El poder de meditar en la palabra de Dios

 

//Pr. Eliud Cervantes\\

Delante del panorama que estamos viviendo, donde estamos siendo bombardeados con bastante información, es tan importante que nosotros podamos aprender a meditar en la Palabra de Dios, y pongamos nuestra confianza en el Señor y no en nuestras fuerzas o las circunstancias.

Hay un depósito de sabiduría para tu día a día cuando meditas en la Palabra 

Uno de los mayores desafíos que enfrentamos en el día a día son situaciones que no sabemos cómo afrontar. Ya sea que sea un desafío financiero, matrimonial o de otro tipo, la respuesta es la sabiduría de Dios.

Puedes recibir Su sabiduría cuando oras y le pides a Dios el espíritu de sabiduría y revelación y que los ojos de tu corazón sean iluminados. También cuando meditas en un pasaje de la Palabra de Dios y recibes una palabra para tu vida a partir de él. Ej: Salmo 1:3 (verse como un árbol verde y fructífero).

La Palabra de Dios es un almacén lleno de provisión que Dios quiere que la abras. Su Palabra te da luz, sabiduría y todas las bendiciones que siguen.

Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos” (Salmos 119:162) 

David se regocijó por la Palabra de Dios como si hubiera encontrado un gran botín de guerra, es como cuando nos regocijamos por una inversión que ha dado sus frutos, es así que deberíamos regocijarnos por descubrir la sabiduría de Dios en Su Palabra. De hecho, la sabiduría que encontramos en Su Palabra es mucho más valiosa que las riquezas materiales.

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella” (Proverbios 3:13-15) 

La gente en el mundo piensa que tiene un problema matrimonial o financiero, pero en realidad tiene un problema de sabiduría o discernimiento, por eso, independiente de lo difícil que pueda ser la situación, la sabiduría de Dios puede cambiarlo.

En la Biblia, Josué estaba a punto de traer de 2 a 3 millones de personas a la tierra prometida y primero tendría que enfrentarse a muchos enemigos en numerosas batallas. Fue un desafío abrumador, pero en medio de eso, Dios le dijo el secreto del éxito:

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él” (Josué 1:8)

Aun siendo un líder de un gran ejército que tenía muchas cosas que planear y velar, Josué se tomó el tiempo para leer la Palabra de Dios y meditar en ella para obtener la victoria en sus desafíos. ¡Hagamos lo mismo con nuestras propias vidas!

Medita en la Palabra de Dios y recibe diferentes tipos de sabiduría para cada situación 

En estos 2 pasajes, vemos que Dios tiene diferentes tipos de sabiduría para impartirnos:

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría (kjokmá), Y que obtiene la inteligencia (tebunáh); Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella” (Proverbios 3:13-15)

Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente (bin) y sabio (kjácám), y póngalo sobre la tierra de Egipto” (Génesis 41:32-33) 

La palabra “sabiduría” es la palabra hebrea kjokmá, que es la forma sustantiva de la palabra hebrea kjácám. Y la palabra “Inteligencia” es la palabra hebrea “tebunah” que es la forma sustantiva de la palabra hebrea “bin”. “Bin” se refiere al discernimiento, o la capacidad de ver a través de una fachada para conocer la verdadera naturaleza de las cosas.

José recomendó que el Faraón encontrara un hombre sabio y prudente para que le aconsejara sobre los tiempos difíciles que vendrían en Egipto. Y ¿cuál fue la conclusión del Faraón?

y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú” (Génesis 41:38-39) 

Faraón, un hombre del mundo, reconoció que José era un hombre sabio y entendido y nombró a José como su consejero. No importa cuán avanzada sea la tecnología y la inteligencia artificial, nada puede reemplazar a un hombre sabio y entendido.

Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52) 

La primera área en la que Jesús creció fue en sabiduría. Cuando Jesús tenía 12 años, sus padres lo estaban buscando y lo encontraron entre los maestros. Los maestros se asombraron de su inteligencia y comprensión (Lucas 2:47).

Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende (suniémi), viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino” (Mateo 13:18-19)

La palabra “entender” es la palabra griega “suniémi”, un entendimiento que se obtiene mediante la meditación. Cuando una persona escucha la Palabra pero no la medita, no la comprende completamente, por lo que el enemigo puede venir y arrebatar la Palabra de su corazón. Es así, que al escuchar la Palabra cada semana, piense qué versículos te hablaron, luego medita en ellos, memorízalos y mastícalos durante la semana. Riega la palabra que se ha sembrado en tu corazón meditando en ella diariamente.

Cuando meditas recibes salud, protección y plenitud en cada área de tu vida 

Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra” (Salmos 119:25) 

Cuando meditamos en la Palabra de Dios, ella nos trae una energía sobrenatural que incluso nos puede revitalizar aun cuando dormimos pocas horas. ¡Nos sentimos renovados!

Por eso, mientras meditas en la Palabra de Dios todos los días, es ahí que verás que el miedo se alejará y te llenarás de salud, éxito, victoria y plenitud en tu vida.

Haz de la meditación en la Palabra de Dios parte de tu vida diaria y de tu familia 

“Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15) 

La palabra “Salvación” en griego es “sótéria”, que significa bienestar físico y mental, protección, integridad y salud. Pablo le dijo a Timoteo que desde que era un niño, Timoteo había conocido las Sagradas Escrituras que podían hacer sabio y hacer que disfrute de la plenitud en todas las áreas de su vida.

Nosotros como padres debemos darnos el tiempo para entrenar a nuestros hijos en los caminos del Señor enseñándoles y dándoles versículos de memoria. Al enseñarles a meditar en la Palabra, la Palabra los animará cuando estén solos o tengan miedo.

Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes… para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra” (Deuteronomio 11:19, 21)

Mientras meditas en la Palabra de Dios durante el día y las enseñas a tus hijos, el Señor multiplicará sus días y los convertirá en días del cielo sobre la tierra.

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