//Pr. Luis A. Núñez\\
Vivimos en un tiempo de oscuridad en que la verdad del evangelio ha sido sustituida en muchos lugares por un tipo de religión humana, pero la vida cristiana no es más que Cristo en nosotros. Transformar a Cristo en una religión es manifestar que su sacrificio en la cruz ha sido inútil y que necesitamos hacer algo por nosotros mismos para alcanzar la salvación. El cristianismo no es una religión. Hablando en términos precisos, el cristianismo es una cuestión de fe, el cristianismo es definido por la fe, es la fe que hace real la verdad del evangelio. La religión es siempre un sistema exterior y humano, es el hombre tratando de pagar su entrada en el cielo.
Debemos rechazar todo lo que procede de la religión ¿Cómo podemos identificar conceptos y prácticas religiosas en la iglesia? La manera de ver esto es mirar las prácticas del Antiguo Testamento. La Antigua Alianza es el modelo de toda religión. Con base en esto, podemos afirmar que toda religión tiene cinco características básicas.
- EL TEMPLISMO
Recientemente, una iglesia decidió construir el Templo de Salomón en la ciudad de San Paulo – Brasil. Es la expresión máxima del templismo en los días de hoy. Todos los evangélicos en la historia poseen templos, así que no pueden criticar esta obra, pero ¿en cuanto a nosotros? desgraciadamente, todavía tenemos algunas señales de templismo entre nosotros.
La primera de ellas es el énfasis en la visita de Dios y no en su habitación.
En el Antiguo Testamento había visitación, pero en el Nuevo Testamento tenemos la habitación de Dios ¿Qué prefieres? ¿una visita de Dios o tenerlo habitando en ti eternamente? No hay duda de que la habitación es mucho mejor, pero aun así tenemos hermanos buscando una visita divina.
Una segunda señal de templismo es la idea de que estaremos más cerca de Dios si vamos a un culto en un edificio (templo). Observa esto en el Antiguo Testamento, Dios habitó primero en el Tabernáculo, después Él habitó en el Templo de Jerusalén, hoy Él habita en cada creyente individualmente y también habita en la iglesia como un cuerpo.
Según el concepto del Antiguo Testamento, estarías más cerca de Dios en cuanto más cerca estuvieras del Templo. Un ciudadano común de Israel ciertamente envidiaba la intimidad que un sacerdote podía tener con Dios, ya que podía entrar en el Lugar Santísimo, algo que era prohibido al ciudadano común.
La Biblia dice:
“El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él existe, siendo él Señor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios hechos por manos humanas” (Hechos 17.24)
Hoy, nosotros somos el templo de Dios (1 Corintios 3:16-20; 2 Corintios 6:16). Estrictamente hablando, el cristianismo no posee edificios, ni templos; el judaísmo tenía un templo, nosotros no los tenemos más. Si volvemos a establecer edificios como templos para poder estar cerca a Dios, incurriremos en un retroceso al judaísmo.Necesitamos entender que somos el templo de Dios y que Dios no habita en edificios. Nosotros somos su habitación. Dios no vive en el edificio de la iglesia. Cuando te vas después del culto, Él va contigo. Él habita en ti y si estás lleno de Dios, el lugar donde vayas, se vuelve sagrado también. Somos su templo y lo llevamos dentro de nosotros. Donde pisamos, Dios llega junto a ti. El edificio para nosotros es solo un lugar de entrenamiento y celebración, la vida normal de la iglesia ocurre en nuestro día a día. A pesar de que, en el Antiguo Testamento, Dios habita en un templo, eso ya no sucede en el Nuevo Testamento. Hoy nosotros somos su templo, es en nosotros que Él habita. Así, bíblicamente hablando, la iglesia del Nuevo Testamento posee un lugar de reunión, pero no tiene templos.El congregarnos para nosotros es el acto de reunirnos y vivir una parte de la vida de la iglesia. El Señor dijo que donde dos o más se reúnen en su nombre, allí estará en medio de ellos (Mateo 18:20) es decir, Él se manifiesta de manera poderosa, se expresa en medio de la congregación, toda la congregación de la iglesia expresa alabanza y toda alabanza es expresión de fe, nos reunimos en las células y en la celebración de cultos de los domingos y sábados. Debemos entender que no nos reunimos para una visitación, sino nos reunimos para la expresión de lo que somos ¡Habitación de Dios!Por eso una iglesia, de acuerdo a su necesidad, puede reunirse en el local de una discoteca y experimentar la presencia de Dios, porque cada uno de ellos son habitación de Dios.
El Señor dijo sin dejar de congregarse (Hebreos 10:25) porque el congregarnos tiene que ver con nosotros, necesitamos expresar lo que somos juntos y esto tiene poder, es por eso que quien deja de congregar está destinado a enfriar su fe, porque necesita de la comunidad, que es la iglesia. La palabra exhortándose significa también ayudando a mantenerse fieles, llenos de fe, es decir, es muy importante congregarnos.
