[sc_embed_player_template1 fileurl=”https://2b31df1bfa3a1bf94421d12d293d7c2117ce442e.googledrive.com/host/0B1rJzEaosKkvfnRJWE9GMFQ5Rk8wT2dtMXRuTEhMdmFIU2lYcFp6T1o1Yk1tRmE3cnEwZDQ/060915T_5PMPR_DAVID_MALPARTIDA.mp3″]
//Pr. David Malpartida\\
La manera como tratamos el dinero, trae un impacto en nuestras vidas, en nuestra familia y en nuestro ministerio. Cuando hacemos elecciones sabias y tomamos decisiones correctas, nuestro matrimonio es beneficiado; pero cuando tomamos decisiones insensatas todos sufren.
Entonces ¿cómo vamos a tratar nuestras finanzas? ¿qué es lo que debemos hacer para mantener nuestras finanzas bajo el control de los principios de la palabra de Dios?
Me gustaría de compartir contigo 8 principios bíblicos de cómo manejar con sabiduría el dinero, 8 pasos para mantener las finanzas saludables.
1. Consagre al Señor su dinero El primer paso evidentemente es reconocer que todo lo que poseemos viene del Señor y necesita ser consagrado a Él, la palabra de Dios es muy clara: “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén (Rom.11:36)”.
Nunca pienses arrogantemente que aquello que posees es fruto de tu fuerza y de tu capacidad. La palabra de Dios dice que Él es quien le da la fuerza para adquirir riquezas (Dt.8:18).
2. Trabaja duro y honestamente La prosperidad bíblica está completamente relacionada con el trabajo, “La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece (Pv.10:4)”. En mi opinión la mayor cualificación de un hombre es ser trabajador, muchos hermanos sin embargo sueñan con dinero fácil, huya de esa fantasía.
“Las riquezas de vanidad disminuirán; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta (Pv.13:11)”
Además de eso es siempre bueno recordar que Dios solamente bendice al trabajo honesto. “Peso y balanzas justas son de Jehová; obra suya son todas las pesas de la bolsa (Pv.16:11)”.
3. Planifica los gastos Piensa por un momento en el ítem desnecesario y en la compra más inútil que tú hiciste en los últimos años, tal vez haya sido un barbero eléctrico que ahora está botado en el fondo de una gaveta o en una pieza de ropa que nunca será usada. Es importante que este ítem no fue comprado con su dinero, sino que fue comprado con tu tiempo que cambiaste con dinero.
A la verdad entregaste una porción de tus días en la tierra a cambio de ese pedazo de basura que ahora llena tu casa, tal vez nunca pensaste en eso; pero gastar mal el dinero es lo mismo que desperdiciar tu tiempo de vida.
Planea todos tus gastos, la palabra de Dios dice que: “Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza (Pv.21:5)”.
No tengas prisa para gastar, no compres nada por impulso, si tu esposa es aquella que quiere todo y rápidamente, llévala a entender la importancia de la moderación, no compres solamente para no dejarla enojada. Muchos hombres ceden por causa de un chantaje emocional y después la familia sufre con la crisis financiera.
Con excepción de las calamidades de la vida, como desempleos y enfermedades, las crisis financieras son siempre fruto de una falta de planificación.
El dinero debe ser tratado con madurez y sin pasiones, todo gasto debe ser planificado con lucidez y realismo.
Si tú quieres prosperar, necesitas planificar bien tus finanzas, necesitas saber lo que está sucediendo con tu patrimonio y para donde está yendo tu dinero. Para eso reúne todas las informaciones de tu vida financiera.
4. Entrega el diezmo de todo lo que ganes Todo cristiano necesita entregar el diezmo de todo lo ganado, necesitamos honrar al Señor con nuestro dinero.
Honra al SEÑOR con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo (Prov.3:9-10).
El mandamiento del Señor es claro.
Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el SEÑOR Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde (Mal.3:10).
El diezmo no es solamente una promesa de prosperidad, necesitamos devolver a Dios una parte de aquello que Él nos da, eso nos recuerda que no estamos viviendo para nosotros mismos, nos recuerda que Dios es el donador de todo lo que tenemos y que necesitamos contribuir con su reino.
