Una vida que vale la pena vivir

//Pr Eliud Cervantes\\

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” Ro 5:17

La palabra del Señor nos enseña que el propósito de Dios para nosotros no es solo que vivamos en esta tierra, sino que podamos “reinar en vida”, lo cual nos habla de una vida abundante, una vida que vale la pena vivir. Para eso Dios nos ha dado la abundancia de la gracia y el regalo de Su justicia a través de la obra consumada de Jesús. Sólo con Jesús nuestra vida tendrá éxito y viviremos realizados. Para eso debemos vivir buscando el reino de Dios (Mt 6:33)

Olvídate de las fantasías

Para vivir una vida que vale la pena vivir, debemos olvidarnos de las fantasías. Muchas personas apenas siguen sus fantasías y los placeres de esta vida y viven de esa manera. Y la Biblia es un libro que nos enseña a cómo vivir una vida que vale la pena vivir a través de las historias de los hombres y mujeres de Dios. Inclusive los errores de tales personas nos enseñan a no ir por esos caminos.

En algún momento tal vez tuviste fantasía con el dinero, deseaste haber nacido en una familia rica, o ser un rey que tenga muchos hombres a su servicio. Te pregunto joven: ¿Qué pasaría si tendrías todo lo que deseas en esta vida? Pues hubo un hombre que vivió de esa manera, y él es el rey Salomón. Y en Eclesiastés 2 vemos que Salomón se entregó a todas las fantasías de la vida: construyó casas, tuvo siervos, muchas mujeres, plata y oro, etc.

“Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad… Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas… Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén…Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. 11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.” Ec 2:1-11

En todo este pasaje vemos que Salomón a la verdad no negó nada a sus deseos,  y logró grandes cosas en esta vida; sin embargo, él llegó a la conclusión que todo era vanidad y aflicción de espíritu.

Sé libre de una vida “debajo del sol”

Una vida que vale la pena vivir es una vida libre de vivir “debajo del sol”. ¿Y qué es una vida debajo del sol? Nos habla de vivir apenas con la mirada puesta en esta vida, debajo del gobierno de este tiempo, lo cual nos puede conducir a la desesperación y la desesperanza. Algunos de nosotros podríamos pensar que las metas y objetivos que tenemos pueden brindarnos consuelo y alegría, ya sea en forma de riquezas, conocimiento o fama, ¿Pero realmente pueden hacerlo? Veamos lo que Salomón, el hombre más sabio que jamás haya existido, dijo sobre esta vida bajo el sol:

“Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” Ec 1:1-3

Aquí, Salomón enfatizó que él era el rey en Jerusalén, un hombre de poder y en posición de lograr casi cualquier cosa que quisiera. Pero ¿cuál fue la conclusión de Salomón al final de su vida? Que la persecución de estas cosas bajo el sol era vanidad de vanidades.

Salomón era un hombre que no se restringía de todo lo que deseaban sus ojos. Probó todo lo que el mundo podía ofrecer y, sin embargo, nos dice que estos no son más que momentos fugaces de placer. Amado, nada debajo el sol puede verdaderamente llenar tu corazón. ¡Tu corazón es demasiado grande para este mundo!

Una vida centrada en Cristo

¿Cómo podemos vivir realizados en este mundo insatisfecho? ¿Dónde podemos encontrar el verdadero significado de la vida? ¿Qué pasa si la búsqueda no es sólo de consuelo, logros o elogios? Nuestros corazones son demasiado grandes para el mundo, pero nuestras almas claman por algo o… Alguien.

“a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”. 1Pe 1:8

Aquí vemos que una vida de gozo y gloria inexpresables se encuentra en la revelación de nuestro Señor Jesucristo. Entonces, la respuesta a nuestra búsqueda de significado, la respuesta a nuestra insatisfacción y la respuesta a vivir una vida abundante se encuentra solo en nuestro Señor Jesús. Él es el único que verdaderamente puede satisfacer nuestros corazones, el único en quien podemos encontrar verdadero propósito y realización en la vida.

