El camino hacia el disfrute en las relaciones

//Pr. Eliud Cervantes\\

Cuando se trata del amor, de un amor que piensa, definitivamente debemos ir a meditar en la Palabra del Señor. ¿Por qué? Porque quien medita en la palabra, tiene una vida fructífera y próspera. El Salmo 1:2-3 nos enseña:

Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará

¿Cuántos desean eso? Tienes salud, prosperidad, fruto, fecundidad, etc. Todo eso se consigue haciendo una sola cosa: meditar. La palabra meditar o “haga” en hebreo, significa pronunciar o murmurar en voz baja. Pero también nos habla de caminar de un lado a otro leyendo la Biblia o cantar leyendo. Cantando en voz baja. Otra advertencia importante para este tiempo que el Apóstol Pablo nos da es en relación a poder aprovechar bien el tiempo, porque los días son malos.

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15-16)

¿Y cómo aprovechamos el tiempo y entendemos la voluntad del Señor? Siendo llenos del Espíritu Santo. Ahora, “sed llenos del Espíritu”, en griego está en “presente pasivo imperativo”. Imperativo nos habla de una orden, algo que no se puede negociar.  Pero pasivo quiere decir que no eres tú quien se llena activamente, sino que Dios te está llenando. Dios te llena cuando haces algo, y no es opcional, es cuando hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19).

Tal vez digas: “No puedo cantar pastor” no hay problema, puedes tararear, ¡Qué cosa tan fácil ha hecho Dios por nosotros! Inclusive la Palabra de Dios dice que podemos hacerlo “hablando con salmos e himnos” y no solo eres lleno del Espíritu sino también de sabiduría. Te llenas de gratitud, es más fácil someterse ¿Por qué hay tantos problemas? Porque no estamos enfocados en el Señor Jesús, no lo estamos alabando ¡Cuán importante es la alabanza a nuestro Dios!

La palabra alabanza o “yadá” en hebreo, por primera vez es usado en la historia de Lea. Jacob tenía dos esposas. Sabemos que Lea amaba a Jacob, pero Jacob amaba a Raquel.

La experiencia de Lea

Lea siempre quiso el amor de su marido y nunca lo obtuvo. Hizo todo tipo de cosas para conseguir el amor de su marido y nunca lo consiguió. Aunque el esposo era un esposo para ella, la cuidó, le dio hijos, su corazón estaba con Raquel.

“Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido. Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyóJehová que yo era menospreciada, me ha dado también este. Y llamó su nombre Simeón. Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirámi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví. Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaréa Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz”                 (Génesis 29:31-35)

Es interesante ver en estos versículos, en la historia de colocar los nombres de sus hijos, Lea estaba revelando su relación tan íntima y personal con Dios. Ella amaba a su marido y no se cansó de buscar su amor. Creo que todos podemos pasar por el proceso que pasó Lea para poder vivir la plenitud de una vida emocional y matrimonial.

. RUBÉN – Miren, un hijo / Vean al hijo / Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.

Los nombres en la Biblia tienen un significado y son inspirados, pero el motivo, en el caso de Lea es muy hogareño. En la manera cómo ella coloca los nombres de sus hijos, se puede escuchar el lloro de Lea por las circunstancias que ella está viviendo. “Ha mirado Jehová mi aflicción…

¿Puedes escucharla llorar? Lo único que quería era el amor de su marido. Ella pensó que al tener un hijo, su marido la amaría. ¡Es como un drama chino! Pero su marido no lo amaba a pesar de que ella le dio a luz al primogénito: Rubén.

Rubén significa: “Miren al hijo”. ¿A qué hijo debemos mirar? ¿Quién es el hijo? El hijo es Cristo Jesús. Es a Él que tenemos que mirar en nuestra vida, en todas las áreas de nuestra vida. En Él está la respuesta para todo lo que necesitamos. Dios le estaba diciendo a Lea: Mira al Hijo. Cuando se trata de nuestras emociones, relaciones, debemos mirar a Cristo.

. SIMEÓN – Oír al hijo / El que oye / Por cuanto oyóJehová que yo era menospreciada, me ha dado también este

Muy bien, otra vez, está hablando de ella misma: “yo era menospreciada”, en términos de que su marido no la ama. Está centrada en su marido: “Mi marido no me quiere. Yo haré esto. Tengo un hijo y mi marido me querrá”. Y fue así, ella tuvo otro hijo, al cual llamó Simeón, porque dijo: “Por cuanto oyó Jehová…”

Simeón significa “oír, escuchar al Hijo”. ¿De qué hijo estamos hablando nuevamente? El único Hijo que debemos escuchar es el Señor Jesús. El Padre dijo en Mateo 17:5 “…Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”.

