//Pr. José I. Galdos\\
Si hay algo que al Señor le agrada, es que sus hijos se sientan seguros en su amor. Claro que a Dios le agrada que vivamos en santidad, que le sirvamos y nos consagremos. Pero si hay algo que le agrada mucho más que todo eso, es que sus hijos sepan que son profundamente amados por Él.
DONDE HAY AMOR HAY FE
Para una fe fuerte necesitas del amor de Dios. Santiago dice que los demonios creen y temen.
Santiago 2:19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
Muchos tienen esa fe, creen, pero se mueren de miedo. Esa es una “fe de demonios”, porque es gente que creen en Dios, pero aún tiembla. Tienen miedo y no se sienten seguros en Él. Pero existe la fe de Cristo, la fe de los hijos. Cuando creemos y sabemos que somos amados. Es más que fe en su poder, es fe en su amor. Esa fe es una dinamita. La fe de Cristo es diferente, él llamó a Dios de Padre todo el tiempo.
Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
La fe actúa por el amor. O sea, el motor para la fe es el amor. Ese amor proviene del Señor. Quién sabe qué es amado podrá avanzar con osadía y derrumbar todo impedimento que se oponga. El amor te lleva a tener fe para pedir. La mayoría sabe que Dios puede hacer muchas cosas. No dudan del poder y sí de su querer.
AMOR OBJETIVO
Romanos 5:5-8 “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Existe la obra del Espíritu Santo y la obra de Cristo. Dios es uno solo, pero el Espíritu Santo actúa de una forma y Cristo de otra manteniendo la armonía.
La obra del Espíritu es subjetiva y la de Cristo es objetiva. Lo de Jesus sucedió, aún sabemos por la historia, sabemos que Él se hizo hombre, murió por nuestros pecados y al tercer día resucitó. Pero la obra del Espíritu es diferente, es subjetiva. Él derrama el amor del Padre, o sea, cada vez que sentimos el amor del de Dios es por medio del Espíritu Santo.
El peligro en la vida de muchos cristianos es que sean muy subjetivos con el amor de Dios. Existen días que sentimos su amor y otros días no. Existen días que nos sentimos profundamente amados, pero otros días, cuando las circunstancias son adversas, pensamos que Dios no nos está amando. Pero en la Palabra primero es lo objetivo y después lo subjetivo. Él ya demostró que nos y después el Espíritu nos llena con su amor. Cada vez que pases una circunstancia adversa, no te quedes atento a lo que sientes, o a lo que no sientes. Cada vez que pases un mal momento cree que Él ya te amó de una manera extravagante en la cruz. La prueba de su amor no es subjetiva, es objetiva. Primero declara lo que hizo objetivamente, después su amor fluirá de tu interior. No busques sentir primero, busca primero la verdad de la Palabra. Sentir no es malo, hay iglesias que creen que es malo, creemos que sentir es muy importante, pero lo primero es ser objetivo. Él ya me amó. Sentimientos son inestables.
LA PERFECCIÓN DEL AMOR DE DIOS
1 Juan 4:17 “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.”
Todo lo que tiene que ver con Cristo, tiene que ver con nosotros. Si Él es amado, tú también. Todo lo que tiene que ver con Cristo tiene que ver contigo. Cristo es nuestro representante delante de Dios. Nosotros estamos en El. Ya no se trata si eres acepto, Cristo lo es. No se trata si eres libre, se trata de que Cristo lo es. Todo lo que Él es, somos nosotros también. Cristo es nuestra identidad.
- 18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”
Muchos creen que es normal vivir con miedo todo el tiempo. Se acostumbraron a un estilo de vida lleno de estrés, depresión, miedo y culpa. Es tan importante estar con los pies en el fundamento del amor de Dios. En una misma habitación no pueden habitar el miedo y el amor.
LA MEDIDA DEL AMOR DE DIOS
Juan 17:22-23 “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”
Mientras más ves cuan amado eres, más gloria de Dios experimentas. Solo entenderás cuan amado eres el día que entiendas cuanto el Padre ama a Jesus. El Padre nos ama con la misma medida que ama a Cristo. Esto es muy fuerte. Contempla cuanto amor tiene el Padre por Cristo y descubrirás cuan amado eres.