Mujeres que experimentaron la gracia de Dios

//Pr. Eliud Cervantes\\

Tienes que creer que Dios te ama. Incluso cuando las cosas van mal, Dios te ama. Se preocupa por cada detalle de tu vida. La gente piensa que Dios se preocupa por las cosas grandes. No, Dios se preocupa por todas las cosas. Todo en tu vida le importa. Si hay algo que te importa, le importa a él.

Hoy quiero hablarte de algunas mujeres que aparecen en la genealogía de Jesús. Es interesante que no aparecen los nombres de grandes mujeres. Inclusive 2 de ellas son gentiles.

“Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos.  Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.  Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.  Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías…Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo” (Mateo 1:2-6, 15-16) 

¿Cómo engendró Abraham a Isaac? A través de Sara; pero no se menciona el nombre de Sara. Claro que Sara es virtuosa, es una mujer maravillosa, pero su nombre no se menciona. Isaac engendró a Jacob. ¿Cómo Isaac engendró a Jacob? A través de Rebecca, y de igual manera no se menciona el nombre de Rebecca. Y Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, y tiene una hermosa esposa, Raquel y Lea; pero sus nombres no se mencionan. Todas estas mujeres virtuosas, son nombres que no se mencionan. Solo se mencionan cuatro nombres y todas tienen un trasfondo oscuro, excepto por su fe. Todas tenían una fe agresiva. Y, por cierto, Dios no termina en cuatro. Dios termina en cinco, con el número de la gracia. Y el quinto nombre al final de la genealogía es María, porque la gracia vino a través de María.

Tamar – Donde abunda el pecado sobreabunda la gracia

Tamar era una mujer que se casó con el hijo de Judá. Judá es uno de los 12 hijos de Jacob. Jesús salió de la tribu de Judá. Entonces Judá tuvo un hijo. Se llama Er, Tamar se casó con Er. Y Er era un hombre malvado y Dios lo mató y murió. Así que ahora es viuda. Y luego el otro hijo es Onan. Él hizo algo malvado y trató de destruir la simiente del Mesías. Él murió. Ahora es viuda de nuevo. Y Juda probablemente pensó que esta mujer estaba maldita o algo así. De modo que mantuvo a su hijo menor, Sela lejos de Tamar. Tamar ideó un plan. Y ella dijo: “No tengo a nadie, está bien, y quiero un hijo”. Y ella hizo algo malo, ¿de acuerdo? Sabía que su suegro iría a un lugar con un amigo suyo Adulamita, así que se vistió como una prostituta y lo sedujo.

Pasaron tres meses, alguien le dijo: “Tu nuera, Tamar, está embarazada.” ¿Cómo era eso posible? Su marido había muerto, “ella debe ser una ramera”, concluyó Judá, y se enojó. Así que es un fondo muy oscuro, esa es Tamar. Su nombre está ahí. Vaya, ¿y qué nos está diciendo Dios? Que “donde aumenta el pecado, sobreabunda la gracia”.

“Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20) 

Y, por cierto, los gemelos de Tamar fueron Fares y Zara. Fares engendró a Esrom. Entonces estamos hablando de la genealogía de Jesucristo. Uno de los gemelos, Fares, traería la línea por la que pasaría Jesús. ¿Puedes verlo? Verás, no importa cuán desordenado esté tu pasado, no importa lo que sucedió, si te vuelves a Dios como tu Redentor, si te vuelves a Dios como tu Salvador, si te vuelves al Señor Jesús, Él puede volver todos tus antecedentes en un tapiz de un hermoso futuro.

Rahab – En tus momentos más oscuros, hay esperanza 

Rahab, era una prostituta en Jericó cuya vida cambió porque tenía esperanza en el Señor. Jericó fue la ciudad más malvada de la antigüedad. La parte más fuerte de Jericó era su muro. Y fue en la pared donde Rahab construyó su casa. Pero la gracia conquistó la parte más fuerte de la ciudad más malvada. En hebreo, la palabra “esperanza” es “ticvá”, y se asocia con una cuerda. La primera mención de “ticvá” se encuentra en la historia de Rahab.

Josué y Caleb habían enviado a dos espías a Jericó, pero fueron descubiertos. Rahab, cuya casa fue construida en los gruesos muros de Jericó, ayudó a esconderlos de los soldados. A cambio del favor, Rahab pidió a los espías que evitaran la destrucción de su familia, ya que sabía que los israelitas vendrían a conquistarlos. Los dos espías le prometieron esto:

He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre” (Josué 2:18) 

El cordón significa esperanza, y su color grana representa la sangre de Jesús que nos libera de la desesperanza. Debido a la sangre, Rahab y toda su casa se salvaron de la destrucción. Cuando Dios hizo derrumbar los muros de Jericó, mantuvo la casa de Rahab en pie. Antes de que los espías le dieran la cuerda escarlata, cada vez que Rahab miraba por la ventana, temía la destrucción que se avecinaba en la tierra. Después de recibir la cuerda de la esperanza, miró por la ventana con una perspectiva diferente. Ella sabía que se salvaría.

Del mismo modo, incluso cuando podemos ver la destrucción a nuestro alrededor, podemos esperar y confiar en la sangre de Jesús. ¡La sangre de Cristo nos ha garantizado un buen futuro! ¡De ser doblemente descalificada porque era gentil y prostituta, Rahab fue doblemente restaurada! Terminó casándose con el capitán de la tribu de Judá, Salmón, y se convirtió en la bisabuela del rey David y parte de la genealogía de Jesús.

Ruth – La manifestación de la gracia de Dios 

Había una mujer llamada Rut en la Biblia. Rut era moabita. La tribu de Moab fue maldecida por Dios. Dios dice que no podían entrar a la congregación del Señor en Deuteronomio. 

“No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre” (Deuteronomio 23:3) 

Entonces, ella vivía bajo la prohibición, bajo la maldición. Ruth no tuvo fruto casada con Mahlón, cuyo nombre en hebreo significa enfermedad. El nombre del hermano, Quelión, significa morir.

Entonces, ella no tuvo hijos, no tenía fruto. Su marido murió. El otro hermano también murió. Su futuro estaba arruinado naturalmente hablando. Entonces, cuando regresó a Belén, junto con su suegra, trabajó en una de las tareas humildes y serviles de recoger la cosecha: eso se llama espigar. Es un trabajo ingrato, duro y agotador bajo el sol ardiente. Y en medio de eso vino el jefe del campo. Su nombre era Booz. Booz en hebreo significa “en él hay fuerza”. Y miró a Rut y la Biblia dice que Rut encontró favor en sus ojos.

“Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?” (Rut 2:10) 

Entonces, aquí tenemos a Rut, pobre, rebuscando. Pero hay una salida si encuentra un pariente cercano de Noemí, pero, lo más importante, debería estar dispuesto a redimirla, dispuesto a recomprar su tierra. Y la ley establece que también debería casarse con ella para producir frutos para su esposo que ha muerto.

Y fue así con Rut, Booz aceptó redimirla y todo esto pasó porque ella halló la gracia y fue esa gracia que transformó su futuro. De ser prohibida por la ley de entrar en la congregación, pasó a parte de la genealogía de Jesús. Cuando la gracia llega a nuestras vidas, todo es cambiado en nosotros ¡Aleluya!

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