//Pr. Luis A. Núñez\\
“Solamente he encontrado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al hombre, pero éste se ha complicado la vida” (Eclesiastés 7:29 DHH)
Dios hizo perfecto al hombre, lo hizo a su imagen y semejanza, pero fruto del pecado se apartó de Dios, entonces el conocimiento de Dios lo fue perdiendo y ahora, realmente se ha complicado la vida, pero ¿Por qué y cómo se ha complicado la vida? Una de las razones principales es por la ignorancia; los jóvenes se han complicado la vida por ignorancia, esto parece contradictorio en un mundo de tanta información, pero infelizmente ignoran lo que es la verdadera amistad, cómo es la sexualidad, lo que es la pasión y el amor, ignoran que tienen poder y dominio propio para controlar sus impulsos e instintos. Solo responden a sus impulsos hormonales, al punto que se vuelven irracionales, bestiales, las hormonas mandan y se vuelven sordos a la dirección del Espíritu de Dios, por esto se han complicado la vida.
La Biblia dice: “Por ignorancia mi pueblo sucumbe” (Oseas 4:5) ¿Comprendes esto? en Génesis 1:27 dice que Dios creó un hombre y una mujer, la mayoría cree que el hombre y la mujer son dos seres relacionados y diferenciados apenas por el sexo y se olvidan de algo maravilloso, del propósito. Cuando no miramos el propósito entonces creemos que la diferencia que existe entre el hombre y la mujer y la razón de su unión solo responde a algo circunstancial u hormonal, esa es la razón por la que no entendemos el cortejo que se plantea en la iglesia, porque no vemos más allá de nuestras narices y solo respondemos a la química que se produce y actúa en nosotros.
Hoy en día solo se responde al estímulo, no se considera el propósito, entonces cuando viene la crisis acaba todo. Dios creó al hombre y a la mujer con un propósito maravilloso de ser una sola carne, la matemática de Dios es 1+1= 1. Nota lo que dice en Génesis 5:2, los dos fueron llamados Adán, eran dos en uno, eso es sinergia, donde el todo es mayor que las partes. Solo al hombre le dijo que cultivara la tierra (Génesis 2:15), pero a los dos les dijo que sojuzgaran la tierra (Génesis 1:28) ¿comprendes esto? no es solo responder al estímulo de tus ojos, de tus hormonas, de tus deseos, es necesario que entiendas que Dios quiere que respondas al propósito ¿qué conseguirán juntos en la vida? ¿el o ella podrá junto a ti realizar los sueños de Dios? por esto oramos antes de comenzar una relación, por esto buscamos de Dios para encontrar el propósito, no respondas solo a la circunstancia ¡Proyéctate al propósito!
Cuando nos proyectamos al propósito de Dios podemos entender porque es necesario abrazar el cortejo, entender que es la mejor manera de conducirnos en los principios que nos permitirán tener certeza de la voluntad del Señor.
A continuación, algunos puntos muy importantes a considerar:
- Busquemos primeramente la madurez
Entendemos que queremos cumplir un propósito y no solo tener una vida efímera. Debemos buscar madurez física, madurez emocional, madurez espiritual y madurez económica.
- Guardemos nuestro corazón
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23)
No expongas tu corazón a la persona equivocada, no respondas solo a lo hormonal. Si fui herido en mis retinas, no debo responder alocadamente, tengo que cuidar de no exponerme, antes tengo que orar, buscar en Dios, esa es la única forma de encontrar una respuesta, de tener seguridad de su voluntad.
- No entremos en una relación en yugo desigual
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos y seré su Dios y ellos serán mi pueblo” (2 Corintios 6:14-16)
¿Por qué? porque no podrán jamás caminar juntos, no podrán crecer en un ministerio. Esto básicamente se refiere a sus ideales, pues no serán compatibles, uno querrá salvar al mundo y el otro o la otra, querrá perderse en el mundo.
- No busquemos a la pareja bajo los patrones de este mundo
Parámetros establecidos por el mundo, como enfocarse solo el aspecto físico o la posición social no son cosas que determinan nada para Dios. Por esto espera el tiempo de Dios y busca proyectarte en el propósito. En Génesis 24 vemos la historia de Isaac y Rebeca ¿cómo se concretó su unión? Detengámonos a ver algunos principios.
