No hagas nada por temor

//Pr. Luis A. Núñez\\

“Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:21-24)

Dios determinó que mientras escuchas la Palabra seas transformado, es decir, seas salvo. Esa Palabra habla del Cristo crucificado, que trae tropiezo a unos y confrontación a otros e infelizmente la posición de judíos y griegos de ese tiempo se manifiesta también hoy en las iglesias, pues están enfocados solo en señales o teología. Necesitas oir de Cristo crucificado, pues en Él tenemos experiencias sobrebnaturales y en Él también tenemos conocimiento de Dios. 

Leer 1 Juan 4:7-21 

En primera carta de Juan, uno de los énfasis es el amor que debemos tenernos los unos a los otros como muestra de que creemos en el amor y en la gracia de Dios hacia nosotros. (1 juan 4:7-8). En realidad, esta carta la escribe el apóstol Juan dirigida a las iglesias existentes en ese momento, pues era un tiempo muy complicado, había ingresado de manera muy fuerte el gnosticismo y amenazaba con cambiar el foco del evangelio, porque planteaba, de manera muy sutil, la enseñanza de que lo material o el cuerpo era algo que siempre se mantenía corrompido, de manera que no aceptaban la venida de Cristo en cuerpo, es decir, no aceptaban la humanidad de Cristo, restándole valor al sacrificio de Cristo en la cruz. Debido a la sutileza de esta enseñanza, provocó gran confusión entre los creyentes de ese tiempo y es por esa razón que uno de los énfasis de la carta es el amor de los unos por los otros, asi como la afirmación de la obra redentora de Cristo. 

La muestra de su amor 

“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:9-10)

Observa bien como el énfasis está en aclarar la manera como Dios mostró su amor para con nosotros a través de la venida de Cristo, para que por causa de Él y de su obra en la cruz podamos vivir. El amor de Dios y su permanencia no está condicionado por el amor que tú tengas por Él, recuerda que la Palabra dice que Él nos amó primero, por eso podemos estar seguros de que el amor de Dios es constante y eterno, pues no está basado en nuestra iniciativa por amarlo, sino en el amor que Él tiene por nosotros.

Si el amor de Dios estaría condicionado por nuestro amor entonces estaríamos en problemas, pues nuestro amor está sometido a las circunstancias, por eso es común que estemos en crisis, en tiempos de duda y hasta llegamos a estar enojados con Dios. Si el amor de Dios dependiera de nosotros no podría ser constante.

La garantía es su Espíritu 

“En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4:13-16)

Vemos, una vez más, que la garantía es lo que Él hizo por nosotros, dándonos de su Espíritu, por el creer en Él. Tenemos el privilegio de haber conocido ese amor (V. 15). Si crees en ese amor, el amor que Dios te tiene, entonces permaneces en Él y Dios puede expresarse en ti; es a través del creer que tenemos la vida de Dios. Él permanece en nosotros y nosotros en Él, sin Dios no podemos hacer nada, Él es la fuente de nuestra vida ¿Cómo puedes crees que eres que has sido perdonado o que Dios está contigo? simplemente porque conoces y crees en su amor por ti.

El amor perfeccionado 

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:16-17)

¿Cuándo es que este amor se completa, crece y se expresa ampliamente? ¿Cuándo es que este amor llega a su plenitud? Eso acontece cuando creemos en el amor que Él tiene por nosotros ¡El es amor! Ese amor no está condicionado por tus aciertos o equivocaciones, el amor de Dios es incondicional y esto te dará mucha confianza, paz al considerar tu futuro y tranquilidad cuanto pienses en el momento en que te encuentres ante Él y a propósito de esto, debes saber que hay un juicio para los incrédulos y otro para los creyentes, por lo tanto, tu primera certeza es que tu salvación de la condenación eterna ya ha sido establecida.

La forma como ves tu futuro afecta drásticamente tu presente, quien vive pensando en que no tiene salvacion o que la puede perder vive atormentado, pero quien sabe quién es en Dios y lo que le espera por su gracia y favor, vive en paz. Tener confianza en el futuro referido al dia del juicio es es resultado de una vida de fe en la obra consumada, es una vida de fe en lo que eres en Dios, es decir, es creer que eres hijo amado, heredero de toda bendición, perdonado, justo y santo. En otras palabras, lo que crees hoy te dará confianza mañana delante de Dios.

Observen la seguridad del apóstol Pablo:

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39) 

No hagas nada por temor 

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:18-19)

¿Cómo es esto? Simplemente no puedes desarrollar una vida cristiana basada en el temor, temor al castigo, temor al abandono, al juicio, pues en quien vive asi, según la Biblia, no se ha perfeccionado el amor, es decir, este creyente no ha entendido que es amado por Dios de manera incondicional.

Hablando de nuestro servicio a Dios, si tu vida cristiana no se ha expresado en servicio al Señor, es decir, no haces nada en la vida de la iglesia, no haces nada en el desarrollo de una vida cristiana victoriosa, simplemente no tienes revelación del amor de Dios en Cristo y por tanto, no has entendido que todo lo que hacemos es en respuesta a su amor, porque entendemos que somos amados. Tener una relación con Dios sin comprender que eres amado, es una especie de limbo, donde constantemente estás expuesto a caer en la mentira del maligno, que intenta decirte que no hay propósito para ti o llena tu corazón de justicia propia. Solo quien entiende que es profundamente amado responde con amor, un amor que es expresado en fidelidad, compromiso y sacrificio si fuera necesario. Por eso el apóstol Pablo oraba para que tengamos revelación de lo ancho, profundo y largo de su amor.

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo… seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:14, 18-19)

Descargar Audio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio