//Pr. Eliud Cervantes\\
En la Palabra de Dios podemos aprender sobre muchos asuntos muy importantes para nuestra vida. Muchos de esos asuntos son aceptados con un corazón abierto; sin embargo, hay algunos temas que a veces no es del agrado de las personas, y uno de ellos tiene que ver con la manera como lidiamos con nuestras finanzas, y principalmente si el asunto es el diezmo. Debemos entender que en la Palabra de Dios encontramos que, hasta el propio Jesús habló bastante sobre las finanzas, ¿por qué? Porque es algo vital para nosotros. La Biblia dice que “donde está nuestro tesoro allí también estará nuestro corazón”. Por eso, quisiera ver algunas verdades con relación al diezmo.
Dios no necesita tu diezmo, pero tienes que diezmar
Cuidado con enseñanzas que te dicen que ya no tienes que ir a una iglesia local ni los que vienen en contra del diezmo. La verdad es que Dios no necesita tu diezmo, pero tenemos que diezmar. Él no es un Dios miserable que intenta quitarte el dinero, quien no quiere que la iglesia prospere es el diablo, porque una iglesia próspera puede hacer muchas cosas en pro del evangelio. Dios quiere que seas próspero, pero no materialista. Ser rico no equivale necesariamente a ser malo.
“no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre” Deuteronomio 8:12–14
La palabra nos muestra que la voluntad de Dios es que su pueblo prospere, fue así con la nación de Israel y también lo es con nosotros. Pero, cuando tengas plata y oro y todo lo que se multiplica, no te olvides del Señor, quien fue quien te dio la riqueza.
“y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” Deuteronomio 8:17–18
Recuerda quién es el que te da el poder para obtener riqueza. La Palabra de Dios dice que Él te dará el poder para obtener riqueza no para exaltarte, sino para Su gloria y para establecer Su pacto de gracia.
¡El diezmo es para tu beneficio!
“y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.” Hebreos 5: 9–11
Melquisedec fue un hombre que vivió en los tiempos del Antiguo Testamento. El sacerdocio de Jesús fue declarado de acuerdo con el sacerdocio de Melquisedec. Y es interesante que las primeras palabras pronunciadas por Melquisedec fueron solo bendiciones y no maldiciones.
La Biblia dice que con relación a Melquisedec: “tenemos mucho que decir, y difícil de explicar” oremos para que Dios abra nuestros ojos para ver estas cosas, porque todas las cosas que hacemos debe ser fruto de la revelación que tenemos.
“Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.” Génesis 14: 18-20
Este es el único relato que tenemos de Melquisedec en el Antiguo Testamento y nos muestra a Melquisedec trayendo el pan y el vino, un símbolo de la muerte del Señor en la cruz, proclamando la muerte del Señor.
Hay cosas en la vida cristiana que se pueden tornar apenas actos religiosos. La Cena del Señor, ella se torna así cuando consideras como un acto que tienes que seguir religiosamente en lugar de un regalo que recibes. Por eso, no participes como un ritual. La Cena del Señor nos recuerda de la obra terminada, y que nuestros pecados son justamente perdonados por la sangre de Jesús. Mira al Señor acercándote Su sanidad y justicia.
De igual manera es con el diezmo, debemos tener y hacerlo con revelación. Si no tienes la revelación para hacerlo, no lo hagas. Es interesante que la palabra hebrea para “diezmo” es masser, que contiene la palabra, asser o “rico” en español.
“Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí (asser) a Abram.” Génesis 14:21-23
“Yo enriquecí…” – Abrahán tenía dos caminos para tornarse rico: permanecer en la bendición del Señor (v.19), lo cual era por el camino del diezmo o recibir la riqueza del rey de Sodoma. Por eso, reconoce que el Señor es la fuente de tu riqueza, la que nos proporciona la vida y la salud para trabajar y obtener esta riqueza.
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. 2 Corintios 8:9
Dios quiere que sepas que se hizo pobre en la cruz para que puedas ser rico y próspero ahora.
“Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos. Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto”. Proverbios 3:9–10
Las primicias aquí se refieren al diezmo. Cuando diezmas las primicias, experimentarás la abundancia y el desbordamiento en tu vida. Pero, ¿es un libro como Proverbios que es del Antiguo Testamento, todavía aplicable a nosotros hoy? La sabiduría en Proverbios es aplicable a nosotros incluso hoy.
Cómo ser un buen administrador de las finanzas puestas en tus manos
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?” Lucas 16:10-12
Si eres fiel con el uso del dinero (riquezas injustas), Dios te confiará la verdadera riqueza, la gente. Dios considera al dinero como una herramienta; es lo menos en comparación con la gran cantidad de personas y vidas que hay.
Por eso que en el nombramiento de líderes en nuestra iglesia, evaluamos su fidelidad a través de su fidelidad en el diezmo. Cuando elijas un posible compañero de vida, busque un hombre/mujer que sea fiel con el dinero que tiene.
¿Qué dice Dios acerca del diezmo?
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde…” Malaquías 3:10-12
Este es el único lugar en la Biblia donde Dios dice: “Pruébame”. Aquí, Dios revela el fruto de lo que diezmas.
El dinero es injusto por naturaleza, pero cuando diezmas el primer 10% al Señor, el resto se vuelve santo y lo que es santo, el diablo no puede tocar. Lo que es santo prospera y se multiplica.
“Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas” Romanos 11:16
Estás limpio y eres justo, pero el dinero que tienes no lo es. Pero cuando das los primeros frutos de tus ingresos, todo lo demás se hace santo y bendito.
“Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.” Hebreos 7:4
A quien sea que diezmas, estás declarando que esa persona es grande para tu vida.
“Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.” Hebreos 7:8
Cuando Melquisedec trajo el pan y el vino, es para proclamar la muerte de Jesús, pero cuando respondemos con el diezmo, proclamamos que Jesús está vivo. El pan y el vino proclaman su muerte, ¡el diezmo que Él está vivo! La gente verá evidencia de las bendiciones de Dios en tu vida hasta el punto de que dirán: “¡Jesús está vivo!”
Ej: John D. Rockefeller (uno de los hombres más ricos que jamás haya vivido, además del Rey Salomón), comenzó a diezmar desde muy joven. Aliento a los jóvenes a comenzar a diezmar temprano, aunque sea una cantidad pequeña.