Mira a Jesús y su amor por ti todos los días

Una vida que vale la pena vivir disfruta del amor de nuestro Señor Jesús. En el libro de Eclesiastés se nos habla de la inutilidad de vivir una vida bajo el sol. Entonces, ¿cómo podemos vivir una vida por encima de la línea de la vanidad, una vida que tenga que ver con el Hijo? Lo descubrimos en el libro que sigue, el Cantar de los Cantares, que es una hermosa descripción del amor entre nuestro Esposo, el Señor Jesús, y nosotros, la Iglesia.

“Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento derramado; Por eso las doncellas te aman. Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman.” Ct 1:1-4

¡Mira cómo empieza el libro! Comienza con el afecto que el Novio muestra hacia Su novia. Aquí vemos Su profundo deseo de estar con Su novia: Él no solo le da un pequeño beso, sino que la cubre con besos, colmándola una y otra vez con Su amor. Esta es una imagen de cómo es la vida con el Hijo: una vida de profunda intimidad y amor. Y este amor, esta intimidad con nuestro Señor Jesús, es lo que verdaderamente nos satisfará.

¿Observa también que no se trata del amor de la novia por el Novio? De la misma manera, ¡no se trata de nuestro amor imperfecto por el Señor sino de Su amor perfecto y eterno por nosotros!

El vino es una imagen del gozo terrenal. Sin embargo, Salomón nos dice que experimentar el amor del Señor es mejor que cualquier gozo terrenal que podamos tener. La vida sobre el sol se trata de conocer a nuestro Señor Jesús. Conocerlo es encontrarte a ti mismo porque ahora estás en Él. ¡Y es al conocerlo que podemos disfrutar de la vida eterna que Él ya obtuvo para nosotros (Juan 17:3)! Así es como Dios quiere que vivamos: ¡ver a Jesús y su amor por nosotros todos los días!

La plenitud para tu vida está en la Iglesia

Algunos de nosotros podríamos preguntarnos: “Conocer el amor del Señor por mí es grandioso. . . pero ¿cómo me ayudaría esto en la práctica en mi vida?”

Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros? Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.” Ct 1:7-8

Aquí, la novia pregunta al Novio dónde apacienta Su rebaño para que ella pueda encontrar verdes pastos, una imagen de alimentación y descanso. La respuesta del Novio a ella fue “sigue las huellas del rebaño“. ¡El rebaño se refiere a la Iglesia! Podemos encontrar la provisión que necesitamos en la casa de Dios. En la casa del Padre hay abundancia, más que suficiente y de sobra.

El corazón de Dios es que seamos plantados en la iglesia . No podemos vivir una vida cristiana solitaria. El capítulo 1 del Cantar de los Cantares comienza con una relación personal entre la novia y el Novio. Pero termina con la novia siguiendo las huellas del rebaño y morando con ellos.

De la misma manera, en nuestra búsqueda del Señor, no debemos olvidar dónde se encuentra: ¡en la Iglesia! Y la Iglesia no es un edificio sino una reunión de creyentes. Si bien nuestro caminar cristiano tiene que ver primero con nuestra relación personal con el Señor, debemos ser plantados en la Iglesia con el resto del pueblo del Señor. ¡Es donde experimentaremos las bendiciones que nos ha ordenado y la vida para siempre (Sal. 133:3)!

Seguir las huellas del rebaño es seguir y aprender de los creyentes que nos han precedido para que podamos aprender y recorrer el camino que ha sido probado para nosotros. Veamos lo que hicieron:

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la (1) doctrina de los apóstoles, en la (2) comunión unos con otros, en el (3) partimiento del pan y en las (4) oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.” Hch 2:41-43

Cada vez que la iglesia primitiva se reunía, se dedicaban a estos cuatro pilares de la iglesia. Estas actividades, que se llevan a cabo corporativamente en la iglesia local, son muy importantes para nuestro caminar y desarrollo cristiano, y conducirán a “muchas maravillas y señales”. A medida que la iglesia primitiva continuaba firmemente en todo eso, el Señor añadía a ellos diariamente muchas más vidas (Hch 2:46-47). De la misma manera, cuando priorizamos estas actividades en nuestras vidas, también experimentaremos la sabiduría, el favor y la provisión de Dios y nuestras vidas valdrán la pena vivir.

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