Las circunstancias en la que el Padre dijo que oigan al Hijo fue delante de Moisés y Elías. Los discípulos estaban fascinados por la presencia de estos dos hombres que representan tanto La Ley como los Profetas respectivamente, personas que los judíos honraban mucho; sin embargo, Dios dijo: “Escuchen al Hijo”.

En tiempos de una relación, es vital escuchar al Hijo, Él tiene las palabras de Vida Eterna para tu vida, Él tiene la dirección exacta para ti. Muchas veces determinas lo que eres, el precio que vales, por lo que esta sociedad determina; por tanto, es vital que te llenes con la verdad de la Palabra que sale de la boca del hijo: TÚ ERES UN HIJO AMADO, JUSTIFICADO, PERDONADO, MÁS QUE VENCEDOR.

. LEVÍ – Apegado, sujetado, adherirse / Ahora esta vez se unirámi marido conmigo

Una vez más vemos a Lea mostrando la situación de su corazón al dar el nombre del tercer hijo. En hebreo “Leví” significa “Apegado, sujetado, adherirse”. Ella pensaba que por el hecho que le había dado tres hijos a su marido éste se uniría a ella. En otras palabras, ella decía: “Ahora mi marido se encariñará conmigo”, pero lo que Dios le estaba enseñando a Lea era que ella se apegue a Él. Que busque a Dios, que esté adherido a Él. La palabra de Dios dice que “…separados de Él nada podemos hacer” (Juan 15:5).

¿No sabemos cuánto tiempo persistió esta mujer por el amor de su marido? Pero tal vez estás en una situación, estás persistiendo por algún fruto en tu vida, por algún resultado y te has sentido decepcionado porque no ves lo que tanto buscas, pues el Señor te dice: APÉGATE A MÍ, ADHIÉRETE A MI.

. JUDÁ – Alabado / …Esta vez alabaré a Jehová

Miren lo que cambió a Lea. “Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaréa Jehová”. Sin marido, sin nada, sea que le ame su marido o no, ella dijo: Voy a alabar al Señor”. Y la palabra “alabanza” es yadáh, y es por eso que de yadáh deriva la palabra “Judá”. Y ella dejó de dar a luz, ¿Por qué? Ya no quería impresionar al marido, sólo al Señor. Ella encontró satisfacción en el Señor.Es cuando encontramos satisfacción en el Señor que podemos ver las cosas acontecer en nuestras vidas.

Déjenme decirles esto hermanos, no hagan que su felicidad o sus realizaciones dependan de encontrar una pareja, o los que están casados, que su felicidad dependa de vuestro esposo o esposa. Ama al hombre, está bien, pero asegúrate de amar al hombre: Jesús. Y haz que tu felicidad gire en torno a Jesús. Lo cierto es que no obtendrás las cosas que tanto buscas que sólo Jesús puede satisfacerte realmente.

Ahora, lo interesante de la palabra “alabanza” es que “Yadah” se escribe así: yud, dalet, hei. Y las letras hebreas tienen un pictograma:

YUD – MANO + DALET – PUERTA + HEI – GRACIA

Esto significa alabanza. De donde viene Yehudá. Lee atentamente y habrá un misterio. La mano abrió la puerta de la gracia. Cada vez que alabas, abres la puerta de la gracia ¿Y cuántos saben que cuando no están concentrados en el problema, a veces es sorprendente cómo aquello por lo que están corriendo viene detrás de ustedes?

Cuando ella murió; más tarde, el marido murió también. Cuando murió el marido, Jacob nunca pidió ser enterrado con Raquel. Jacob pidió ser enterrado con Lea. En algún momento del camino, también se enamoró de Lea.

“Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea” (Génesis 49:31)

Cuando Lea no lo busca, cuando mira a Jesús se dieron las cosas. Mira a Jesús y tus sueños se harán realidad. Amén. “Alabaré al Señor. Por eso llamó su nombre Yehudá” ¿Qué es Judá? Alabanza. Cada problema que se te presente, la alabanza debe ser lo primero. Empiece a cantar alabanzas. Te sientes solo, canta alabanzas. Te sientes deprimido cantando alabanzas. Te sientes mal, cantas alabanzas. Amén.

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