Llénate de su visión y experimenta provisión – Parte II

 

//Pr. Eliud Cervantes\\

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autoridad de la Iglesia

Continuamos hablando sobre la importancia de meditar en la Palabra del Señor ¿Por qué? Porque cuando meditas en Su Palabra, tú recibes una imagen, una visión para tu vida, la cual te lleva a experimentar la provisión de Dios para cada área de tu vida. 

En cada etapa de tu vida, Dios te da una nueva imagen que alimenta tu fe 

Cuando Abraham tenía 84 años, se había cansado mientras esperaba que se cumpliera la visión anterior de tener muchos hijos. Estaba en un estado de incredulidad.

“Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?” (Génesis 15:2) 

Estar en un estado de incredulidad es deshonrar a Dios y Su Palabra, y sin embargo, Dios no reprendió a Abraham. De hecho, ni una sola vez en la vida de Abraham el Señor lo reprendió verbalmente. Abraham es una imagen de ti y de mí, que somos justos por la fe; Dios nos trata de la misma manera. Si bien Dios nos  disciplina como hijos, pero te no te condena ni castiga.

Sabiendo que Abraham estaba desanimado y en un lugar de incredulidad, el Señor lo animó con otra visión. Sacó a Abraham bajo el cielo nocturno y le mostró las estrellas:

“Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó (amán) a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:5–6)

La palabra “contar” es la misma palabra “declarar” que se encuentra en el Salmo 19:1: “Los cielos cuentan la gloria de Dios”. Debemos mirar a Aquel que hizo las estrellas para saber cómo gobernar nuestras vidas. Ahora, la “descendencia” aquí mencionada, estaba profetizando la venida de Jesús.

La Biblia dice que Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia; por eso Abraham fue justo por la fe y no por las obras. La palabra “creyó” aquí es la palabra hebrea “aman (amén)”, que significa “así sea”. Cuando dices “amén”, estás liberando fe y honrando a Dios.

Veamos las visiones que Dios le dio a Abraham: En Génesis 13, Dios le dijo que sus descendientes serían como el polvo de la tierra. En Génesis 15, Dios le mostró las estrellas, que también son vastas e innumerables.

Entonces, Dios le dio a Abraham ayudas visuales para ayudarlo a ver la visión las 24 horas del día, los 7 días de la semana, una para representar durante el día y la otra para representarla de noche. Antes el hombre conoció a Dios a través de la creación porque no había la biblia; pero ahora debemos buscar la Palabra para conocerlo y ver lo que Él tiene para nosotros. Por eso, en lugar de simplemente mirar imágenes de las cosas materiales que deseas ¡mira las imágenes en la Palabra de Dios! ¡Medita en Su Palabra!

¿Y cuál es la imagen de Dios para tu vida? Eres un hombre bendecido, completamente provisto 

Una de las imágenes de Dios para nosotros se encuentra en el Salmo 1:3: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.”

Para caminar sobre esta imagen, necesitamos en primer lugar verlo en nuestro corazón.

Otra visión la podemos ver en Números 24. Contexto: Un rey pagano contrató a un hechicero llamado Balaam para que pronunciara una maldición sobre los hijos de Israel, pero Dios intervino y cambió las palabras de Balaam para declarar la hermosa visión que Dios tenía de Israel:

“y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él. Entonces tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam hijo de Beor, Y dijo el varón de ojos abiertos; Dijo el que oyó los dichos de Dios, El que vio la visión del Omnipotente; Caído, pero abiertos los ojos: ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, Tus habitaciones, oh Israel! Como arroyos están extendidas, Como huertos junto al río, Como áloes plantados por Jehová, Como cedros junto a las aguas” (Números 24:2-6)

Esta es la visión del Omnipotente (que Balaam pronunció como una bendición sobre los israelitas). Esta bendición nos recuerda el Salmo 1:3. La visión que Dios tiene de nosotros es que somos como un jardín o un cedro plantado junto a los ríos de aguas, donde prosperamos en todos los ámbitos de la vida, sin que nos afecte el estrés y las preocupaciones del mundo.

Permite que Dios llene tu corazón con imágenes de Su provisión antes que hables con fe 

En Génesis 17, Abraham tiene 99 años: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1)

Cuando Dios le mostró por primera vez a Abraham la visión de él teniendo muchos descendientes, Abraham tenía 79 años. Ahora, 20 años después, Abraham está esperando que se cumpla esta visión. En este punto, Dios hace algo diferente.

Mira lo que Dios le dijo a Abraham esta vez: “He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes” (Génesis 17:5), “Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes” (Génesis 17:4–5)

Dios cambió su nombre de “Abram” a “Abraham”, lo que cambió el significado de su nombre de “exaltado” a “padre de multitudes”. Y Dios no solo cambió el nombre de Abraham, sino que también cambió el nombre de su esposa Sara. Sara se llamaba Saraí (capitana), pero Dios le cambió el nombre a Sara (princesa).

Cambió el significado de sus nombres agregando la letra hebrea “hei”, que significa “gracia”. Cambió la imagen de sus nombres. Dios sopló “hei (Su gracia)” en Abraham y Sara, cambiando sus nombres y cambiando la forma en que se llamaban y hablaban entre sí. ¡Dentro de un año, llegó el bebé! Es decir, en tres meses, Sara concibió.

En la cristiandad, el énfasis suele estar en hablar / confesar, pero antes de que eso suceda, Dios quiere que veamos Sus imágenes de fe en nuestros corazones. Ver viene antes que hablar.

Antes de que veas lo bueno en tu vida, debes cambiar la visión de tu corazón porque de la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6:45). Llena tus pensamientos con la Palabra de Dios si te enfrentas a un desafío de salud, porque hay salud y plenitud en la Palabra.

¡Aliméntate del amor de Jesús y llénate de la imagen que Él tiene para tu vida! 

Eres libre de recibir todas las cosas de Dios debido a la obra terminada de Jesús en la cruz. Como creyentes bajo el nuevo pacto, podemos recibir libremente todo lo que Dios quiere darnos hoy. Esto se debe a la obra terminada de Jesús en la cruz.

Debido a que el Hijo amado de Dios, el Santo, cargó con nuestros pecados en la cruz, nos hemos convertido en la justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21). Jesús no solo cargó con nuestros pecados y transgresiones, sino que también cargó con nuestros dolores y enfermedades.

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (Isaías 53:4) 

Jesús cargó con todas tus enfermedades y dolores en la cruz cuando murió en tu lugar. Puedes estar en paz y descansar siempre, sabiendo que el amor de Dios siempre brillará sobre ti.

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32)

Dios ya ha entregado a su Hijo, que es más valioso para él, y no te negará nada. No tienes que ganarte bendiciones o provisión por tu buen comportamiento, pero recíbelo libremente de Jesús hoy. Cuando tienes a Jesús, ¡lo tienes todo!

Debemos llenar nuestros corazones con visiones de cosas buenas por venir en lugar de informes negativos. Puedes encontrar estas visiones de Dios en Su Palabra. Es importante proteger su corazón (Proverbios 4:23) y llenar su corazón con imágenes de fe (por ejemplo, Salmo 1:1-3). Cuando las visiones se hagan realidad, Jesús recibirá toda la gloria (1 Timoteo 4:15).

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