Tiempos que demandan intensidad

 

//Pr. Arnold Carbajal\\

La intensidad es el grado de fuerza con que se manifiesta un agente natural, una magnitud física, una cualidad, una expresión, etc. En nuestro caso, la intensidad se expresa mediante nuestras acciones.

“Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios” (Lucas 18:35-43)

En este acontecimiento tan grande podemos ver cómo es que este ciego contra todo pronóstico lógico escapa a su circunstancia para recibir un gran milagro de Dios.  Cuando debería haberse resignado a su condición, porque no tenía solución alguna, él encuentra un haz de luz en Jesús y grita por Él. Cuando su condición hablaba de alguien que debía tener su autoestima en el suelo y conformarse con migajas, él se levanta para llamar a Jesús como ninguno de los discípulos lo había hecho hasta ahora. Cuando pudo haberse aferrado a lo único que tenía como su patrimonio económico (su capa), tuvo la osadía de tirarla porque esta era un impedimento para acercarse a Jesús (Marcos 10:50). Cuando debió callarse ante las voces de su alrededor, él gritó más fuerte todavía. Cuando pudo hacer lo que nunca antes había hecho debido a su ceguera, ahora que tenía visión, decidió por una vida de servicio al Señor.

Es impactante analizar las actitudes de este hombre, me siento conmovido por las circunstancias adversas y sobre todo me siento desafiado a una vida de intensidad en mi búsqueda de Dios. Es con la intensidad que podremos ver la gloria de Dios manifestándose no solo en nuestras vidas, sino en nuestra generación.

La perseverancia en la vida cristiana no solo es perseverar como sea, muchos perseveran, pero en medio de lamentos, en medio de quejas, en medio de constantes arrepentimientos por su realidad, pero a través de este relato maravilloso podemos ver que la perseverancia de un hijo de Dios debe ser llena de coraje, de valentía, de clamor, de osadía frente a circunstancias, debe ser una perseverancia que incomoda a quienes están alrededor, aunque ellos no comprendan que en ti hay fe y esperanza, un propósito que arde en tu ser, hasta consumirte poco a poco si este no se realiza.

A través de la experiencia de Bartimeo, podemos ver que la intensidad es lo que se nos demanda en estos tiempos para alcanzar una vida victoriosa. Para poder tener esa intensidad y alcanzar una vida victoriosa es necesario algunos aspectos:

  1. Saber lo que está pasando (v.36)

La Biblia dice que este hombre al oír la multitud, preguntó qué estaba pasando. Este era el inicio de su fe, de su búsqueda de intensidad ¡saber lo que estaba pasando! Muchos pueden estar asistiendo a la iglesia mucho tiempo, muchos pueden hasta tener años de convertidos y estar viviendo una vida religiosa, simplemente porque no expresan intensidad en sus vidas, debido a que no saben aun lo que está pasando. A este hombre le dijeron que pasaba Jesús el nazareno, si bien la Biblia lo resume así, sabemos que esto encierra toda una explicación ¿a qué iba Jesús a Jericó? a pregonar la salvación, a liberar vidas, a sanar enfermos, yo quiero preguntarte además ¿Qué está pasando aquí? esto no se reduce a asistir apenas a nuestras reuniones, sino a todo lo que está aconteciendo. Estamos siendo levantados como una nueva generación.

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9)

Lo que está pasando aquí es el nacimiento de un avivamiento sin precedentes en este mundo. Cuando él supo lo que estaba pasando aquí es donde comenzó a clamar, a desear a gritar más fuerte, nació en él la intensidad de una búsqueda que lo llevó a la victoria ¡Aleluya! 

  1. Deseo de ser parte de lo que está pasando (v.38)

Estamos caminando hacia grandes acontecimientos y si este Jesús salva ¡yo quiero ser salvo! si este Jesús sana ¡yo quiero ser sanado! Bartimeo deseó ser parte de lo que hacía Jesús. Quiero preguntarte ¿deseas ser parte de lo que está aconteciendo? entonces involúcrate en todo, todo lo que hacemos responde a esto, a las células ¡sé parte de ellas! los cursos ¡realízalos! los encuentros ¡pasa por ellos! los tiempos de ayuno y de oración ¡no puedes quedarte atrás! las conferencias ¡no te las puedes perder! Dios no te llamo a contar la historia ¡Él te llamó a hacer historia!

  1. Saber lo que quieres en medio de este mover (v.40-41)

“¿Qué quieres que te haga?” Le preguntó el Señor. él le dijo enfáticamente: “¡que reciba la vista!” si en este mover, si en este tiempo el Señor te preguntara lo mismo ¿qué le responderías? Sabes, quiero que comprendas lo siguiente, el Señor atiende nuestros clamores, responde nuestros pedidos, pero hay pedidos cuyas respuestas cambiarán tus circunstancias, pero hay pedidos cuyas respuestas en Dios cambiarán tu destino, el curso de la historia de tu vida ¿Qué le responderías hoy?

  1. Continuar en medio del milagro (v 43) 

Esto es una responsabilidad, muchos a pesar de haber recibido algo, por alguna razón tan simple abandonan el camino. Este hombre después de ver nuevos horizontes que se abrieron para él pudo haber hecho lo que nunca había podido hacer bajo el sistema de este mundo. Pudo pensar, tanto tiempo perdido, podría convertirse en todo lo que deseara, había pasado por todo, estaba capacitado para todo, para pasar los peores momentos, solo que decidió que toda esa nueva perspectiva de vida, todo ese desarrollo de potencial guardado y nuevas oportunidades lo realizaría, pero dentro del camino, el camino de vencedores ¡siguiendo a Jesús! influenciando a su generación a maravillarse con un Dios vivo ¡Aleluya!   

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