Necesitamos congregarnos. El congregarnos nos permite tener enseñanza, comunión, partimiento del pan y oración (Hechos 2:42). Al leer la epístola a los Hebreos, notamos que la intención es presentar la manera en que Cristo es el cumplimiento de las cosas que habían sido anunciadas en el Antiguo Testamento y por tanto, superior a ellas. Cristo es presentado como superior a los ángeles, superior a Moisés, su reposo es superior al día de reposo, su sacerdocio superior al sacerdocio levítico y su sacrificio superior al de los corderos y machos cabríos. Al hablar de esto último, en el capítulo 10 de la carta a los hebreos leemos cómo el sacrificio de Cristo y su sangre abren un nuevo camino hacia nuestra relación con Dios (v.20).
Dos cosas son consecuencia de lo alcanzado por Cristo en la cruz: la santificación y también la vida en comunión: “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura… Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros” (Hebreos 10:24-25).
¿Lo notan? De la misma manera en que la santificación sigue a la redención en Cristo, así mismo, lo es la vida en comunión. Entonces, afirmar que se puede expresar un cristianismo sin congregarse, es como afirmar que se puede expresar cristianismo sin andar en santidad.
La ciudad de refugio es un tipo de Cristo (Numeros 35:22-28, Josué 20:1-6)
Hoy en día, esas ciudades son un tipo espiritual, una maravillosa alegoría del Señor Jesús. Las ciudades de refugio son una figura y sombra de la sustancia que es Cristo, que está en el Nuevo Testamento.
- Si las ciudades de refugio eran solamente para quien pecó sin intención ¿cómo puede ser aplicado a nosotros? Aquí tenemos algo realmente maravilloso.
En la cruz, el Señor Jesús puso todos nuestros pecados en la categoría de no intencionales, su oración fue: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Esta es la gracia y la misericordia de Dios, eso nos califica para encontrar refugio en Cristo. Ese refugio es para todos nosotros.
- De esta forma todos los pecadores son invitados hoy, para entrar en ese refugio que es Cristo y ser librados de las manos del vengador. El Señor Jesús fue llamado de amigo de pecadores, Él es nuestro refugio, donde nos libramos del juicio que vendrá sobre toda la tierra. El vengador es la justicia de Dios. Dios tiene placer en amarnos, pero también Él es un Dios justo y todo pecado debe ser castigado. Un día la justa ira de Dios vendrá sobre el mundo, pero nosotros estaremos seguros y salvos en nuestra ciudad de refugio que es Cristo.
- Las ciudades de refugio pertenecían a los sacerdotes y levitas. En aquel tiempo eran ellos los que servían a Dios a tiempo integral. Hoy, sin embargo, todos nosotros fuimos hechos sacerdotes, Cristo nos hizo sacerdotes. Los sacerdotes y Levitas, en esas ciudades, adoraban a Dios con música e instrumentos, vestían la mejor ropa, comían la mejor comida. El refugiado disfrutaba de todo eso hasta la muerte del sumo sacerdote y después retornaba para su ciudad. Cristo es nuestro sumo sacerdote hoy y vive eternamente, si nuestro sumo sacerdote vive para siempre, entonces somos bendecidos eternamente, nuestro refugio nunca cesa (Hebreos 6:20), este será nuestra sumo sacerdote para siempre.
Es un tipo de iglesia
La iglesia es el cuerpo de Cristo, Efesios 1:22-23 dice: “y sometió todas las cosas bajo sus pies y lo dio por cabeza a la iglesia la iglesia la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” es Cristo, por tanto, estas ciudades de refugio son la iglesia.
Nombres de las ciudades de refugio
- Cedes – La palabra Cedes significa lugar santo o justicia. La iglesia es un lugar de santidad y gloria, la iglesia es el lugar del perdón inmerecido, de la misericordia para el pecador y de la gracia abundante.
- Siquem – Significa espalda u hombro, es un refugio para el cansado. Un lugar para llevar cargas. En la parábola de la oveja perdida, cuando el Señor encuentra la oveja, él la pone en el hombro y la lleva al corral.
- Hebrón – Significa asociación o comunión, es un lugar de abrigo. La iglesia es un lugar de comunión de la familia con el Padre, es el lugar donde disfrutamos de la riqueza de Cristo. No podemos tener comunión con el mundo, solo en la iglesia tenemos comunión los unos con los otros.
- Beser – Significa castillo o fortaleza secreta. Centro de acogimiento, la iglesia es un lugar de protección contra el enemigo. Cuando oramos unos con los otros.
- Ramot – Significa altura. En la iglesia encontramos refugio y caminamos en los lugares altos de la tierra. Aquí estamos encima de todo principado y poder. Solo en medio de la iglesia podemos expresar lo que somos, nuestra posición en Cristo, estamos sentados en lugares celestiales.
- Golán – Significa feliz por ser prisionero. Feliz por ser un esclavo de oreja perforada, esclavo por amor.