//Pr. Luis Alberto Núñez\\
¿Sabías que la unción atrae a las personas, pero el carácter aprobado atrae a Dios?
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que, como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel” (Jeremías 18:6)
El barro en las manos el alfarero tenía que pasar por un proceso para luego cumplir su propósito. Es interesante como el Señor hace esta comparación, la arcilla tenía que ser triturada, cernida, remojada, luego amasada, golpeada y luego moldeada, por último, después de ser moldeada era introducida al horno para convertirse en un vaso útil. Todo el que quiere ser usado por Dios tiene que entender que necesita ser como el barro en las manos de alfarero, dispuesto a ser moldeado conforme a su voluntad. Se dice que cada obra de arte representa el carácter del artesano, allí plasma sus ideas, su intensidad, su creatividad, etc. A propósito de esto, la Biblia dice que somos “hechura suya”, en el idioma original es poiema de donde viene la palabra poema, es decir, somos la obra de arte de Dios, en Cristo.
La palabra en griego para carácter, es un sustantivo derivado de la palabra charasso que significa afilar o escribir en piedra, madera o metal, también es utilizado para referirse el sello repujado en una moneda. Esta palabra solo la vemos en el Nuevo Testamento.
“el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3)
En este verso bíblico se declara que Cristo es el mismo carácter de Dios, el mismo sello de la naturaleza de Dios, es decir, Cristo es la misma imagen de Dios como un sello impreso. En resumen, el carácter es como una huella impresa y distintiva formada exteriormente o interiormente. Pablo dice:
“sean imitadores de mi como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1)
“A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29)
Esta naturaleza tiene que expresarse en nosotros, este carácter de Cristo tiene mostrarse, salir a luz, por la acción de alguna situación externa. Es como en el caso de las fotografías antiguas: la imagen ya impregnada en la placa es pasada al papel fotográfico y a través de la reacción de un químico ácido muestran la imagen impresa. Podemos decir entonces, que Dios aplica lo que en el griego es el peirazo y que es traducido como prueba para revelar el carácter de Cristo en nosotros ¡esa es la razón o propósito de la prueba!
Entonces vemos que la prueba no es el problema, sino como respondemos frente a esa prueba, es a través de ella que mostramos lo que está en nosotros, manifestamos el carácter de Cristo o manifestamos aun nuestra carnalidad.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2-3)
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:3-7)
Quiero ver con ustedes algunas de las pruebas que debemos discernir y salir aprobados de ellas:
1.- La prueba de la demora
Planes, proyectos y sueños fueron aplazados debido a esta sombra maligna representada por este virus. Puede parecer que Dios no está cumpliendo alguna promesa dada en el pasado. Muchos se quejan por esperar 5 o 7 años para ver el plan de Dios cumpliéndose, sin embargo, es solo a través de esta prueba que se puede medir tu fidelidad y tu confianza. Un ejemplo perfecto es Abraham, pues él tenía 75 años cuando recibió la promesa de que Dios le daría un hijo, pero no supo esperar a que Dios cumpliera esta promesa en su tiempo perfecto y es así que trató de cumplirla a su forma y fruto de esto nació Ismael a sus 86 años y aunque es cierto que fue inducido por su esposa, quien tampoco supo esperar y creer, al final fue Abraham quien expresó: “Ojalá Ismael viva delante de ti” (Génesis 12:1-4, Génesis 15:4, Génesis 16:3, 15 y Génesis 17:15-18)
Una forma muy correcta de ver esto es entender que cada milagro tiene un proceso y que este proceso capacita a cada persona para vivir después del milagro. Ninguno de nosotros sabe cual serán las circunstancias que vivirán las personas después que reciban su milagro ¡solo Jesús!, por lo tanto, este proceso, que muchas veces incluye tiempo, es muestra de su gracia, de su amor. Un ejemplo es el caso del ciego de nacimiento, pero que después de ser sanado, ni siquiera él mismo sabía que haría después. A este ciego le esperaba una vida dura, naturalmente hablando, pero la manera cómo aprendió a esperar y perseverar en Dios lo capacitaría para ser un vencedor.
“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Vé a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Vé al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé” (Juan 9:1-12)
¿Será que en un momento habrá dudado? ¿en algún momento pensó si era cierto lo que Jesús le había indicado? la vida le presentaría luchas, pero mientras caminaba hacia el estanque diría: Dios es real ¿cuántos experimentaron milagros en su vida? en este tiempo, tal vez hubo momentos en que pensaste que nada pasaría, pero hasta AQUI DIOS TE SUSTENTÓ, con seguridad tu vida no será la misma el próximo año, ante las perores luchas tú confirmarás que Dios es tu respaldo. El diablo se esforzó por acabar con tu fe, pero Dios está usando esta circunstancia para formar en ti un verdadero vencedor.