5. Sea económico y ahorra A no ser que estés esperando ganar la lotería, no hay medios de prosperar a no ser economizando y haciendo ahorro. Si no guardas y acumulas, también no habrá multiplicación.
Un interés de ahorro debería ser por lo menos el 10% de su rendimiento, debes ahorrar lo máximo que se pueda; pero para poder ahorrar necesitas trabajar en tu ahorro de tal manera que ingresos (lo que ganas) sean mayores que tu gastos (lo que gastas).
Aquel que no ahorra jamás prosperará, ahorrar significa separar una parte del dinero y guardarlo todos los meses; pero ahorrar también significa cortar con todos los desperdicios.
En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra (Pv.21:20).
Yo creo que pesa sobre el hombre la responsabilidad de ser el proveedor de la familia, no que la mujer no pueda trabajar fuera también; pero la responsabilidad es del hombre. Por otro lado la responsabilidad de administrar en la casa es de la mujer, la mujer sabia sabe economizar, encontrar los mejores precios y hacer rendir el dinero. La idea de mujeres gastadoras e insensatas, necesita ser cortada en medio de la iglesia, toda mujer de Dios es prudente y económica.
La palabra de Dios dice que: El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece (Pv.13:11).
Cuando la esposa entiende que las cosas de la pareja no son ganadas fácilmente, sino a cuesta de mucho trabajo y esfuerzo, ella cambia de postura y pasa a economizar.
Cuando Dios puso a Adán y Eva en el jardín del Edén, él les dijo para cuidar del jardín, no hay nada de malo con el trabajo, nosotros necesitamos hacer el uso productivo de nuestro tiempo. Pero recuerda que todo tiene un precio, y el precio no es el dinero; sino el trabajo, el sudor y el tiempo que se gastó.
6. No haga deuda, pero ofrende con alegría Debemos orar siempre sobre aquello que necesitamos, pero necesitamos hacer eso de manera correcta, necesitamos pedir a Dios con gratitud. En otras palabras, necesitamos ser gratos y contentos por lo que tenemos antes que el Señor pueda bendecirnos con más, valora lo que tienes.
Cuando no valoramos estamos siempre descontentos y por eso somos propensos a hacer deudas; eso porque siempre queremos algo que no tenemos. Si hay deudas es porque fallamos en los puntos anteriores, la orden bíblica es que: No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley (Rm.13:8).
Una de las reglas básicas para prosperar es gastar menos de lo que se gana, ese es el objetivo básico del ahorro doméstico, si sus ingresos son mayores que sus gastos, aprovecha para ahorrar e invertir. Si sus gastos están iguales a sus gastos, necesitas hacer algo al respecto, pues cualquier imprevisto puede traer enormes dificultades. Pero el problema sucede cuando los gastos son mayores que los ingresos, en ese caso tú estás en rojo y si la situación continúa por mucho tiempo puedes quebrar.
Existen deudas justas como aquellas hechas por causa de un problema de salud, llegada de un bebé, etc. La mayor parte sin embargo de las deudas provienen de gastos superfluos con cosas que podrían esperar hasta ahorrar lo suficiente para comprar.
Vivimos en un mundo donde la codicia es despertada a todo instante por las propagandas, quedamos con la impresión que si no compramos determinado producto seremos infelices; pero todo se trata de un gran proyecto de engaño y opresión del maligno. Pocas cosas oprimen más que las deudas.
7. Gasta con sabiduría y disfrute de la bendición Hay una diferencia entre riqueza y prosperidad, el Señor no dice que todos sus siervos serán ricos, pero ciertamente dice que todos pueden ser prósperos.
Imagina a Juan y a Pablo, Juan vive en un lote con un ambiente de tres cómodas y trabaja como operario en una fábrica, podemos decir que él es pobre. Pablo por otro lado recibió como herencia 5 haciendas con 10 mil cabezas de ganado en cada una, vive en una casa grande en un barrio famoso, Pablo es rico.
