Pr. Luis A. Núñez
“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 3:14-22)

La palabra Laodicea se origina de otras dos palabras griegas: laus y dicea. Laus viene de laicos que significa pueblo común y dicea significa costumbre, opinión, consejo. Proféticamente, Laodicea representa la iglesia de los últimos días, por otro lado, históricamente, Laodicea son todas las iglesias que un día experimentaron el mover de Dios, pero que infelizmente se enfriaron. Laodicea es una iglesia que un día fue Filadelfia.
Mensaje a la iglesia (3:15-20)
La principal característica de Laodicea es ser tibia, una iglesia que llegó a ser tibia significa que perdió el encargo, la pasión por hacer la voluntad de nuestro Señor. Además de eso, Laodicea se cree rica y abastecida ¿Cómo puede alguien creerse rico y sin embargo ser considerada por Dios como miserable, pobre y desnudo? Es decir, a sus propios ojos logran tener lo que desean, pero ante Dios la imagen es de miseria y pobreza, buscaron alcanzar sus propios sueños y lo lograron, pero ante Dios no lograron nada.
Además de pobres y ciegos, los laodicenses están desnudos a los ojos de Dios. Y Él dice que esa iglesia necesita comprar vestiduras blancas. Los vestidos de salvación no pueden ser comprados, por el contrario, son recibidos de gracia. Se necesita pagar el precio para adquirir las cosas genuinamente espirituales, este precio es respuesta simplemente de fe a todo lo que tenemos, es obedecer por el creer, es el precio de la fe.
En el Reino de Dios la moneda es la fe, la indisposición para pagar el precio es lo que nos lleva a ser tibios. Pablo nos advierte que algunos edifican con materiales baratos como madera, paja y heno porque no quieren pagar el precio por el oro, por la plata y por las piedras preciosas (1 Corintios 3:12).
El consejo para esta iglesia
- Comprar oro refinado
En la Biblia, el oro refinado apunta a la gloria de Dios, es decir, es una vida en la que en todo está su gloria; en todo plan, en todo proyecto, en cada decisión, en cada proyecto de vida, en todo lo que se hace está Dios, por eso dice “compra de mi”, en otras palabras, Dios dice: “Yo soy la fuente”. Aquí se habla de precio, comprar habla de precio, ese precio es el precio de creer, cuanto estás dispuesto a que Él sea parte de todo en tu vida, cuanto estás dispuesto a colocarte ante Él para decirle: “hágase como tú quieres”.
- Comprar ropa
Ropa habla de expresión, es así que el Señor usa esta figura para mostrarnos que debemos estar vestidos de nuestra nueva naturaleza.
Todos debemos tener dos vestiduras:
- Las de salvación: Que es el propio Cristo, que es una ropa gratuita.
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14)
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” (Isaías 61:10)
- Las nupciales: Que son nuestros actos de justicia. Con relación a las nupciales, estas deben ser compradas, el precio tiene que ver con tejerlos con nuestros actos de justicia, porque el lino finísimo simboliza los actos de justicia de los santos.
“Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:8)
Es la vida santa por la fe, son las actitudes por el creer, es una vida cuyos actos cada día se basan en esta verdad:
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2)
¿Por qué vivimos aun de manera inconveniente? Porque no crees quién eres, tu naturaleza es santa.
- Comprar colirio (Pomada) para que pueda ver (V. 18): Ese “ver” es algo inherente al espíritu. Para poder ver necesitas tener una actitud que está relacionada a la revelación de su Palabra. Necesitas buscar la fuente de revelación en su Palabra.
Conclusión dramática
La situación dramática de esta iglesia puede ser percibida en el versículo 20:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)
Cenar es cuestión de comunión, de querer estar con Él y amarlo. En la Biblia, comer juntos es algo muy serio, compartir el pan es solo para amigos. Los judíos, por ejemplo, jamás comían con los gentiles. Laodicea es una iglesia que no tiene una comunión con el Señor, sus intereses y forma de vida son solo una respuesta a su ego. La iglesia de Laodicea no conoce y ni tampoco practica la voluntad del Señor.
El miembro de la iglesia de Laodicea
Las personas que conforman la iglesia de Laodicea son personas que han pasado a ser ellas mismas el centro de sus decisiones y forma de vida. Es el “humanismo”, donde el ser humano es el centro de todo. En el humanismo que es el deseo del pueblo, el centro es el ser humano, lo que importa son sus sentimientos, su comodidad, “el ser tú”, pero ¿quién eres tú?, tú eres una nueva criatura, si no entiendes esto “serás tú”, pero en tus reacciones, en tus sentimientos, en tus deseos carnales. Dios está fuera porque en tus planes, en tus actitudes no está Él, necesitas abrir la puerta para que Dios sea parte de todo en tu vida.
Un gran propósito
Sé que cuando hablamos de hacer su voluntad en base a su obra, pensamos ¿cómo comienzo o qué hago? pues déjame decirte que toda responsabilidad vendrá de a pocos, pero por ahora comienza por abrir la puerta de salvación a una persona, lleva a los pies de Cristo a una persona, predícale o haz lo necesario para que una persona reciba a Cristo.
La recompensa del Vencedor (3:21-22
¿Qué es ser un vencedor? Las personas piensan que el vencedor es alguien fuera de lo común, viviendo en un patrón superior a los demás. En realidad un vencedor es aquel que conserva lo que tiene, que no es tibio, sino caliente, en fin, es aquel que no tiene miedo de ser radical en Dios, ni de abrir la puerta para que el Señor entre y cene con él. A él, el Señor le promete una maravillosa recompensa:
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 3:21)