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:10)
Después de este tiempo no serás el mismo, esta prueba que es por poco tiempo, te perfeccionará, completará, afirmará, fortalecerá, establecerá y cimentará.
2.- La prueba de las motivaciones
Dios hará que esta prueba mida nuestras motivaciones e intenciones. Esto nos hará ver si estamos sirviendo a Dios por lo que podamos obtener de Él o por lo que podemos darle. Mi intensión no es llevar condenación a tu vida, todo lo contrario, es para que nosotros podamos re direccionar nuestras vidas y tornarnos en vencedores. Las circunstancias evidencian tus motivaciones, he visto mucha gente que en el momento de la prueba o en el momento en el que no reciben lo que desearon abandonan su fe, claudican o peor, blasfeman, entonces la pregunta es ¿Cuál es la correcta motivación a la hora de seguir a Dios?
Un buen ejemplo sería Abraham. Dios le pide sacrifique a su hijo y todas estas pruebas pasó Abraham porque había un gran plan de Dios para su vida, pero tenía que pasar la prueba, tenía que formar el carácter de Dios en él. Otro ejemplo es Saúl, la prueba mostró sus motivaciones, el sacrificio que él decidió hacer no era por Dios, él quería agradar al pueblo antes que a Dios y por esta razón debemos vigilar siempre nuestras motivaciones.
Una de las mayores pruebas que evidencian nuestra motivación es cuando no recibimos lo que pedimos o las cosas no salen como pensábamos. A propósito de esto, un pastor mío me dijo que estaba preocupado porque temía que los hermanos se acostumbren a esta forma virtual de congregarnos, pues evidentemente es mucho más cómodo hacerlo desde nuestras casas, pero ahí será necesario evaluar cuáles son nuestras motivaciones. Ahora nos estamos congregando virtualmente, pero no es la mejor forma, debemos anhelar estar juntos en el local, porque es necesario, debemos anhelar estar juntos en las células, porque es necesario. Yo creo que después de esto valoraremos más lo que Dios nos dio, la Iglesia.
3.- La prueba del desierto
En medio de esta pandemia, de pronto, podemos sentirnos solos, en situaciones confusas, sentirnos abandonados, etc., pero aún un tiempo tan complicado tiene un propósito, esto es para enseñarnos a estar firmes y aprender a confiar en que sea lo que sea que suceda Dios está con nosotros (Salmo 23). En esta prueba aprenderemos a depender, a obedecer, a ser gratos pues, aunque la provisión sea aparentemente escasa tendremos lo suficiente para vivir, aprenderemos a perseverar, aprenderemos a caminar hacia el propósito, aunque llegar a esa meta parezca lejos o difícil de alcanzar.
Desierto habla de un lugar con condiciones extremas, un lugar que, dependiendo cómo lo asumas, te fortalecerá o el desierto te debilitará. El diablo sabía eso, por eso espero el último día en el desierto, después de cuarenta días, para tentar a Jesús porque esperaba encontrarlo débil y desanimado, pero encontró a Jesús con firmeza y con convicción, esa es la respuesta que se espera de cada uno de nosotros.
4.- La prueba de la dependencia
No hay manera que salgamos de esto airosos y victoriosos si no dependemos de Dios. Este tiempo es crucial, reconozco las dificultades existentes, las incertidumbres, la depresión, pues es la mayor pandemia que este mundo ha enfrentado, pero si no dependemos de Dios nuestro futuro de victoria será afectado. Dios quiere levantarnos y llevarnos a una plena dependencia, eso nos capacitará para hacer de nuestros próximos días los mejores (Josué 2:9-11, 24, Josué 5:1-3, 8)
“Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo(B) delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (Josué 2:9-11)
“Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros” (Josué 2:24)
La circuncisión y la pascua en Gilgal
“Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, al occidente y todos los reyes de los cananeos que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en ellos delante de los hijos de Israel. aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel. Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot” (Josué 5:1-3)“Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron” (Josué 5:8)
El pueblo de Dios se sentía fuerte, toda la gente de los amorreos y sus enemigos estaban con miedo y obviamente era el mejor momento para atacar, pero tenían que aprender a depender. La circuncisión pudo haberse hecho después de la conquista o antes de cruzar el Jordán, pero justo en el momento preciso para atacar y para pelear Dios los inutiliza ¿por qué? porque ellos tenían que aprender a depender de Dios, saber que solo en Él está la victoria. Suya es la victoria, Dios es nuestra victoria.