Pero después de 15 años debemos observar los dos. Juan fue mejorando año tras año y construyó una casa bella en su lote, se casó, tuvo 5 hijos y llegó a ser encargado de producción de la fábrica. No podemos decir que él quedó rico, pero ciertamente es próspero, porque avanzó creció y multiplicó sus talentos.
Pablo por su lado tuvo muchos problemas y hoy posee solamente tres haciendas con 5 mil cabezas de ganado en cada una, se casó; pero se separó y vive la misma vida, él continúa rico, pero no es próspero.
La promesa del Señor es para hacernos prósperos, prosperidad es crecer en lo que se tiene, prosperidad habla de crecimiento. En la parábola de los talentos el siervo que enterró el talento no prosperó y eso desagradó al Señor.
Si el Señor le ha prosperado, no se sienta constreñido en disfrutar de la bendición de Dios. Sean sabios y cautelosos, pero no pierdan la alegría del disfrute. La palabra de Dios dice que: El salario del justo es la vida; la ganancia del malvado es el pecado (Pv.10:16).
Recuerde siempre que debe disfrutar de su prosperidad con simplicidad y santidad en la presencia de Dios.
8. No pongas tu confianza en el dinero Cuando hablamos de la necesidad de planificación, las personas normalmente se sienten incomodadas, creen que es casi imposible tener una vida financiera equilibrada, eso está asociado con una serie de conceptos equivocados.
La primera equivocación es el pensamiento de que en medio de una crisis financiera lo que necesitamos es de más dinero, lo que tú necesitas no es de más dinero, sino de sabiduría para administrar lo que ya tiene, porque si tuvieras más dinero, pero sin sabiduría perderás todo de nuevo. Muchos piensan que si tuvieran más dinero, sus problemas acabarían; pero eso es un engaño, tener más dinero puede esconder el problema por un tiempo, pero no lo resuelve.
El segundo concepto equivocado es la idea de que en medio de la crisis no debe pedir, sino esperar que otros nos ayuden, no esperes que el otro adivine su problema, busca consejería y ayuda de gente más espiritual que usted. Algunos sin embargo andan por la vida con cara amarrada, quejándose que nadie les ayuda y esperan que los otros adivinen, y como nadie adivina, él vive con enojo.
El tercer concepto equivocado es el pensamiento de que todas las crisis van a fortalecernos, para que eso suceda necesitamos esforzarnos para aprender con la crisis. Sacar lecciones, hacer sacrificios y oír de Dios. Si no hacemos las cosas correctamente, las crisis se van a repetir y la vida se tornará cada vez más difícil.
El cuarto concepto equivocado que impide a muchos hermanos de salir de la crisis financiera es la idea de que no podemos ser felices renunciando a muchas cosas solo para caber en nuestro ahorro. Necesitas cambiar tu concepto materialista de que una persona solo es próspera y feliz si tuviera un montón de autos y ganar montañas de dinero, Jesús dijo: ¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes (Luc.12:15).
El último concepto equivocado es el pensamiento de que la crisis es muy grande y no conseguiremos vencerla, la palabra de Dios dice que podemos todas las cosas en aquel que nos fortalece (Fp.4:13), ¿tú puedes quebrar tus vicios en compras? Tú puedes hacer todas las cosas en el Señor. ¿consigues escapar de las deudas? Si, tú puedes hacer todas las cosas en él, ¿consigues escapar de la trampa de auto nuevo? Si, tú puedes todo en Dios. ¿Puedes parar de comprar cosas simplemente para impresionar sus amigos y vecinos? Si, tú puedes todas las cosas. ¿consigues escapar de los canales pagos, puedes decir no a internet, puedes contentar con los electrónicos que tienes? ¿Puedes tener paz financiera en tu vida? Si, tú puedes todas las cosas en aquel que te fortalece.
Quiero agradecer por esta enseñanza sobre como obtener bendición financiera, oro a Dios que pueda aplicarla en mi vida y familia y Dios pueda hacer su obra. Gracias y bendiciones!!