Abraham ordenó a su criado que buscara esposa para su hijo. Esta mujer de ninguna manera debía ser cananea, sino de su pueblo y parentela.
“y júrame por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito, sino que irás a mi tierra y a mi parentela a tomar mujer para mi hijo Isaac” (Génesis 24:3-4)
Esto nos habla del primer paso de “la gran búsqueda”, de la confirmación de la obra de Dios en cada persona. Los cananeos eran personas pertenecientes a un pueblo que adoraba a diferentes dioses como Baal, Hadad (dios de las tormentas), Dagón, Asera, Astarte, etc. Era un pueblo cuyos habitantes hacían parte de un culto que blasfemaba contra Dios y por tanto, sus características eran repugnantes, su religión no solo les permitía, sino ordenaba a que todos sirvieran a sus dioses a través de participar en actos de prostitución y fiestas llenas de orgías. Imagínate cómo serían los hogares de esa época y lugar, qué valores eran inculcados en los hijos. De ninguna manera la mujer que sería la esposa de Isaac podría ser de este pueblo, por más linda y bella que fuere o por más que sea sublime y con características aprobables a los ojos de Isaac.
Este principio está claramente enmarcado en 2 Corintios 6:14: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. La vida que los cananeos llevaban era completamente contraria a lo que sucedía en la parentela de Abraham, pues eran personas que conocían a Dios y que vivían bajo sus principios. Aquí estaba la primera etapa de la búsqueda, aquí se encuentra, voy a llamarle así por causa de la ilustración, “la fábrica de esposas idóneas” para hombres como Isaac, pues ellos fueron fabricados de la misma manera, en los principios establecidos por el Señor de señores.
“Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor” (Génesis 24:12-14)
Un segundo aspecto importante es la actitud que tomó el criado de Abraham, él buscó la aprobación de Dios a través de una señal que mostrara si existía una actitud de servicio y de obediencia a Dios (Levítico 19:34). Recordemos que Rebeca no era la única doncella que fue al abrevadero, había otras doncellas ya que esta era la hora en la que salían a buscar agua. Si analizamos un poco, podemos hacernos la siguiente pregunta ¿Era la voluntad de Dios que solo Rebeca tuviera esta característica de servicio? creemos que a través de los principios impartidos por Betuel a su hija, esta aprendió con humildad y se dejó forjar de tal manera, que poco a poco fue haciéndose la persona perfecta para Isaac, aun sin saberlo y sin imaginarlo. Eso se llama madurez, necesitamos trabajar en nuestra madurez.
Dios quiere formar hombres y mujeres con el carácter de Cristo, con una nueva naturaleza y cuando las personas, estén donde estén y sea cual fuere su condición social, racial y económica, se dejen tratar y formar personalmente, estarán dejándose preparar para la unión que Dios diseñó, para formar un hogar y cumplir todos sus propósitos, es decir la aprobación de Dios.
Dios quiere formarte para ser un buen siervo o sierva, un buen amigo o amiga, un buen esposo o esposa, un buen trabajador o trabajadora, un buen hijo o hija, un buen padre o madre, etc. Es decir, tenemos la responsabilidad de dejarnos formar como nuevas criaturas en Cristo, poniendo toda nuestra disposición y entrega y así de esta manera, tanto hombres como mujeres, estarán siendo unidos por la voluntad de Dios, sellando esta unión en el “verdadero matrimonio” y como consecuencia, esa voluntad divina no podrá ser separada por el hombre.
Los muchachos deben ser formados en su carácter, tienen que ser firmes, no inestables, tienen que ser diligentes y dispuestos, no tercos, tienen que ser sensibles y a la vez coherentes, tienen que aprender a buscar la dirección de Dios, no ser perezosos, tienen que ser más expresivos y saber hacer cosas de la casa.
Las muchachas tienen que saber hacer las cosas de la casa, ser ordenadas, tienen que trabajar en su carácter, principalmente en los días pre y post menstruales, ser dóciles y humildes, dejar de ser caprichosas y necias, dejar de ser intolerantes e impacientes y reconocer los roles en el hogar.