto, en tu célula debe haber la manifestación de ese poder y autoridad.

“Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón” (Salmos 91:13)

“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas, tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:17-18) 

La iglesia es el lugar donde la sanidad fluye, milagros abundan, hay una explosión de lo sobrenatural. Dios ha ordenado que sea así.

La Iglesia – La casa de obras mayores 

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:12-14) 

La Iglesia, todavía es el lugar de las obras mayores. La Palabra del Señor dice que “Si algo pidiereis al Padre en Su nombre, Él lo haria. Esa es nuestra seguridad. Aún podemos ver que la mayoría de las obras que Jesús hizo fue sanidad. Son esas obras que debemos hacer también en nuestras células.

Ahora, ¿Cómo podemos hacer obras mayores? Él dijo: “De cierto, de cierto os digo…” Cada vez que Jesús mencionaba esta frase es porque lo que iba a decir era verdadero. Por tanto, la Iglesia es la Casa de Mayores Obras, mayores sanidades. En este momento quiero animarte a mirar el reporte de la Cruz y no lo del médico. Ten esperanza en tu corazón que recibirás.

No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”         (Lucas 12:32) 

Es el placer del Padre darles el Reino. La iglesia es el lugar de las Obras mayores. Fue así en la Iglesia Primitiva. Ej: la sombra de Pedro, los pañuelos de Pablo.

“Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos” (Hechos 5:15)

“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían” (Hechos 19:11-12) 

Éste es el propósito de Dios para nosotros como Iglesia. Es a través de la Iglesia que Dios manifiesta su poder. Hay un avivamiento en la Iglesia. La plenitud de su poder es vista en la Iglesia local.

“y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,  la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Efeios 1:22-23)

La iglesia no es el local, somos nosotros. La plenitud de Dios está sobre la Iglesia. ¡Aleluya! Por eso no deberías caminar esta historia solo, deberías ser parte de una célula. La palabra del Señor dice en Mateo que en la más pequeña pluralidad Él está ahí y donde Él está, Su poder es manifiesto.                

“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio