El poder de una decisión en medio de la crisis

//Pr. Luis A. Núñez\\

Las circunstancias a la que estamos expuestos son inevitables, de hecho el Señor dijo que “en este mundo tendríamos aflicciones”. Estas situaciones suelen ser algo circunstancial, otras son consecuencia de nuestras decisiones, pero otras son ataques del maligno que debemos discernir para asumir una posición de victoria,  resistiéndolo con firmeza en la fe. En realidad toda adversidad debe ser asumida con firmeza de fe.

“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente y esforzaos” (1 Corintios 16:13)

Muchos pensamientos de renuncia, de desistir, de claudicar pueden venir a nuestra mente, en diferentes áreas de nuestra vida, ya sea conyugal, laboral, ministerial, etc. y Dios nunca nos condena por ello, pero el cielo entero está esperando por una respuesta. Respuestas son las que definen destinos, es allí donde debemos percibir esto para dar una respuesta correcta. Muchos piensan que no podemos perder lo que conseguimos en Dios y están equivocados.

“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis la recompensa completa” (2 Juan 8)

“Mirar por vosotros mismos” habla de una gran responsabilidad personal, habla de una vigilancia personal, discernir inmediatamente los pensamientos e intenciones dentro de nuestro corazón. “no perder el fruto de nuestro trabajo” significa que hay cosas que podemos perder. El apóstol Juan, probablemente ya anciano, dice que podemos perder lo que hemos conquistado, que aunque sabemos que nos movemos en la fuerza de Dios, en la gracia, él nos dice que podemos perder lo que tenemos. Todo trabajo produce frutos y Juan dice que podemos perder ese fruto. El problema es que a veces creemos que solo grandes actos o grandes errores pueden echar a perder algo, pero no es así, a veces son actos pequeños, los pequeños detalles que pueden echar todo a perder. Por ejemplo, nuestros pensamientos no salen a luz de primera instancia, pero si no los vigilamos pueden causar luego grandes catástrofes.

Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne” (Cantares 2:15)

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable” (Eclesiástes 10:1)

Ten cuidado porque los actos pequeños, decisiones aparentemente insignificantes,  pueden echar a perder las cosas que Dios está haciendo en nosotros y por causa de esa decisión tienen que comenzar de nuevo, muchos tienen que retroceder hasta el inicio, porque nuestras decisiones pueden echar a perder todo. Nuestras decisiones, principalmente las que están en nuestro corazón son serias, por eso Juan nos dice “ten cuidado porque puedes perder lo que has conseguido hasta ahora”.

Nuestra vida cristiana es comparada con una carrera:

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1-2)

No es una carrera en la que uno solo llegará, pero debemos correr como si lo fuera, esto habla de esfuerzo, de impulso, de actitudes, como quitarnos el peso que nos impide correr o los pecados que nos asedian (Hábitos carnales que aun hay en ti), pero deseando llegar. En verdad, esta es una carrera de resistencia, en la que no importa quien llega primero, no se nos insta a competir, sino a resistir, lo importante es que lleguemos a la meta ¿te imaginas una carrera en la que todos los que lleguen sean premiados?

En esta carrera no importa como comenzaste, sino como llegas. Muchos tal vez  comenzaron bien pero terminaron mal y entonces perdieron, Un ejemplo de esto es  Salomón, él comenzó bien, Dios le dio mucha riqueza, le dio sabiduría extrema, pero terminó muy mal, separado del Señor y tomando muy malas decisiones. Otros comenzaron mal, pero terminaron bien. Un ejemplo es Jacob, un hombre que comenzó mal, pero terminó bien, terminó como Israel.

Tenemos algunos ejemplos en la Biblia de lo serio de las decisiones que se están formando en vuestros corazones.

  1. El pueblo de Israel (Tomaron decisiones por las circusntancias)

Ellos se encontraron frente al mar y murmuraron, cruzan el mar y siguen murmurando, se quejaban siempre diciendo “alla era mejor”, “las cebollas, los ajos de Egipto” pero algo inesperado sucede, pues hasta aquí Dios solo callaba, solo soportaba, hasta que llegaron a un lugar llamado Cades-Barnea y allí sucedió esto:

“Entonces toda la congregación gritó y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.Todos los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y contra Aarón, y toda la multitud les dijo: «¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá muriéramos en este desierto!¿Por qué nos trae Jehová a esta tierra para morir a espada, y para que nuestras mujeres y nuestros niños se conviertan en botín de guerra? ¿No nos sería mejor regresar a Egipto?».Y se decían unos a otros: «Designemos un capitán y volvamos a Egipto” (Numeros 14:1-4)

Recuerden que Dios le dijo a Moisés que mande príncipes como espías (Aunque enviar espías fue el deseo de pueblo) y reconozcan la tierra que se les iba a dar. Diez de ellos informaron de una manera negativa, pero lo trascendente es que tomaron una decisión “volver”, entonces la decisión que tomaron hizo que Dios cambiara. Hasta allí Dios solo escuchaba las quejas y no cambió, pero aquí Dios decide que ellos no entrarán a la tierra prometida porque decidieron volver, llagaron al ápice de la incredulidad. Una decisión puede cambiar nuestras vidas, esto les costó mucho, murieron en el desierto. Felices los hombres que saben que están siendo probados para dar una respuesta correcta delante de Dios, una decisión cambio el destino de sus vidas. Vean una vez más lo que dijo Dios:

“Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?” (Números 14:11)

“Yo lo he perdonado, conforme a tu dicho.Pero tan ciertamente como vivo yo y mi gloria llena toda la tierra,que ninguno de los que vieron mi gloria y las señales que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han tentado ya diez veces y no han oído mi voz,verá la tierra que juré dar a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá” (Números 14:20-23)

“Los he perdonado”, es la constante manifestación de su gracia, pero no verán la tierra que prepare para ellos. No tomes decisiones dirigido por tu corazón, busca la dirección de Dios. Guarda tu corazón.

  • Esaú y Jacob (Decisiones por escuchar el corazón)

Esaú llego de cazar y no consiguió nada, le pidió a su hermano un poco de un guiso y cuando este lo condicionó a renunciar él dijo “de qué me sirve esto” y perdió la primogenitura, por una decisión podemos ganar o perder un ministerio. Nuestras decisiones son muy importantes, Esaú se arrepintió después:

“Que no haya ningún fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.Ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no tuvo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas” (Hebreos 12:16-17)

Tus decisiones son muy importantes, puedes ganar o perder por una decisión, ten cuidado con lo que decides. Si alguien está cansado y ve la obra como una carga, cansancio lleva al desánimo y desánimo lleva al despropósito,  muchas decisiones producen circunstancias irreversibles.

Tienes una sola vida para servir a Dios. Hebreos 9:27 dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. Tu decisión puede hacer que Dios ponga esta responsabilidad en otro. Dios quiere que podamos renovar nuestro encargo, que podamos tomar decisiones correctas.

  • 1 Reyes 12:4-11 (Decisiones por el consejo de otros)

Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam recibió el consejo de los ancianos, quienes le dijeron “se siervo de ellos y te servirán”, pero él no consideró este consejo y prefirió escuchar el consejo de los jóvenes que se habían criado con él y colocó una carga mucho más dura encima del pueblo y por eso perdió diez tribus, solo se quedó con dos, las tribus nunca más se juntaron, por causa de esta decisión generaciones sufrieron. Una decisión puede hacer que no solo suframos nosotros, sino las generaciónes que nos siguen. Tú eres el resultado de las decisiones que tomaste ayer y tu mañana será el resultado de las decisiones que tomes hoy.

“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:13-15) Busca ser guiado por el Espíritu, no por lo que te parece.

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